HOSPITAL DEL ALMA 240119

 

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Me casé enamorada, pensando que mi marido era un hombre rico, pero poco a poco me he dado cuenta de que es un pobre diablo al que le gusta vivir de las apariencias. De hecho, creo que por eso se casó conmigo, pues aunque mi familia no tiene dinero, mis dos apellidos pesan mucho en Chiapas, y él creía que mis padres eran ricos. Estamos decepcionados el uno del otro  y si no fuera por mis cuatro hijos ya nos hubiéramos divorciado.

 

Marisa

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marisa:

Aunque alimenta el ego, vivir de apariencias es algo sumamente estresante y desagradable, pues aunque te deslomes trabajando o hagas malos manejos para ganar más dinero, jamás podrás competir con la gente de la que te rodeas y siempre serás la eterna perdedora, por no decir del daño emocional que puedes causar a tus hijos si también a ellos los obligas a fingir o les haces pensar que viven en otra realidad que no les corresponde. 

Duque de Santo Ton:

Mi abuela tiene casi 90 años, y al parecer está muy bien de sus facultades mentales, pero he descubierto en ella una conducta que jamás había tenido. Siempre que sale de su casa va muy bien vestida y arreglada, además de que se vale por sí misma, no necesita bastones ni muletas ni, mucho menos, enfermeras, pero he notado que al regresar, en su bolsa trae objetos que no le pertenecen y que seguramente “roba” en las casas o en las tiendas que visita. No te digo que sean cosas de valor: mantelitos, jabones, bibelots y otras chucherías. Cuando le pregunto qué de dónde saca esas cosas, me dice que se las regalaron, pero yo sé perfectamente que las robó ¿qué puedo hacer?

Elsa

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Elsa:

Lo único que puedes hacer es no permitir que tu abuela salga sola, procura que siempre esté vigilada, porque su conducta difícilmente cambiará a estas alturas de su vida, sobre todo si esas extravagancias son consecuencia de una demencia senil. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi esposa estuvo revisando mi celular, y encontró mensajes eróticos que me mandó una niña preciosa con la que tengo sexo de vez en cuando. Sin saber cómo, mi mujer averiguó el nombre y la dirección de la chica y se presentó en su casa para armar tal escándalo, que la inocente muchacha quedó exhibida como chica fácil ante su familia, sus amigos y sus vecinos. En cuanto me enteré de lo ocurrido, le di un par de cachetadas a mi esposa y la amenacé con dejarla por haber violado mi intimidad, ya que el haberle sido infiel no le daba ningún derecho a revisar mi teléfono, una acción muy vil de su parte. Además ya estoy harto de sus celos y ya me gustaría cambiar de vida. Pienso pedirle el divorcio, ya que no tenemos hijos en común ni bienes que compartir ¿estaré haciendo lo correcto?

Miguel

Ocosingo 

Querido Miguel:

Si no tienes ataduras de ninguna especie con tu mujer, lo más sano es romper con ese vínculo enfermizo que los une y que solamente propicia situaciones desagradables como la que me cuentas. 

Duque de Santo Ton:

Soy un hombre viudo, tengo 65 años de edad, y me enamoré perdidamente de una mujer de 45, que nunca había tenido novio y que estaba desesperada porque tampoco conocía lo que es el amor carnal. Yo la fui conquistando hasta llevarla a mi cama, y ahora ella también está loca por mí, aunque soy 20 años mayor que ella. La otra noche, sin pensarlo, le puse en el dedo el anillo de compromiso que perteneció a mi difunta esposa, y le pregunté que si quería casarse conmigo. Emocionada, con lágrimas en los ojos, ella me respondió afirmativamente y ya fijamos la fecha de la boda. Ella está feliz con los preparativos, y le hace mucha ilusión su vestido de novia. Sin embargo, tanto los padres de ella como mis hijos se oponen a que contraigamos nupcias y nos están presionando mucho para deshacer los planes.

Diego

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Diego:

Una mujer de 45 años y un hombre de 65 son libres de hacer lo que sea con sus vidas sin rendirle cuentas a nadie. Si te hace feliz esa boda, sigue adelante con tus planes y por la diferencia de edades no te preocupes, pues dentro de 5 años tu tendrás 70 y tu futura esposa 50, una combinación perfecta para que ella se dedique a trabajar y a ganar dinero, y tú te hagas cargo del hogar y disfrutes la última etapa de tu vida. 

Querido Duque de Santo Ton:

Una amiga italiana me enseñó a preparar las berenjenas rellenas de queso y espinacas, y la otra tarde quise sorprender a mi esposo con un guiso tan exquisito como original. La verdad es que sí se sorprendió, pero para mal, me dijo que los chiapanecos no comemos esa clase porquerías, que pusiera los pies en la tierra, que no fuera exagerada y para terminar me volteó el platón sobre la cabeza y quedé bañada con el guiso y la cara llena de salsa de tomate. Aunque solamente estábamos él, mis hijos y yo, me sentí muy humillada, pero de todas maneras él me obligó a cambiarme de ropa y a preparar unas albóndigas en ese momento. Por suerte tenía todos los ingredientes, pues de lo contrario creo que me habría pegado. Yo quisiera dejarlo, Duque, me parece que ese hombre no sabe tratar a las mujeres, pero yo me detengo por mis hijos, no quisiera dejarlos sin padre, además de que en el fondo, a pesar de sus groserías, yo lo sigo amando.

Emilia

San Cristóbal 

Querida Emilia:

Me parece que el problema no está en el comportamiento del patán de tu marido, sino en tu actitud masoquista combinada con el síndrome de Estocolmo. Aunque disfrutes mucho la manera bestial con la que te trata ese gorila, yo pienso que a tus hijos les hace mucho daño presenciar ese tipo de escenitas. Tal vez ahora no lo notes pero con el tiempo te darás cuenta de la angustia que ellos pueden llegar a sentir y que los dejará marcados para el resto de sus vidas. 

Querido Duque:

Mis papás quieren hacerme una fiesta de quince años, en un súper salón, con vestido de princesa, chambelanes y presentación en sociedad, pero yo no quiero porque me choca ser el centro de atención. La otra noche les dije que yo no estaba dispuesta a protagonizar semejante ridículo y mi mamá me dio una cachetada por insolente, según ella. La verdad es que no sé cómo librarme del numerito.

Cristina

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Cristina:

Inventa que estás embarazada y vas a ver como cancelan hasta la misa. En cuanto les digas que todo fue una broma se sentirán tan aliviados, que te perdonarán la travesura.