Para serlo, hay que parecerlo

Por Juan Rivero Valls

 

Tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de un recto proceder y no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro

Benito Juárez.

 

Dentro de unos días, el 2 de julio para ser exacto, se cumplirán 163 años de aquel celebérrimo discurso pronunciado por Benito Juárez ante la legislatura oaxaqueña, en el que define el perfil del servidor público que debe tener nuestro país; definición que no han hecho suya, precisamente, los políticos nacionales (de todos los partidos) y que solo han provocado el hartazgo y rechazo de la población hacia la actividad política.

 

Ese discurso, que en su parte medular reza: “Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio ni a la disipación sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.

Y saco a colación este discurso con referencia al artículo publicado hace unos días por el diario El Universal, donde da cuenta del sorprendente patrimonio de Ricardo Monreal y familia, que incluyen múltiples residencias y ranchos en el estado de Zacatecas. Entre las propiedades encontraron nueve residencias a nombre de su esposa y cuatro a su nombre, además de un rancho.

De las propiedades de hijos y hermanos, porque el simple hecho de ser parientes suyos no los implica en nada; sería tanto como el dislate de asegurar, toda proporción guardada, que el presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova, favoreció a MORENA en el pasado proceso electoral, por el simple hecho de ser hijo de Arnaldo Córdova, co fundador del PRD y de MORENA e ideólogo de cabecera de López Obrador.

Y aunque el nuevo delegado de Cuauhtémoc en el Distrito Federal argumenta que sus bienes fueron adquiridos  con absoluta transparencia y honestidad, parece excesivo que a un hombre que solo se le conoce actividad política y uno que otro año dando clases en la propia Universidad Autónoma de Zacatecas y la UNAM, pueda acumular esa cantidad de posesiones más un departamento de lujo en la Torre Carso del Distrito Federal que, el PRD acusa, tiene un valor superior a los cinco millones de pesos.

Habrá quien, sin pensarlo, que argumentará comparaciones con políticos de otros partidos que ostentan carísimas y lujosas posesiones; incluso más de las que puede presumir Monreal (Léase Punta Diamante de Fernández de Cevallos en Acapulco o la “Colina del Perro de López Portillo”) sin hablar de lo más reciente, pero el hecho no es ése, sino que Monreal participó en el proceso abanderado por MORENA, su quinta organización política (ya estuvo en el PRI, en el PRD, en el PT y en Movimiento Ciudadano) y fungió, además como coordinador de campaña de López Obrador a la presidencia de México hace tres años, por lo que se presume una gran cercanía con el tabasqueño que enarbolaba el estandarte de la “honestidad valiente”. y se asume Juarista como el que más.

No pongo en duda la congruencia, en este sentido, de López Obrador; siempre he dicho que es un hombre congruente que, aparentemente, vive en esa honrada medianía juarista pero, ¿y los demás?, porque habrá que entender que un hombre no gobierna solo y, si la gente que le rodea se pliega a los argumentos que esgrime el líder moral, pues lo menos que podrían hacer es mostrar la misma coherencia.

Pero en México solo hay dos formas de obtener enormes dividendos económicos si no se es empresario o industrial y goza de los favores de la clase política (si no goza de ellos será siempre un pobretón clasemediero): o se es uno de ellos (político) o se vuelve futbolista y firma un jugoso contrato para dar de patadas en algún club europeo.

Ricardo Monreal ha tenido una larga y fructífera carrera de más de 40 años y que comenzó como regidor en Fresnillo; de ahí diputado federal y senador por el PRI. Luego renunció a este partido porque no lo postularon a él como candidato a gobernador y se lanzó al ruedo por el PRD y ganó; al terminar, de nuevo senador, ahora por el PRD y representa a éste ante el IFE; un año después, renuncia al PRD y se afilia al PT y se vuelve su coordinador de bancada; nuevamente renuncia, ahora al PT y se afilia a Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) para, finalmente, contender por MORENA para ser delegado por Cuauhtémoc en el D.F.

 

Se podría hablar (incluso lo dijo) de que hay bienes heredados, pero el padre de Monreal era un agricultor que tenía 140 hectáreas en Zacatecas, pero también 14 hijos y de ese rancho, a Ricardo solo le tocaron algo así como 12 hectáreas que nunca explotó, porque estaba dedicado a la política. O sea, sus bienes los adquirió gracias a su actividad política y no son pocos. Hay un dicho popular que viene como anillo al dedo: “para serlo, primero hay que parecerlo”.