HOSPITAL DEL ALMA 160424

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Te escribo porque me siento muy sola, siempre con un vacío enorme que no se llena, casi nada me hace feliz como si nunca nada fuese suficiente.

Vivo sola fuera de mi país de origen, que es Guatemala, desde hace 3 años y medio, no he vuelto a trabajar en mi profesión y en cambio tengo un trabajo muy por debajo de lo que estudié. Los pocos amigos que tengo aquí todos son mucho menores que yo, además de que no tengo una relación estable desde hace casi 4 años y siento que me voy a quedar sola. Este año cumplo 28 y mi sueño es ser mamá, y me aterra la idea de que eso no suceda. Últimamente me siento como cansada y de mal humor y con una tristeza que no se va nunca, me siento frustrada, hablo con mis pocos amigos y sus vidas parece que sí van bien, ya han formado familias, tienen casas bonitas, otros viajan y yo realmente estoy muy por debajo de lo que soñé ser.

Marina

San Cristóbal 

Querida Marina:

No seas desagradecida con Dios: estás sana, eres joven y al parecer lo suficientemente inteligente como para no caer en los delirios depresivos que te aquejan. Lo que puedo recomendarte es que, con mucho cuidado, dada la situación sanitaria que atravesamos, tengas relaciones sexuales a placer, con uno, dos, tres o cuantos hombres quieras. Vas a ver que, bien cogida, ya no vas a pedir ni comida. 

Duque:

Yo soy de piel morena, pero me gusta pintarme el cabello de rubio. Según yo me veo bien, pero el domingo pasado fui a San Cristóbal, y como entiendo y hablo muy bien el inglés, escuché que una británica, que se me quedaba viendo, le dijo a su pareja, que le daba risa ver que las indias nos tiñéramos el pelo y nos hiciéramos cirugías plásticas para parecer europeas, pero que así nos veíamos todavía más autóctonas. Sí, sí tengo operada la nariz y las chichis también, pero no me veo fea, te lo juro. Además, me visto mucho mejor que la piojosa turista que hizo el comentario.

Laurie

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Laurie:

No hagas caso a ese tipo de opiniones. Yo también prefiero a una morenota bien prieta, con la nariz operada, güera y con buenos melones, que a una chancluda turista, mochilera, apestosa y desabrida. 

Duque de Santo Ton:

Desde niña siempre quise ser monja, y cuando cumplí dieciocho años le pedí a mi papá que me mandara a una abadía en Austria, para tomar los hábitos allá, lejos del mundo en el que crecí, pero no aguanté los malos modos de las monjas de allá. Vieras lo malcriadas que son. A pesar de que pagamos un dineral por el ingreso, me ponían a hacer quehaceres de sirvienta y me despreciaban por no hablar el alemán, por no ser alta, rubia, de ojos azules y no tener conocimientos de latín. No aguanté más y le pedí a mi papá que me regresara a México. Estuve buscando en Internet información para ingresar a una orden religiosa mexicana, pero ninguna me convence, la verdad es que no sé qué hacer.

Linda

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Linda:

Te sugiero que te dediques a otra cosa mamacita. Por lo que me cuentas advierto que no tienes madera de religiosa; yo te recomendaría buscarte un buen marido antes de que se te vaya el tren. 

Hola Duque:

Quisiera que me pudieras poner en contacto con alguno de esos muchachos lujuriosos que te escriben y que se sienten la gran cosa. A mis 40 y tantos, yo soy mucha mujer para cualquiera de esos presumidos, a los que puedo domar mejor que si fueran potros salvajes y yo una vaquera.

Rosa María

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Rosa María:

No seas fantasiosa, no creo que esos jóvenes que mencionas estén interesados en mujeres mayores como tú, para eso están las muchachas de su edad, quienes también tienen el don de apagar esos fuegos que la testosterona genera en sus cuerpos. 

Querido Duque:

Yo no soy chiapaneca, pero estoy pasando una temporada larga en Tuxtla y ya me aficioné a leer el Hospital del Alma. Jamás te hubiera escrito, te lo digo sinceramente, si no fuera por lo que me sucedió el otro día: mi hermana me pidió que la acompañara al Club Campestre para porque quería llevar a nadar a mis sobrinos y yo acepté. Cuando llegamos, los niños se metieron en el chapoteadero y mi hermana y yo nos sentamos en una mesa cercana, a la que se fueron agregando varias señoras, entre las cuales había una, no te miento, más nalgona que una africana, y que llevaba a dos horrendos niños a los que dejó en el chapoteadero, con dos nanas, una para cuidar a cada uno. Yo no podía dejar de verlos y por eso casi me caigo de la silla cuando vi que las sirvientas se descalzaron y metieron los pies en el agua, en la misma alberca en la que nadaban mis sobrinos. A mí me dio mucho asco y le conté en secreto a mi hermana lo que había sucedido, para que nos fuéramos de ahí, pero ella, con tal de seguir platicando chismes, me respondió que no fuera sangrona, que aquello no tenía nada de malo, que se notaba que las criadas estaban limpias. Yo ya no dije nada, pero sí me quedé muy molesta.

Marifer

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marifer:

Tal vez procedes de un mundo muy exclusivo que, por desgracia, aquí no existe. La convivencia con la servidumbre es muy abierta y no se usa eso de comprar vajillas, comidas o uniformes especiales para las sirvientas, quienes comparten casi todo con los patrones. De alguna manera tenía que compensarse el hecho de que son las criadas más baratas de todo México, y que puedas darte el lujo de tener varias que te atiendan las 24 horas del día. 

Querido Duque de Santo Ton:

Yo soy una mujer muy caliente, siempre que un hombre se me queda viendo yo me pongo húmeda y me dan ganas terribles de abrir las piernas. Por suerte soy estéril y sé cuidarme de las enfermedades venéreas, pero me preocupa el hecho de ser tan puta.

Candy

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Candy:

No tienes de qué preocuparte, mejor disfruta de la vida y del sexo. Se nota que nadie te pone ataduras y te dejas llevar por los deseos de tu cuerpo, lo cual no es malo mientras no lastimes a nadie. 

Duque:

Soy una gorda asquerosa, una verdadera cerda, por lo que mi esposo me abandonó, después de hacerme dos hijos, de los que me hago cargo por completo trabajando de sol a sol, pero por lo mismo no tengo sexo con nadie porque hasta yo misma me doy asco.

Leti

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Leti:

Si tú misma te das asco ¿qué puedes esperar de los demás? Trata de satisfacerte como lo hacen millones de mujeres que se encuentran en la misma situación que tú, ya sabes a lo que me refiero. Las relaciones interpersonales no lo son todo en la vida. 

Duque:

Vivo en uno de los barrios más elegantes de Tuxtla Gutiérrez, y tenía una vecina muy guapa y bien vestida, se notaba que el dinero no le faltaba y se arreglaba como una muñeca. Tenía una gran casa y varios sirvientes que se dedicaban exclusivamente a atenderla. Sin embargo, un buen día sus hijos lograron que un grupo de médicos la declararan incapacitada mentalmente y un juez ordenó que la recluyeran en una institución de la Ciudad de México, y después se repartieron todas sus propiedades. Otras vecinas y yo quisiéramos ayudarla, pero no sabemos cómo ¿qué nos recomiendas?

Lucila

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lucila:

Les recomiendo que se pongan a trabajar y dejen de meterse en las vidas ajenas.