HOSPITAL DEL ALMA 160224

Por El Duque de Santo Ton

(Consultas gratis: [email protected]) 

Duque de Santo Ton:

Tenía una novia a la que quise mucho y ella a mí. Lo único malo que había en nuestra relación, es que no teníamos dinero para pagar un departamento de alquiler e irnos a vivir juntos.

Ella era una chava muy cabrona, y me propuso entrar al negocio de la droga, vendiendo tachas en bolsita a domicilio. Yo no quería, pero luego sí quise, y nos iba muy bien, hasta que recibimos amenazas de muerte por andar traficando sin permiso del “patrón”. Nos dio mucho miedo y dejamos de hacerlo, pero no nos tranquilizamos porque en ese tiempo ella salió embarazada. Entonces le cambió el carácter bien gacho y para que se le quitara lo mamona, yo le dije que no pensaba casarme con ella pero que sí quería conocer a mi hijito y seguirlo viendo. Ella no la hizo de pedo, aunque para evitar problemas yo no reconocí al niño, hasta que me enamoré de una señora casada y con dos hijos, con la que me casé y ya estamos esperando nuestro propio hijo. Mi ex novia me dijo que a ella no le importaba pero que ya no me iba a dejar ver a mi primer hijo para que él no se sintiera menospreciado, lo cual se me hace una cursilería.

Genaro

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Genaro:

Las mujeres son así, nadie las entiende. 

Querido Duque:

Soy madre soltera desde que era muy joven, y ahora que mis dos hijos son adolescentes, conocí a un hombre soltero, bueno y trabajador, que me ama, que me respeta y que me ha pedido que me case con él. Después de platicarlo con mis niños decidí aceptar la propuesta y voy a contraer nupcias el próximo diciembre. En contra de la opinión de mi mamá, yo quiero tener despedidas de soltera, casarme por la iglesia, con traje de novia, velo, damas y una gran fiesta. Creo que me lo merezco ¿no?

Leticia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Leticia:

Me parece que tu madre tiene razón, te verías muy cínica al vestirte de blanco en una ceremonia en la que se festejan la pureza y el himeneo. En tu caso, Leticia, careces de pureza y, sobre todo, de himen ¿a quién pretendes engañar? ¿le vas a pedir a tus hijos que sean ellos los que te jalen la cola del vestido de novia? No te digo que no te cases por la Iglesia, pero, por favor, hazlo con pudor. Un traje gris sencillo y corto, sería el atuendo ideal para tu boda. No creas que por haber salido con tu “domingo 7” y haber pescado marido mereces que te aplaudan, simplemente la suerte te favoreció. Por otra parte, debes tener en cuenta que la pandemia del coronavirus no es favorable para hacer fiestas ni para despedidas ni para ese tipo de pendejadas.  

Duque:

Mi hermano es mi compadre y hace unos cuantos fines de semana me invitó a pasar con mi familia un fin de semana en la casa que compró en Puerto Arista. Aunque mi mujer y la suya casi no se llevan, yo acepté para que mis hijos pudieran disfrutar del mar y para poder convivir con mi hermano que, como te dije, es mi compadre. Al llegar al puerto compramos todos los víveres que íbamos a necesitar y harto trago, pues tanto a mi hermano como a mí nos gusta tomar galán. Los días que estuvimos en la playa los niños se la pasaban en el mar, mi cuñada y mi esposa casi no salían de la cocina porque nos hacían de desayunar, comer y cenar a todos; y mi hermano y yo casi no comíamos, casi puro beber éramos. Bueno, te escribo para contarte que estando bien bolo tuve relaciones sexuales con mi cuñada dos veces. No es por presumir, pero ella quedó deleitada, o al menos eso fue lo que me dijo. Ni mi hermano ni mi cuñada se dieron cuenta de nuestra infidelidad y mi cuñada y yo quedamos en que no les íbamos a decir nada, pero el sentimiento de culpabilidad me dice que debo confesar mi falta porque el remordimiento me mata. Aconséjame.

Gerardo

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Gerardo:

Me parece que la solución ideal sería no decir nada y olvidar que sucedió lo que sucedió, aunque comprendo lo que se siente vivir con culpabilidad. Tal vez lo mejor sea que lo confieses todo e inventes que tu cuñada se aprovechó de tu borrachera y que se te abrió de piernas cuando estabas tan bolo que no pudiste resistirlo porque, después de todo, eres hombre y reaccionas como tal. Casi puedo estar seguro de que tanto tu hermano como tu esposa creerán la historia y la que terminará pagando el pato será tu cuñada, pues un hombre borracho no sabe lo que hace, pero una mujer debe controlar sus instintos por más excitada que esté. Puedo asegurarte que tu esposa te perdonará porque a ella no le conviene quedarse sin marido, y tu hermano mandará a volar a la golfa de su esposa por atreverse a tener sexo contigo que eres su hermano, lo cual es injustificable. Probablemente al principio él se moleste contigo, pero terminará comprendiéndote porque, al fin y al cabo, también es hombre.

Duque de Santo Ton:

Una de mis hermanas tiene una amiga divorciada a la que siempre invita a nuestras reuniones familiares. Una amiga es una amiga y lo comprendo, pero, Duque, la vieja se la pasa coqueteando con los maridos de las señoras decentes que vamos a esas fiestas. Te juro que la divorciada no puede tomarse un par de cervezas porque se pone tan caliente que hasta a nuestros hijos mayorcitos se quiere llevar a la cama, pues es una mujer de cincuenta y tantos años y nuestros hijos andan sobre los veinte. Cada vez que mi suegra me avisa que va a haber reunión de familia en su casa me pongo a temblar porque ya he notado que la vieja hasta erecciones le provoca a mi marido con sus actitudes y cualquier día se la lleva a tener sexo a un motel si no es que ya lo hizo.

Carmela

Ocozocoautla 

Querida Carmela:

La próxima vez que tu suegra te llame para invitarte a una fiesta familiar, cuéntale esto que me escribes, tal cual. Te aseguro que ella, para defender a su prole, se encargará de poner a la divorciada en su lugar y a tu cuñada le dará una lección de etiqueta, pues una mujer sola siempre es un peligro en las fiestas de casados, ya que, por lo general, siempre andan bien calientes. A esa señora, tu cuñada debe mantenerla a raya por mucho cariño que le tenga. 

Querido Duque:

Tengo 19 años y soy muy delgada, casi no tengo curvas y eso me gusta porque la mayoría de la ropa me queda muy bien, pero la otra noche fui al antro en minifalda y vieras como se burlaron todos de mí. Me dijeron que si iba parada de manos, que si tenía buenas piernas porque no se me rompían y otras vulgaridades así. Sin embargo, yo estoy contenta con mi físico, y seguiré usando minifalda cuando se me pegue la gana.

 Carolina

San Cristóbal 

Querida Carolina:

¿Entonces de qué te quejas? Tienes que escoger entre ser elegante o ser sexy, lograr el punto medio es prácticamente imposible y a ti con patas flacas te va más lo elegante.