Hallan entierros humanos en templo de Puebla, podrían ser de epidemias del siglo 19

 En el Templo de San Francisco Javier se localizaron 8 entierros, con al menos 20 personas.

Agencia Excélsior

El Instituto Nacional de Antropología e Historia informó del hallazgo de un grupo de entierros humanos en el Templo de San Francisco Javier, en Puebla, los cuales podrían estar relacionados con las epidemias desatadas durante la Invasión Francesa.

En un comunicado, el INAH detalló que el Templo de San Francisco Javier “ha tenido diversos usos desde su construcción a mediados del siglo XVIII. Inicialmente fue la capilla de un colegio jesuita, y con el correr turbulento del siglo XIX fue parte de un hospital provisional, prisión e incluso escenario de la resistencia mexicana durante la Intervención Francesa”.

También detalló que desde enero se realizan labores arqueológicas en el inmueble, donde se han localizado seis entierros primarios y dos secundarios (uno con seis individuos y otro con catorce).

“En su mayoría podrían estar relacionados con las epidemias decimonónicas y, especialmente, con la época de la invasión francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre 1862 y 1867”, detalló.

De acuerdo con el arqueólogo del Centro INAH Puebla, Manuel Melgarejo Pérez, “a partir del hallazgo de un individuo masculino que conserva un agujero de bala en el hueso iliaco izquierdo, así como el proyectil mismo que lo causó, se teoriza que el hombre falleció en plena guerra contra Francia”.

Además, en la zona fueron localizadas suelas de zapatos, botones de ropa y una cruz de metal que una mujer debió portar como collar, los cuales se estima corresponden a la segunda mitad del siglo XIX.

“Asimismo, a partir de la asesoría al proyecto del historiador del Centro INAH Puebla, Jesús Joel Peña Espinosa, se sabe que el Templo de San Francisco Javier fue usado como fortificación por los combatientes republicanos tras el avance francés sobre los fuertes de Loreto y Guadalupe, en 1863. La resistencia se trasladó al poniente de la ciudad, donde se ubica el recinto que recibió entonces el nombre de Fuerte de Iturbide”.

El INAH detalló que será hasta la conclusión de los trabajos en campo y el análisis en laboratorio que podrán determinarse el sexo, la edad y otras características de los individuos.

“De acuerdo con el grupo de expertos, el cual también es asesorado por el antropólogo físico del Centro INAH Puebla, Zaid Lagunas Rodríguez, se observa que, de los seis depósitos primarios, cinco son masculinos y uno femenino”.

Sobre las edades del grupo de entierros primarios, la antropóloga física Chicas Martínez agregó que todos son adultos y, al menos, sobrepasaban los 25 años al momento de fallecer.

Otro contexto de interés es un depósito que contiene restos de menores de 15 años, encontrado en el transepto norte del inmueble; una de las hipótesis plantea la posibilidad de que allí existiera un altar dedicado a un santo vinculado con la niñez.