HOSPITAL DEL ALMA 160819
Por El Duque de Santo Ton
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Querido Duque de Santo Ton:
Mi suegra era una mujer muy elegante y sociable, pero muy exigente para seleccionar a sus amistades. A ella no le interesaba cuan rica fuera una persona, si no le agradaba, no le agradaba y punto.
Marcia
Tuxtla Gutiérrez
Querida Marcia:
Seguramente tu suegra era de otro lado, porque entre nosotros el que tiene dinero vale y el que no, no.
Duque:
Un amigo de mi esposo era extremadamente galante conmigo, hasta que, lógico, terminamos cogiendo. Lo malo fue que tanto su esposa como mi marido se enteraron y aunque ninguna de las dos parejas se divorció, las relaciones quedaron muy tensas. El caso es que hace poco viajé sola a la Ciudad de México, y coincidí con el susodicho hombre. Al principio, esquivaba la mirada para que no me saludara pero al final caí, volvimos a platicar y apenas llegamos a México, volvimos a coger, un día en su hotel y dos días en el mío. No sé qué me sucede, Duque, yo soy una señora decente, te lo juro por lo más sagrado.
Jessica
Tuxtla Gutiérrez
Querida Jessica:
A pesar de que jures por lo más sagrado, se nota que de señora decente no tienes ni la forma de expresarte, y que eres una zorra que tarde o temprano da rienda suelta sus impulsos. Trata de controlarte, Jessica, los adulterios no son buenos, hacen daño, dan penas, por más sabrosos que sean.
Querido Duque:
Eres un hombre muy inteligente y mundano, se nota que te gustan las cosas buenas y que sabes vivir la vida ¿te gustaría conocerme en la intimidad?
Sandra
Tuxtla Gutiérrez
Querida Sandra:
No.
Querido Duque:
Escribí a uno de tus lectores que publicó su correo electrónico en tu Hospital del Alma, y me salió con que él era de Tapachula y que quería conocer a una tuxtleca para tener intimidad con ella y relacionarse más con las muchachas de aquí. Me dijo que medía un metro con ochenta centímetros, que no era feo y que estaba muy bien dotado. La descripción me entusiasmó y quedamos de vernos en la cafetería del Bonampak. Cuando me di cuenta de su aspecto, me quise echar a correr para no tener nada que ver con él. Efectivamente era un hombre muy alto, pero rete gordo, granoso y bien feo. Como ya habíamos quedado de vernos, no me quedó más remedio que sentarme con él para tomar café, pero cuando le dije que no íbamos a llegar a nada en el aspecto sexual, se puso a llorar y me dijo que no fuera mala, que él había venido desde Tapachula sólo por eso y que no sé qué. Compadecida, acepté y me fui con él al motel Conquistador, y para mí fue un suplicio tenerlo adentro. Cuando terminó todo y él se metió al baño, yo me vestí a toda prisa y me iba a escapar, pero él salió y volvió a suplicarme, a llorar y me volvió a convencer. Todo lo recuerdo como una asquerosa pesadilla, pero como el tipo tiene mi celular, me manda recaditos y me llama a cada rato para repetir la experiencia ¿qué hago?
Larissa
Tuxtla Gutiérrez
Querida Larissa:
Yo siempre me he deslindado de cualquier responsabilidad por las relaciones que se establezcan entre quienes se escriben a través de los correos electrónicos que publico de mis lectores. Yo simplemente los publico y ya. No obstante, en este caso no puedo quedarme callado ¿cómo es posible que te hubieras ido a meter a un motel con un desconocido sólo por lástima? Desde que lloró al negarle la intimidad, lo hubieras mandado a volar, sobre todo si te engañó respecto a su físico. Pero no, la señorita, muy compadecida, se va a un motel de paso y se relaciona sexualmente con un señor al que no conocía y que no le gustaba. Larissa, la verdad, tú tampoco estás muy bien de la cabeza y te suplico que no vuelvas a cometer tonterías como ésa, porque me dará cruda moral y no volvería a publicar una sola dirección para que se interrelacionen mis lectores.
Duque:
El otro día una amiga me preguntó que cómo le hacía yo para llamar tanto la atención de los hombres, y yo le contesté que no hacía nada, que todos ellos se fijaban en las chichotas que Dios me dio. Es que las tengo bien grandes y bonitas, Duque, todos los hombres se fijan en ellas e intentan conocerme.
Teresa
Tuxtla Gutiérrez
Querida Teresa:
Qué bueno que tengas cosas bonitas para llamar la atención de los hombres, pero recuerda que existen otros muchos valores que debes cultivar para atraer a los tipos que realmente valen la pena. El sexo no lo es todo en la vida, y ese par de preciosidades terminarán por caerse y perder su turgencia.
Duque:
Primero dejaste de escribir cuentos, luego dejaste de asistir a las fiestas y ahora te concretas a escribir el Hospital del Alma. No seas flojo, vuelve a deleitarnos con tus ocurrencias como antes, y con tus deliciosas reseñas de sociedad.
Candelaria
Tuxtla Gutiérrez
Querida Candelaria:
Así como tú me pides cuentos y que vaya a fiestas, otras personas me solicitan que siga con el Hospital, que he estado a punto de cerrar definitivamente varias veces, y po. Cada cosa tiene su tiempo, y tal vez, muy pronto, haga cambios diametrales en mis materiales, porque lo que permanece estático se entiesa y porque tengo muy buenas ideas. De todas maneras tendré en cuenta tus sugerencias, las cuales agradezco infinitamente.
Señor Duque de Santo Ton:
Usted escribe muy bonito, tiene mucho talento y se nota que conoce Chiapas, su historia y su gente. Lástima que se la pase escribiendo puras babosadas que no creo que a nadie le interesen, por lo menos a mí ni siquiera me llaman por el morbo.
Fernando
Tuxtla Gutiérrez
Querido Fernando:
Gracias por las flores y las pedradas.
Santo Ton:
Mi abuelita me ofreció que si me voy a vivir con ella me va a heredar todo lo que tiene, que es un montón de dinero y varias casas. La verdad es que si acepto, se me resolvería la vida.
Olivia
San Cristóbal
Querida Olivia:
No seas interesada. Lo más seguro es que te vayas a vivir con tu abuela y acabes muriéndote tú antes que ella, o si ella se muere antes, tus parientes te hagan de chivo los tamales. Recuerda que la ambición rompió el saco.
Querido Duque:
Una de mis tías dice que tú no pareces chiapaneco, que solamente pretendes serlo para llamar la atención. Yo le he dicho que tienes mucha familia en Ocosingo, Comitán y San Cristóbal, pero ella no me cree.
Victoria
Tuxtla Gutiérrez
Querida Victoria:
Lo que crea o no tu tía me tiene sin cuidado.