PADRES TRABAJADORES, HIJOS FLOJOS, NIETOS MENDIGOS.

Agencias 

Cuando dejas una herencia, pero no formas a los herederos, ellos pueden pelear por esa herencia. El mundo muestra el caso de hermanos que se sacan los ojos peleando por una casa, por un terreno. Familias que dejan de hablarse, porque entran en un conflicto de intereses. Dejar una herencia es bueno, pero mejor que eso es dejar un LEGADO. Esta es la diferencia:

 

“Cuando dejas una herencia, dejas algo para que los hijos se repartan. Cuando dejas un legado, dejas algo para que los hijos se inspiren.” Las herencias están relacionadas a las cosas, el legado está relacionado al ejemplo. Una persona que a sus hijos les dejó no una mansión, sino un ejemplo de lucha, ha hecho más por sus hijos de aquel padre que solo dejó dinero. Verdaderos líderes dejan pasos, huellas, ejemplo.

En el mundo de los negocios, es muy frecuente ver que hay padres esforzados que construyen imperios, pero que nunca se detuvieron a formar a sus hijos en una cultura de progreso. Al contrario, son padres esforzados que les dan de todo a sus hijos con la idea de que “los niños no sufran lo que ellos sufrieron.” Un padre dijo: “yo quiero que a mi hijo nunca le falte nada, que tenga todo lo que yo no tuve.” Esa buena intención puede convertirse en un verdadero problema. He aquí una cuestión importante:

“Padres comunes les dan a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron. Padres extraordinarios ENSEÑAN a sus hijos todo lo que a ellos nadie les enseñó.” La diferencia salta a la vista: Unos se enfocan en solamente dar cosas, otros se enfocan en dar, sobre todo, LECCIONES. Los japoneses tienen un proverbio que dice: “Cuando los padres trabajan y los hijos disfrutan la vida, son los nietos los que mendigan.” A este respecto, por ser un caso de conocimiento público, salta a la vista el caso del gran actor y humorista mexicano, quizá uno de los mejores del mundo: Mario Moreno Cantinflas, que en paz descanse. Mario tuvo un hijo – que falleció hace poco. Se sabe que ese muchacho creció con prácticamente todas las comodidades y era, como dicen en México, un “Junior”. El punto es que este muchacho tuvo matrimonios fracasados y un rumbo confuso: cayó en drogas y anduvo en escándalos. Uno de sus hijos, nieto de Cantinflas, ha sido visto viviendo en condiciones de precariedad en las calles de un pequeño pueblo mexicano.

Así que la conclusión es muy sencilla: forma a tus hijos para la vida, no para que solamente disfruten. Construye un legado, no una simple herencia. Alguien decía: “formar a los herederos es una forma de prologarnos a nosotros mismos.”