HOSPITAL DEL ALMA 260719

 

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Trabajo desde hace muchos años en una empresa, y hace poco el dueño se retiró para dejar las riendas a su hijo, un muchacho como de 25 años, que se siente la gran cosa pero que en realidad es un pobre incapaz e ignora la manera en que deben funcionar las cosas.

Por el cariño que le tengo a la familia, me ofrecí a ayudarlo para que tuviera el control de la situación, pero en lugar de agradecerlo, el junior lo que hizo fue exigirme que me acostara con él, a pesar de que es 20 años menor. Al principio me mostré indignada y lo amenacé con reportarlo con su papá, pero él me recordó que yo fui amante del señor durante años, y que jamás tuve consideración con su mamá, que es una santa y que nunca protestó por mi conducta. Ante lo inevitable, me acosté con el chamaco y lo sigo haciendo, pues no quiero tener problemas, pero me siento sucia e inmoral.

Susana

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Susana:

Te sienes como lo que eres. Solamente faltaría que quisieras darte baños de pureza después de arreglar en la cama tus asuntos laborales.  

Querido Duque de Santo Ton:

Yo soy una mujer liberal, nací en los años setenta y no me siento para nada retrógrada. Sin embargo, el otro día mi hija de nueve años me contó que su profesora, les dijo a ella y a los demás alumnos, que la homosexualidad es algo muy normal y que la moral cristiana es un mito que sólo sirve para crear sentimientos de culpa y conflictos sexuales. Según la Constitución, en México existe libertad de cultos, por lo que me ofende que una pelada, como esa maestra, le esté llenando la cabeza a mi hija, de ideas que no compartimos en nuestra casa, en donde no consideramos que la homosexualidad sea algo normal, sino que, por el contrario, nos parece una situación aberrante y degenerada. Fui a la escuela a reclamar a la profesora y a la directora, y las dos me salieron con que eso no era nada, que pensaban instruir a los niños en el uso del condón, y en las distintas prácticas sexuales (coital, anal, oral, masturbación, etc.) Les recordé que mi hija apenas tiene nueve años de edad como para estar aprendiendo cochinadas, que es una niña inocente, y las muy frescas me respondieron que mi nena está a punto de iniciar su vida sexual y que ellas la están preparando para que pueda defenderse de enfermedades venéreas o embarazos no deseados ¿creerán las muy puercas que mi hija es igual de golfa que las de ellas? Yo siempre he pensado que el mejor (único) método para prevenir enfermedades venéreas o embarazos, es la abstinencia. Yo quiero que mi hija llegue virgen al matrimonio y que tanto ella como su esposo se guarden fidelidad, lo cual dudo se cumpla, si ese par de arpías le siguen metiendo ideas sobre homosexualidad, felaciones, sodomía y esas cosas. Creo que la moral cristiana es el único código de conducta realmente eficaz ¿qué puedo hacer?

Silvia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Silvia:

Me parece que tu hija no está asistiendo a la escuela indicada, pues en tu casa recibe una información que se contradice con la que le dan en el colegio, lo que únicamente puede conducir a la confusión de la niña. Yo también estoy de acuerdo con la moral cristiana, y se me hace idiota que un par de indígenas que se dicen maestras la descalifiquen de esa manera ante los niños ajenos, sobre todo, si como bien lo dices, en México existe la libertad de cultos. Como no mencionas el nombre de la escuela yo no puedo hacer una denuncia pública desde este hospital, pero creo que es urgente que te quejes ante las autoridades educativas competentes, ya que si bien es cierto que hay menores que se inician en la sexualidad desde los doce años de edad, tu hija no tiene porque ser una de ellas. Por lo pronto, trata de cambiarla de escuela, esas mujeres están locas y en una de ésas hasta lesbianas y corruptoras de menores son. 

Querido Duque de Santo Ton:

Tengo catorce años y soy muy bajo de estatura. Mi mamá dice que todo se debe a que yo fumo desde que cumplí los diez años y que sólo por eso me voy a quedar enano y que ya debería ir buscando chamba en un circo. Estoy muy asustado porque sí, la verdad es que aunque todavía no cumplo los quince, ya me echo una cajetilla diaria de tabaco.

Adrián

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Adrián:

Antes que nada, me gustaría saber de dónde sacas dinero para pagar cincuenta y tantos pesos diarios para comprar tabaco, si sólo estudias y tienes apenas catorce años de edad. No tengo porque mentirte, por lo que es mi obligación ética decirte que lo que tu madre dice es falso, nadie se queda enano por fumar, aunque el riesgo de un cáncer bucofaríngeo o pulmonar es muy alto entre los fumadores consuetudinarios, además de que se genera una adicción muy difícil de erradicar. 

Duque:

Fui de vacaciones a Cuba y me gustó tanto una cubanita, que regresé varias veces a visitarla, pues su familia me encantó tanto como ella, son personas de veras muy agradables. El caso es que sin darme cuenta me enamoré de ella y le pedí que se casara conmigo, lo cual hicimos en un pequeño salón del Hotel Nacional de La Habana. Fue un cuete conseguirlo, pero después de muchos trámites logré traérmela a vivir a Chiapas y aquí estamos desde hace ya casi tres años. Lo malo es que la mujer no se ambienta aquí, dice que si no me la llevo a vivir a Miami, que mejor la regrese a Cuba porque vivía mejor allá ¿puedes creerlo?

Sebastián

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Sebastián:

Claro que puedo creerlo. En México los únicos que viven mejor que los cubanos son los ricos. Si tú eres un pobre diablo, lo único que hiciste fue desubicar a esa muchacha que vivía al lado del mar Caribe para traértela a vivir junto al río Sabinal. Cambiar el arroz con frijoles por el pozol con mango verde no debió haber sido muy gratificante para esa niña, que con toda la razón del mundo quiere regresar al lugar al que pertenece. Déjala ir.