HOSPITAL DEL ALMA 260124

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Desde hace ocho meses vivo en unión libre con mi pareja, y siempre leemos tu sección de Hospital del Alma, y pues quiero que sepan tú y tus lectores que somos, mi pareja y yo, inmensamente felices. No dudo yo de ella ni ella de mí. Ser sinceros es la base de nuestra relación. Te escribo esto porque no siempre lo que te escriben debe ser malo porque también hay cosas buenas. Te mando un fuerte abrazo y felicidades por tu sección ya que, gracias a los consejos que nos das, tratamos de vivir mejor.

Carlos y Emma

Tuxtla Gutiérrez 

Queridos Carlos y Emma:

Estoy muy complacido con lo que me dicen, y los felicito por amarse tanto y por comprender que vivir es un privilegio que debe disfrutarse y no sufrirse. Espero seguir contando con su preferencia y que, de vez en cuando, me lean juntos en la cama, después de hacer el amor. 

Duque:

Me he dado cuenta de que a veces repites algunas notas del Hospital del Alma. Si piensas que los lectores no tenemos memoria, estás muy equivocado. Así que si no tienes algo realmente interesante que poner, mejor no pongas nada o pon otra cosa.

Armando

Tonalá 

Querido Armando:

Hay cosas que tú, como lector, solamente puedes apreciar desde afuera. El hecho de que hayas detectado detalles como el que mencionas me halaga porque se nota que eres un lector asiduo y que has llegado a conocer tanto mi trabajo que eres capaz de notar ese tipo de fallas que, te lo juro, no volverán a ocurrir. 

Querido Duque:

En mi escuela hay un muchacho como de veinte años que me gusta mucho, porque es blanquito, guapo y tiene coche propio. Mi novio no es feo, pero además de prieto, nunca trae un clavo para comprarme nada ni para llevarme a ninguna parte. No sé cómo hacer para que el güero se fije en mí.

Leslie

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Leslie:

Si eres igual de prieta y paupérrima que tu novio, no creo que el güero se fije en ti, ni prendiéndole media docena de veladoras rojas a San Judas. 

Duque:

Quisiera conocer a un hombre casado y con hijos, que quisiera una aventura conmigo. Yo soy soltera y estoy un poco desilusionada de la vida por las cosas que me han pasado. Sexualmente soy normal y me considero generosa porque no tengo inhibiciones.

Minú

Tuxtla Gutiérrez 

Minú:

Suerte con lo que busques pero ten cuidado, las cosas siempre resultan como uno quisiera. 

Duque:

Oyes qué consejo me das. Fíjate que me gusta una chava en donde trabajo, pero en una ocasión nos dimos unos fajes en su casa y la verdad le dije que me gustaba mucho y que quería algo en serio con ella, aunque no de momento, pero de un tiempo a acá ella ha cambiado, me rechaza y dice que tiene novio formal ¿qué hago?

Alejandro

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Alejandro:

Lo que tienes que hacer es buscarte a otra vieja porque, al parecer, ya te dieron matanga. 

Querido Duque:

Soy un chico que apenas acaba de llegar a la ciudad de Tuxtla. Me gustaría conocer a chavas 18 a 35 años, de amplio criterio. Me encanta salir a antros y a lugares más privados. Soy güero, de ojos verdes, tengo 27 años, estoy muy bien dotado y vengo de Tabasco.

Sergio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Sergio:

Los tabasqueños tienen fama de ardientes, y si encima de todo eres güero, ojiverde y bien dotado, estoy seguro que tiempo te va a faltar para salir a antros y a lugares más privados. Bienvenido a Tuxtla. 

Querido Duque:

Soy un joven de buen ver que ofrece sus servicios de compañía a quien se interese en pasar un buen rato con un caballero culto, refinado, varonil, bien vestido, que conoce el mundo y que tiene un amplio criterio. Conozco las propiedades curativas de los masajes y sé cómo relajar el cuerpo a través de ellos. Mis manos son un órgano que produce placer y a las pruebas me remito.

Diego

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Diego:

Sólo te faltó decir que también bailas “can can” y que sabes hacer “la mecedora”. Varias veces he publicado anuncios como el tuyo, por lo que veo que mi columna ha dado resultado. 

Mira Duque:

Yo soy tan fea, que desde que me convertí de niña en mujer no he desaprovechado una sola vez para hacer el amor con quien me lo ha pedido, porque estaba segura de que nunca me iba a casar y que ésa sería la única forma que tendría de darle gusto al cuerpo. Lo chistoso es que desde que empecé a irme a la cama con un profesor de la preparatoria, ni él ni yo queremos estar con nadie más y él ya me dijo que piensa divorciarse de su esposa y dejar a sus hijos para casarse conmigo. La otra mañana me invitó a desayunar su mujer y me dijo que estaba enterada de todo, que me pedía de favor que no destruyera su matrimonio y que no se explicaba como su marido se había fijado en mí si ella está mucho mejor que yo. Le confesé que sí, que sí ando con su esposo y que no lo pienso dejar mientras él me siga buscando. Muy digna, la señora pagó la cuenta y se fue sin decir nada.

Toty

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Toty:

Si en realidad eres tan fea como dices, no desaproveches la felicidad que la vida te está ofreciendo en charola de plata y que quizás no vuelva a presentarse. Trata de que tu profesor-amante se olvide de su familia y se quede de planta contigo. Al fin y al cabo, no serás la primera ni la última mujer de cascos ligeros que se quede con el marido de otra. Asegúrate, eso sí, de no embarazarte hasta no estar casada con el viejo, y después ponte a tener hijos como coneja para que también puedas amarrarlo económicamente. 

Duque:

Desde que me casé, a fines de los años cincuenta, me he dedicado a coleccionar alhajas finas. A estas alturas de mi vida tengo un buen capital invertido en oro, platino y piedras preciosas. Todo está, claro, a resguardo en la caja de seguridad de un banco. No tuve hijas y mis sobrinas son tan corrientes, que seguramente no apreciarán el justo valor de mi colección. Mi esposo dice que, poco a poco, vaya yo sacando mis joyas y las deposite en un banco de Estados Unidos o de Suiza, pues en Latinoamérica uno nunca sabe cuándo se “nacionalizarán” las cosas y a mí me daría mucho coraje que me quitaran algo a lo que le he dedicado toda mi vida.

Eugenia

Tuxtla Gutiérrez

Querida Eugenia:

Perdóname la confianza, pero estoy asombrado ante tu egoísmo. Aunque tus sobrinas sean una bola de gatas, no dejan de llevar tu sangre, aunque, claro, no por eso les vas a regalar tus joyas. Sacar dinero, piedras y metales preciosos del país por miedo a una devaluación, es una medida precautoria propia de quienes no sienten amor por su patria. Por último, te recomiendo que mejor vendas todo pues en Tuxtla rara vez tendrás ocasión de lucir brillantes o esmeraldas, y te dediques a vivir intensamente lo que te queda de vida, que las experiencias son lo único que realmente podrás atesorar y llevarte contigo a la tumba o, según sea el caso, al crematorio. 

Señor Duque:

Aunque soy sirvienta, estoy muy convencida de mi fe adventista y por eso no trabajo los sábados, que son días que dedico a glorificar al Señor. Mi patrona lo entiende y me lo permite, pero quiere que a cambio de eso trabaje los domingos y días festivos, como el día de la Virgen de Guadalupe o el día de las madres, lo cual me parece injusto y que además contradice lo que ordena la Ley Federal del Trabajo ¿tú qué opinas?

Sandra

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Sandra:

Por lo general en los trabajos se descansa el domingo, pues ese día los católicos, que en México son mayoría, están obligados a ir a misa; pero si tú ya santificaste el sábado, no veo el inconveniente para que trabajes el domingo. Ahora bien, yo tengo entendido que en las religiones protestantes o evangélicas está prohibido adorar a la Virgen de Guadalupe, por lo que tomarte su día no sólo me parece injusto sino una marranada de tu parte.