Editorial: Cayó la Tuta
Es una gran noticia para México. Recordamos aquel video en que se veía cómo en un pueblo de Michoacán, como dueño de vidas y haciendas que era, Servando Gómez Martínez repartía entre la gente pobre miles de billetes de a 200 pesos. Como limosna, otorgaba a quienes lo miraban azorados o tal vez embelesados por “tan significativo regalo”, dinero junto nunca visto que a su vez era obtenido en los secuestros, “expropiaciones” de cientos de ranchos, comercialización de estupefacientes y exportación de productos minerales al extranjero, entre otras linduras que el crimen organizado por él representado realizaba en el estado que tan bien le cantó Pepe Guisar pero que vivió en angustia profunda durante varios años.