HOSPITAL DEL ALMA 130619

 

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

Estudio ciencias de la comunicación, pero el sueño de toda mi vida ha sido ser modelo de pasarela.

Mis papás dicen que ésa es una profesión para maricones y que si no lo soy, me voy a volver gay, porque hay que acostarse hasta con el conserje de las agencias para conseguir una oportunidad. Para ser mexicano tengo muy buen tipo, soy bastante guapo y creo que la ropa se me ve sensacional, ya sea corriente o fina. También sé que en Tuxtla no tengo ningún futuro en el ambiente, pero como tengo dieciocho años, me urge tomar una decisión, ya que la carrera del modelo es muy corta.

Cristian

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Cristian:

Posiblemente tus padres tengan razón, en eso de que para conseguir una oportunidad te tengas que acostar hasta con el conserje de la agencia de modelos, pero si las cosas que valen la pena no costaran trabajo cualquiera las haría. Por otra parte, si ya tienes dieciocho y sigues abriendo la boca en Tuxtla, estás perdiendo el tiempo. Busca a un profesional para que te tome unas buenas fotos para tu “book”, estudia un curso de “safe sex”, cómprate una caja de condones y lánzate a buscar tu destino a Guadalajara, Monterrey o la Ciudad de México. 

Querido Duque:

Hace como una semana mi chuchita se salió a la calle y ya lo iba a atropellar una combi. Entonces me encomendé con todas mis fuerzas a San Judas Tadeo y le pedí con todas mis fuerzas que no me lo fueran a matar mi perrita y me lo concedió. El chofer de la combi se enfrenó a tiempo y no le pasó nada mi chuchita, que lo quiero mucho. Quiero dar gracias a San Judas Tadeo por ese milagro y decirte que haces bien en confiar tanto en él.

Julia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Julia:

San Judas no sabe fallar. 

Duque de Santo Ton:

Quiero decirte que estoy dispuesto a poner el lugar, una buena cena y las botellas de whisky que tú digas, si me presentas a algunas de las chicas ardientes que te escriben. Contesta rápido por favor.

Lisandro

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Lisandro:

¿Me viste cara de alcachofa o qué? 

Duque:

Mi marido es un prepotente al que no le importa nadie más que él. Cuando alguno de mis hijos o yo nos enfermamos se desentiende del asunto y si hay que pagar alguna medicina lo hace de muy mal modo o simplemente no la paga. Si tenemos que ir al doctor nos manda al Hospital Regional, en el que no siempre nos reciben, pero si el que se siente mal es él, va a consultar a los mejores médicos de Tuxtla y pretende que todos nos convirtamos en sus enfermeros día y noche, que lo apapachemos y que lo cuidemos. No hay que ser, Duque, no hay que ser.

Carmen

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Carmen:

Tu esposo sigue el clásico esquema del macho mexicano egocéntrico y megalómano al que hay que aleccionar, demostrándole una total indiferencia y falta de afecto. Traten de que entienda que aunque él sea el proveedor de la casa, si quiere cariño debe ganárselo. Los seres humanos no son como los animales que quieren a la persona que les da de comer por ese simple hecho. 

Querido Duque:

Mi abuelita es una cochina que se la pasa quitándose la dentadura postiza en cualquier parte, y no le importa si hay visitas o si estamos comiendo. Yo ya le dije a mi papá que la meta en un asilo de ancianos pero no quiere porque dice que él nunca va a abandonar a su madrecita, hazme el favor ¿qué culpa tiene el resto de la familia de que la vieja sea tan cerda?

Nena

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Nena:

Si en este mundo existe una desgracia verdaderamente terrible, es llegar a viejo. Por lo mismo ¿cómo crees que se siente tu padre al ver a su mamá en plena decadencia? Tienes que comprender que la vida no siempre es bella, que nadie te prometió un jardín de rosas y que los ancianos son como los bebés, que se cagan en los pañales, se la pasan babeando y hacen travesuras asquerosas como la de sacarse los dientes postizos en cualquier lugar y a cualquier hora. 

Duque:

Necesito que me aconsejes porque estoy enamorada del hombre más hermoso del mundo. Tiene una cara preciosa, un cuerpo vigoroso y bien formado, es la persona más inteligente que he conocido y sabe hacer el amor como nadie. Gracias a él conozco el significado de la palabra orgasmo. El único inconveniente es que ese señor es mi papá, como ya antes te lo había dicho hace mucho, cuando escribías en otro periódico.

Olivia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Olivia:

Claro que recuerdo tu caso. Según mi memoria, tu padre no te hace el feo y responde a tus impulsos eróticos. Yo te recomiendo que sigas disfrutando de él mientras se deje y te siga dando faena. Eso sí: procura que tu madre no se entere, sería un terrible puñal clavado en su corazón, en su ego y en el amor que siente por su esposo y por su hija. Además, estuve buscando en la Internet y ningún Mandamiento de la Ley de Dios prohíbe el incesto. 

Querido Duque de Santo Ton:

No entiendo por qué mis hijas se pintan todas el cabello de rubio, si todas son prietas, chaparras y tienen cara de ídolo azteca. Yo estoy de acuerdo con la cosmética cuando favorece a la gente no cuando realza sus defectos.

Gloria

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Gloria:

No es bueno que consideres un defecto el tener cara de ídolo azteca, pues nuestros antepasados pertenecían a esa tribu. Si el teñirse de rubias realza el parecido de tus hijas con sus ancestros, me parece estupendo. 

Duque de Santo Ton:

Mi madre está a punto de cumplir 90 años, y mis cinco hermanos se han olvidado de ella casi por completo. Todos se dedican a atender a sus propias familias o a las de sus cónyuges, pero de mi madre ni se acuerdan, jamás la visitan y rara vez le hablan por teléfono o la vienen a visitar.

Berenice

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Berenice:

Tu madre es el típico caso de la mujer que cuando era joven tuvo que arreglárselas para criar a seis hijos, pero ahora que es vieja seis adultos son incapaces de ocuparse de ella. En fin, la vida es así, el olvido es el destino de los viejos, así que no reproches nada a tus hermanos, quienes ahora se sienten muy mimados porque seguramente son la fuente de ingresos de sus cariñosos hijos, pero que terminarán igual que tu madre cuando dejen de ser necesarios. En todo caso, si a ti te preocupa tu madre, hazte cargo de ella sin esperar repartir esa responsabilidad.