HOSPITAL DEL ALMA 230419

 

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Ando en busca de una mujer que quiera entregarse a mí sin condiciones y sin pedir nada a cambio.

 

Joel

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Joel:

Yo También. 

Duque de Santo Ton:

En mi familia hay hombres que se acuestan con otros hombres, pero en realidad no puede decirse que sean gay. Solamente lo hacen por diversión, ya que todos son casados o tienen novia, y la mayoría van a misa, solamente que cuando se pasan de copas se dan sus agarrones entre ellos, pero a mí me parece normal, siempre y cuando no anden de jotos.

Montserrat

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Montserrat:

Lamento decirte que esos hombres de tu familia que gustan de jugar a las cebollitas cuando se ponen borrachos, no solamente son bisexuales, sino homosexuales en toda la extensión de la palabra, aunque no sean amanerados, tengan novia, esposa, hijos y vayan a misa. La doble moral y la mala memoria son dos cualidades muy notorias de nuestra sociedad. Lo que se hace de noche se olvida de día. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi novia quiere que nos casemos a más tardar en junio, pero yo no he reunido el dinero suficiente para pagar el enganche de la casita que me van a dar por medio de un crédito del Infonavit. Yo le propuse que nos esperemos a diciembre para estar desahogados económicamente, pero ella dice que su papá está dispuesto a pagar la boda, con fiesta y todo, si nos casamos en junio ¿qué haré?

Lalo

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Lalo:

Si ya estás decidido, cásate en junio y deja que las cosas pasen por sí solas. A veces el ser demasiado precavido es un problema y nos llena de inseguridades. 

Querido Duque:

Quisiera contactar a un hombre guapo y atlético, joven o maduro, pobre o rico, pero que quiera tener mucho sexo conmigo. Yo soy casada, por eso quiero y ofrezco total discreción. Soy muy caliente, no se arrepentirán. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mis hermanas y yo somos las pobres de nuestra familia, y por eso al morir mi abuela nos heredó todas sus joyas, antiguas y modernas. Nuestras tías, nuestras primas y hasta nuestra propia madre montaron en cólera porque dicen que algunas de esas alhajas han pasado de generación en generación, y que nosotras, mis hermanas y yo, terminaremos vendiéndolas o empeñándolas, y que sólo Dios sabe a manos de quién van a ir a parar esas reliquias. Mi mamá opina que escojamos algunas y repartamos las demás joyas entre todas las descendientes de mi abuelita. 

Ana Laura

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Ana Laura:

No hay cosa peor que contravenir la voluntad de un muerto. Si tu abuela decidió que esas joyas eran para ustedes, así debe ser. Claro que como tanto tus hermanas como tú son unas pobres diablas, que seguramente no tienen donde guardar las alhajas ni donde lucirlas, no sería mala idea que llevaran a valuar el lote completo y vendieran las joyas. Ofrézcanlas primero a las mujeres de la familia y si ninguna las compra, yo te puedo poner en contacto con el dueño de una casa de subastas de México, DF, que tiene muy buenos clientes para ese tipo de objetos. 

Querido Duque:

Ya van varias noches que sueño a la llorona, vestida de blanco, con la ropa manchada de sangre, chille y chille, preguntando que dónde estarán sus hijos. Es una visión muy desagradable, pues todo el mundo sabe que la llorona misma fue la que mató a sus hijos. Eso me angustia mucho.

Marcia

San Cristóbal 

Querida Marcia:

Soñar con la llorona es el indicio de la ayuda que pide algún amigo o ser querido quien pasa por momentos desagradables y puede que en ti busque consuelo sin que te lo diga. Trata de poner más atención en las personas que te rodean. 

Duque:

Mi hija va a tener un bebé en septiembre y le quiero hacer un “baby shower”, pero no sé a quién invitar ni cómo empezar la lista. Yo sé que tú eres experto en esas cosas y por eso quiero pedirte alguna sugerencia.

Dolores 

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Dolores:

No soy especialista en el tema, pero te puedo decir que es de muy mal gusto que la madre o las hermanas de la futura mamá sean las organizadoras de una “fiesta de regalos”, ya que da la impresión de que la embarazada no tiene ni en que caerse muerta y su propia familia le organiza un evento de beneficencia. 

Duque de Santo Ton:

Tengo los ojos azules y desde que cumplí 15 años, ahora tengo 25, me pinto el cabello de rubio. Bueno, la otra noche estaba yo en la tienda de revistas del Sanborns, y pasaron junto a mí dos turistas norteamericanas, y una le dijo a la otra “look: another stupid blonde”. Yo no sé mucho inglés pero comprendí que le dijo: “mira: otra rubia estúpida”, refiriéndose a mí. Me les quedé viendo enojada pero ni caso me hicieron ¿crees que debí haberles reclamado?

Güera

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Güera:

Si hubieras hecho eso, entonces sí te hubieras visto como otra rubia estúpida. 

Duque de Santo Ton:

El papá de mi mejor amiga cumplió años, y en su casa le organizaron una comida con su mamá, sus hermanos, sus sobrinos, sus hijos y yo, que estuve de agregada. Todo salió muy bien, sirvieron cochito con frijoles y arroz, después hubo pastel, cantaron las mañanitas y todo. La fiesta terminó como a las siete de la noche y ya iba a llamar a mi casa para que fueran por mí, pero mi amiga me dijo que me esperara, que todavía faltaba lo mejor. Las sirvientas recogieron todo el tiradero, echaron a la basura los platos y los vasos desechables, y pusieron sobre la mesa del comedor la porcelana, la cristalería y el plaqué de verdad. A las diez de la noche empezaron a llegar otros invitados, pura gente muy elegante y alhajada. Unos meseros se encargaron de llenar y rellenar las copas de champaña toda la noche, y un servicio especializado de catering sirvió un banquete de tres tiempos. Yo de plano pedí permiso para quedarme a dormir en casa de mi amiga, pero me sentí mal al notar la humildad con la que el cumpleañero recibió a su propia gente, a la de su sangre, y el derroche con el que agasajó a los invitados por conveniencia.

Flor

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Flor:

Espero que la experiencia te haya enseñado que hay un lugar para cada cosa y que cada cosa debe permanecer en su lugar.