TIEMPOS DE UNIDAD 070619

Por Manuel Zepeda Ramos 

Puede que a muchos no interese, pero:

 

México y Estados Unidos son los principales socios comerciales del Mundo. De ese tamaño.

México también es el país que más acuerdos comerciales tiene con las naciones del Orbe.

México es la décimo tercera economía del Planeta. Su pertenencia al Grupo de los 20, no es gratuita.

México, Canadá y Estados Unidos integran el Tratado de Libre Comercio más importante de la Tierra. Después de más de dos décadas, se ha revisado y ahora, el nuevo Tratado, el T-MEC, está por firmarse ante el Congreso de Estados Unidos.

México es un gran país.

Por razones estrictamente políticas, el actual presidente de los Estados Unidos ha sido especialmente agresivo con nuestra patria, desde que estaba en campaña. Hoy, no es la excepción. Su agresividad se ha multiplicado a medida que se acercan las elecciones presidenciales para el segundo período para el que quiere reelegirse: ha dicho que a partir del lunes 10 de junio habrá de aplicarle a nuestro país el 5% de aranceles a todas las exportaciones de México hacia los Estados Unidos si nuestro país no detiene la emigración de cientos de miles de centro americanos que huyen de sus países por falta de oportunidades elementales para sobrevivir. Dijo más: si no hay resultados positivos, esos porcentajes de los aranceles irán aumentándose hasta llegar al 25%. Ese anuncio ya hizo que el peso se deprecie ante otras divisas.

En esta ocasión, afortunadamente, ha encontrado un rechazo severo por parte de su propio partido y miembros del Congreso; por varios de los gobernadores de la Unión Americana que forman frontera con nuestro país, quienes le dicen que esos aranceles que les quiere aplicar a las exportaciones de nuestro país habrán de repercutir en los consumidores de la Unión Americana. También el partido demócrata ha hablado fuerte: en voz de su líder en el congreso, la señora Nancy Pelosi, ha dicho claramente que el trato que hoy le está dando a México el presidente norteamericano es el trato que se le da a los enemigos de la Unión Americana, no a su principal socio comercial -esto último lo digo yo-, con quien lo unen razones históricas, de varios siglos, que todos conocemos y hemos padecido -también lo digo yo-.

Lo cierto es que el presidente de Gringolandia está en plena campaña para su reelección y ya le gustó tener a México como su costal de golpes como los que usan los gimnasios de boxeadores, para arremeter en contra de la emigración de México y centro américa que se ha convertido en su argumento electoral de batalla, o ya se olvidaron del muro en la frontera que no ha podido construir porque el congreso no se lo autoriza, lo que le provoca malestares cotidianos.

Ayer en la mañana el presidente de México, en su conferencia de prensa, convocó a una reunión en Tijuana para celebrar un acto en defensa de la dignidad de México y la amistad con los Estados Unidos. Para ello llama a todos los gobernadores, al Congreso de la Unión, a todas las organizaciones civiles y a los partidos políticos para que estén presentes en este acto importante para el futuro nacional.

Es un llamado de gran trascendencia que hace el Presidente de la república para que, desde donde empieza la Patria, el pueblo de México y sus fuerzas vivas representativas estén presentes para defender nuestra dignidad así como ratificar nuestra amistad con el pueblo norteamericano.

Es pues, una convocatoria de la más alta importancia, en donde el pueblo de México habrá de dar muestras, en momentos de dificultad nacional, desde Tijuana, enfrente de la frontera con la nación más poderosa de la tierra, de una cohesión necesaria y suficiente, en torno al primer mandatario de la nación. Como lo hemos hecho en otras ocasiones y que la historia nacional ha señalado puntualmente.

Hoy, en México, son tiempos de Unidad Nacional, por nuestro futuro que deberá de ser promisorio para las próximas generaciones que habrán de poblar nuestro territorio.

¡Viva México!