Marcos Arturo Nazar Sevilla ¡Aún hay tiempo pero se agota! La mayoría de los mexicanos se manifiestan inconformes y molestos con los que gobiernan. La falta de dinero y la corrupción causan una grave irritación que puede detonar conflictos sociales mayores a los que se presentan todos los días. Los maestros que lanzaron bombas molotov  y piedras contra el 41 Batallón de Infantería del Ejército en Iguala se limitaron a derribar las puertas de esa instalación militar porque su objetivo no era apoderarse de ese espacio pero queda claro, con este ejemplo y muchos otros que suceden  todos los días, que la reacción popular no podrá ser controlada por los cuerpos de seguridad. Los discursos y mensajes resultan insuficientes y, a menos que el presidente de la República decida implementar un programa trascendente, las cosas necesariamente van a empeorar. Resulta indispensable: a) Cambios en el gabinete; b) Reducir los sueldos de los servidores públicos federales de alto nivel; c) Cambiar la actitud de las autoridades que, en lugar de estimular a los ciudadanos, les imponen momento a momento cargas y obligaciones mayores, ante la indiferencia del Ejecutivo Federal que no quiere o no puede intervenir al respecto; d) Suspender los golpes bajos entre los partidos políticos y suscribir un acuerdo para que las próximas elecciones se conviertan en una válvula de escape a la crisis actual; e) etc., etc.. En fin, el presidente Enrique Peña Nieto tiene una excelente oportunidad, encabezar a los inconformes cuando tengan la razón y solidarizarse con el pueblo que puede sostenerlo, claro está, después de reconocer todo lo malo que agobia a los que no forman parte de los privilegiados que gobiernan y que también estarán al lado del próximo presidente. ¡Aún hay tiempo pero se agota!