HOSPITAL DEL ALMA 31/08/18

Duque de Santo Ton

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Soy venezolana pero gracias a Dios vivo fuera de mi país. Me casé con un chiapaneco y ahora vivo en Tuxtla Gutiérrez. Duque, no quiero ofenderte, pero la mayoría de quienes viven aquí son bastante feos. Yo soy de tez bastante oscura, pero aquí la gente es casi negra y de rasgos muy vulgares, como mi suegra. La mujer es espantosa y no tiene clase, vive arraigada a las costumbres de otra época, me acusa de ser muy “alzada”, como dice, pero, Duque, la verdad es que jamás me imaginé vivir en un lugar así.

 

Dayana

Tuxtla Gutiérrez

Querida Dayana:

Si eres inmigrante, se me hace idiota que te expreses en esos términos tan racistas de la gente que te abrió las puertas de su casa, ya que, según parece, en tu país ya no se puede vivir. No te olvides de que todos los latinoamericanos somos mestizos, sobre todo si dices que tienes la piel oscura, no entiendo cómo puedes ser más racista que una alemana, mamacita. Y en último de los casos, si no te sientes a ¿gusto aquí?, ¿por qué no buscas otro sitio que te parezca más agradable.

Querido Duque de Santo Ton:

Mi mamá siempre me dice cosas dolorosas y ofensivas, pero al poco tiempo olvida que me lastimó en donde más me duele. Al principio pensé que fingía olvidar pero ahora creo que en verdad: lo olvida. El caso es que me desquicia, como, por ejemplo, ahora que mi matrimonio está en crisis y me dice "nadie te dijo que te casaras", aunque durante años me estuvo presionando para casarme y haciendo comentarios hirientes por sus ideas religiosas. Es una buena mujer y la quiero pero de verdad me vuelve loca cuando hace eso, creo que yo tengo suerte de no estar más loca de lo que estoy.

Elvira

Ocosingo

Querida Elvira:

A los padres hay que comprenderlos, pues ellos aprendieron a ser padres con base en las experiencias que ellos mismos vivieron en sus propias casas. Me parece que ya eres lo suficientemente adulta como para dejarte lastimar por palabras que, como tú misma anotas, se las lleva el viento.

Duque:

Estoy seguro de que me gustan las chavas, pero en algunas ocasiones llego a sentir atracción por los chavos ¿qué puedo hacer?

Williams

Tuxtla Gutiérrez

Querido Williams:

Tú déjate llevar por tus instintos. No todo el mundo nació con la habilidad de jugar en dos canchas, no te preocupes por el qué dirán, sino por los cuidados que todo ser promiscuo necesita tener.

Querido Duque de Santo Ton:

Cuando era niña, tuve una experiencia extraña con una prima. Me quedaba muy seguido a dormir en su casa, un día que no había nadie más, ella me llevó a una habitación y se desnudó en frente de mí y luego me pidió que la tocara, en específico la entrepierna. Yo me sentí confundida y no lo hice. Pero esto se volvió a repetir muchas veces, ella también me lo hacía a mí y llegó un momento donde nos gustaba mucho hacerlo y lo hacíamos siempre que podíamos estar solas, y lo veíamos como lo más normal del mundo. Hasta que sentí que mi tía estaba sospechando algo y ya no fui a su casa a dormir. Ahora que ya crecimos ella últimamente me pide hacer piyamadas como las de antes, pero yo le digo que no porque me siento confundida por lo que pasó. No creo que ella recuerde lo sucedido. Por una parte me siento culpable por lo que pasó, porque en edad yo soy mayor que ella. Por otro lado quiero volver a hacerlo.

Emma

Tuxtla Gutiérrez

Querida Emma:

No seas marrana. Si a ti te gusta tallar pelucas no arrastres a tu prima. Lo que vivieron de niñas fue parte de un aprendizaje que no tiene por qué repetirse.

 

Querido Duque de Santo Ton:

He leído y visto muchas cosas referentes al sexo, aunque tengo 14 años y sé que es una edad muy tengo temprana para pensar en esas cosas, pero siento unas ganas tremendas por perder la virginidad, aunque me gana la moralidad. Probablemente en el futuro sea adicta a ello, deseo con intensidad que alguien me tome y me destroce sin piedad, pero no se me da la oportunidad y la conciencia me impide hacer algo indebido.

Susana

San Cristóbal

Querida Susana:

A mi juicio, si algo se va a cocinar, puedes irlo calentando. La vida es corta y solamente se vive una vez.

Duque de Santo Ton:

Soy la esposa del mayor de 7 hermanos, todos hombres, y las mujeres de mis cuñados me odian porque soy la preferida de mi suegra. Ellas provienen de familias enriquecidas con la política y yo tengo muy buenos apellidos pero mis papás están arruinados, viven nada más de apariencias. Sin embargo, para nadie es un secreto el hecho de que mi marido será el heredero mayoritario de mi suegro, sus empresas pasarán casi de manera íntegra a sus manos, pues no quieren ver disuelta la fortuna en muchas manos. Por eso no me quiere el resto de la familia, pero ¿qué puedo hacer?

Ana

Tuxtla Gutiérrez

Querida Ana:

Lo que puedes hacer es portarte bien y no dar motivos para que tu esposo te repudie. A las familias que tienen dinero viejo no les gustan los divorcios ni las puterías, y eso saben premiarlo, sobre todo a quienes, a pesar de no tener un peso, los emparentan con la aristocracia chiapaneca.

Querido Duque:

Odio al hijo que mi marido tuvo con su primera esposa; tanto, que cuando lo veo me comienza a dar taquicardia y tiemblo me enferma no puedo dormir mi cabeza estalla. Es un hombre de 27 años que nunca ha servido para nada, solo sabe fumar marihuana, aspirar cocaína y estar en la calle. Es cochino, atrevido, irrespetuoso, muerto de hambre desorganizado y desmemoriado.  Estoy desesperada, tengo que verle la cara todos los putos días y ya no sé qué hacer, no lo soporto, no lo tolero es un zángano asqueroso y mi esposo no es capaz de sacarlo de nuestra casa.

Edith

Tuxtla Gutiérrez

Querida Edith:

Lo peor que puedes hacer es intentar que tu esposo se ponga en contra de su hijo. Si insistes, lo único que vas a lograr es que te saque de la casa a ti. Procura ser más tolerante.

Duque:

Descubrí que mi hijastra casada le es infiel a su marido. La niña tiene 21 años, el esposo trabaja en Tapachula y solo viene los domingos, por lo que de martes a sábado ella se viene a dormir a nuestra casa. Sin embargo, últimamente ha comprado cosas caras y el esposo no gana mucho dinero. Mi señora dice que su hija tenía dinero ahorrado pero no le creo y averiguando con amigos me dijeron que ella se vende con hombres, a los que contacta por Internet, a cambio de 1500 pesos por hora. Al principio me impactó saberlo, traté de que no me importara, pero ahora me siento cómplice, me da pena por él esposo. Yo la entregué en el altar vestida de blanco.

Noé

Cintalapa

Querido Noé:

Aunque tú hayas entregado a esa mujer en el altar, por ser el marido de la madre, en realidad no tienes ningún tipo de relación con la muchacha ni, mucho menos, puedes entrometerte en su vida privada. Deja que haga lo que quiera y preocúpate más bien por tu señora, porque la “mala maña” se hereda.