EJERCICIO DE LA MATERNIDAD EN MÉXICO

Por Miriam Lagunes Marín 

El papel de la mujer en la sociedad ha cambiado drásticamente en los últimos años, la mayoría de nuestras abuelas no tuvieron las mismas libertades que gozamos ahora, por poner un ejemplo, hace apenas 63 años logramos que se reconociera nuestro derecho a votar, logramos la paridad de género en candidaturas, nos hemos incorporado masivamente al mercado laboral, nuestra participación en los diversos ámbitos sociales es mucho más visible, aun así, hay un aspecto de nuestra vida que sigue estando bastante rezagado si de cambios positivos hablamos, me refiero al ejercicio de la maternidad.

 

Se estima que la mayor parte del trabajo no remunerado a nivel mundial es realizado por mujeres, lo que quiere decir que el cuidado de niños, personas de la tercera edad o personas con alguna enfermedad lo llevan a cabo casi exclusivamente mujeres, hemos romantizado una situación de explotación moderna bajo el pretexto del “amor maternal”, he escuchado a muchas personas decir que en su casa no hay machismo, que ahí la que manda es su mamá y por ello crecieron en una matriarcado cuando la realidad es que todo el trabajo que tenga que ver con la familia y la casa se considera responsabilidad de las madres, esta falsa autoridad se traduce en jornada de 24 horas sin goce de sueldo.

Actualmente se estima que de cada 100 núcleos familiares 33 son formados por jefas de familia, la mayoría sin ningún tipo de apoyo por parte de los padres (INEGI 2018), en redes sociales como twitter podemos encontrar el hashtag #YoCrioSola donde millones de mujeres cuentan su experiencia como madres solteras, otras más hablan sobre como para muchos hombres el pago de una pensión alimenticia es el equivalente a cumplir con su responsabilidad como padres, ignorando todo el trabajo invisible que conlleva la crianza de un menor de edad, cabe señalar que en Veracruz somos segundo lugar a nivel nacional en embarazo adolescente, madres que no han terminado con su educación básica, estas se enfrentarán a condiciones laborales aún más adversas.

Este 10 de mayo convendría visibilizar todo el trabajo que realizan las mujeres bajo el pretexto del amor maternal, una repartición más equitativa del trabajo de crianza y garantizar el libre ejercicio de la maternidad sin importar nuestra profesión, difícilmente podremos lograrlo sin fomentar la paternidad responsable, dejemos de normalizar la triple jornada laboral, el mejor regalo para una madre es una vida plena, libre de violencia y con la garantía de que se respeten sus derechos, hagámoslo una realidad.