HOSPITAL DEL ALMA 010819

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Estoy preocupado porque en varias ocasiones he soñado que estoy amarrado, desnudo y con las piernas abiertas, y un grupo de hombres me fuerza a tener sexo con ellos.

Yo siento angustia, vergüenza, coraje, humillación, pero, y eso es lo más grave, siento placer también. En mis sueños no logro ver los rostros de los que me atacan o no los recuerdo. Invariablemente, cuando sueño eso, tengo una tremenda erección y a veces hasta me tengo que masturbar ¿qué significarán esos sueños? Debo decirte que yo soy un hombre normal, casado, con tres hijos y que en mi vida jamás he sentido atracción por otros hombres. He leído que tú sabes mucho sobre eso de los sueños y por lo mismo te lo pregunto.

Fersen

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Fersen:

“Soñar es desear”, decía Freud en su libro “Introducción al psicoanálisis. En tu caso, lo más seguro es que tu inconsciente desearías tener sexo con otros hombres, pero eso para tu moral, para tu educación, para tu estado consciente, resulta insoportable. Es por eso que en el sueño apareces amarrado y tu voluntad reducida a su mínima expresión, para justificar que son otros los que te obligan a hacer algo que en el fondo deseas pero no eres tú el que toma la iniciativa. Si encima de eso, te despiertas excitado y con el miembro erecto, yo creo que es conveniente que empieces a pensar que no eres realmente quien siempre has creído ser. 

Querido Duque:

Mi mejor amiga me invitó a pasar el fin de semana con sus papás, a una cabaña que tienen cerca de San Cristóbal. Es una casita de teja y techo de dos aguas pero construida a todo lujo, sin reparar en gastos, y situada en medio de uno de los pocos bosques que todavía quedan. Nos llevamos a una sirvienta para que nos atendiera, y cuando llegamos, mi amiga, su madre y la muchacha se fueron a comprar la despensa a San Cristóbal. El papá no quiso ir porque dijo que quería verificar que la chimenea funcionara bien y yo también preferí quedarme porque quería echar una siesta. El caso es que estaba yo acostada en mi cama a punto de quedarme dormida, cuando noté que el señor, que según su hija tiene 42 años, apareció completamente desnudo y se aventó sobre mí, besándome en la boca y acariciándome los senos, quitándome la ropa. Yo al principio no quería, pero con el hombre encima, terminé queriendo. Tuvimos sexo en dos ocasiones y hasta nos hicimos sexo oral uno al otro. Nos dio tiempo de bañarnos y bromear antes de que llegara mi amiga con su mamá y su muchacha. El papá y yo quedamos de volvernos a ver en Tuxtla y lo hemos hecho, pero prometimos no contarle nada a nadie. Sin embargo, yo no puedo comportarme como si nada hubiera pasado y seguir tratando a mi amiga de igual forma, sin decirle lo que pasó. Mi mamá me aconseja que no diga nada si no quiero quemarme con la sociedad y perder a mi mejor amiga ¿tú qué opinas?

Lorena

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lorena:

Es cierto que tú no diste motivo al inicio de esa relación, pero a estas alturas, cuando ya se ha vuelto consuetudinaria y te encanta, es una traición que no le platiques a tu amiga lo que ocurre por mucho que te lo pida tu amante, porque la “cornuda” es la madre y eso no se vale. Si eres una mujer capaz de sentir lealtad, platícale a tu amiga como han sucedido las cosas, que las sepa de tu propia boca. Si decide terminar con la amistad, pues ya ni modo, aunque existe la posibilidad de que te comprenda y hasta te dé permiso de que entretengas al papá que si de todas maneras se va a ir de golfas, mejor que sea contigo. Por quemarte con la sociedad no te aflijas, seguramente ya lo estás. 

Duque:

Yo soy muy morena pero de rasgos finos, tengo la nariz respingada, labios delgados y ojos grandes. Aunque soy bastante negra, todos dicen que me veo muy guapa y que me visto elegante. Sin embargo, el muchacho que me corta el cabello dice que me quiere aplicar unas luces para que me iluminen el rostro, pero yo no sé si dejarme, la teñida siempre se me ha hecho una salvajada.

Mireya

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Mireya:

Por la forma en que me escribes, intuyo que estás muy contenta con tu físico, entonces ¿para qué modificarlo? No entiendo al estilista que quiere iluminarte el rostro, cuando su principal belleza es que sea oscuro. Tú sigue tus instintos, que son los que te han llevado a tener un estilo propio y a competir con las güeras, que creen que son lo único bonito en la tierra ¿quién te dijo a ti que las morenas son feas? 

Querido Duque de Santo Ton:

El esposo de una amiga consiguió un buen trabajo en la Ciudad de México y se fue para allá sin llevarse a su mujer ni a sus tres hijos, porque según él la capital del país es muy insegura y el puesto es temporal. Sin embargo, antes de seis meses ya vive con otra señora, mucho menor que mi amiga, ya la que embarazó y le puso casa. En cuanto se enteró, mi amiga viajó a México para reclamarle al marido, pero él le puso una soberana madriza por andar de argüendera  ¿Crees que ella haya hecho bien o mal?

Antonia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Antonia:

El que busca, encuentra. 

Duque de Santo Ton:

Tengo una hermana a la que le gusta tener sexo con cuanto hombre conoce, y jamás piensa en el papel en el que me pone a mí, pues el nombre de la familia está en juego. Cansado de pelearme por su culpa, el otro día le reclamé y le dije que si va a andar de golfa que por lo menos cobre y nos mantenga a todos. La muy desgraciada me dio una cachetada, pero yo no le hice nada porque es mujer y yo a las mujeres las respeto.

Gilberto

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Gilberto:

Me da gusto que respetes a las mujeres, sobre todo a tu hermana, a la que le gusta la vida alegre pero ello es mejor a que prefiriera la triste. Lo malo es que vas a tener que seguir trabajando, no hay de otra.