HOSPITAL DEL ALMA 150319

 

Por El Duque de Santo Tón

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Querido Duque:

Mi novio no entiende que no todo es amor en esta vida, sino que tenemos que prepararnos para dar ese gran paso que es el matrimonio.

Él me pide que nos casemos, hace todo lo posible para convencerme, como recordarme que llevamos más de tres años de relación y que ya es momento de hacerlo. Sin embargo, yo le recuerdo que no tenemos un lugar dónde vivir, y por eso antes deberíamos juntar dinero para no pasar penurias. Cuando le digo esto, siento que él piensa que no lo quiero, pero lo único que deseo es hacer bien las cosas, sin apresurarnos, pues uno no se casa cada fin de mes ¿verdad?

Elenita

San Cristóbal 

Querida Elenita:

En estos tiempos, sólo Dios sabe que sea más difícil para una mujer: encontrar chamba o encontrar marido. Cada vez son menos los hombres dispuestos a amarrarse y, sea como sea, por ley natural la que carga con los hijos es la madre. Por tal motivo, mi consejo es que aproveches la propuesta del tipo y lo amarres a tu vida por todas las leyes. Si esperas a tenerlo todo para darle el sí, habrá una más viva que se te adelante y se case con él.

Querido Duque de Santo Ton: 

Conocí a mi novio una vez que salí muy apurada de mi casa, y tomé el taxi que él manejaba. Al verme tan desesperada por mis prisas trató de tranquilizarme, y fue entonces que pude ver lo atractivo que era, creo que tiene la sonrisa perfecta, su piel es como la de un bebé. En verdad me encanta. Intercambiamos nuestros números de celulares y desde esa fecha siempre me recoge para llevarme al trabajo. Hace unos días me invitó a ir a ir con él a un motel, pero todavía no sé si aceptar. Sé que esto sonará discriminatorio, pero no me gusta es que sea taxista.

Loretta

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Loretta:

El taxista te está pidiendo ir a parar un rato a un motel para disfrutar del sexo, no te está proponiendo que seas su esposa, así que el hecho de que sea taxista sale sobrando, al contrario, le agrega más morbo a tu aventura. Eso sí, ni de loca te dejes ver en público con él porque eso sí te bajaría de categoría. Después de cerrar la puerta del cuarto, disfruta a tus anchas del cuerpo de ese trabajador del volante, que se nota que te mueres de ganas. 

Querido Duque:

Tengo un amigo que es un gran hombre, además de que es culto e inteligente. Su único problema es que es sumamente inseguro, y no puede ir a ningún lado si no lo acompañan la fodonga de su esposa y el tarado de su hijo. Yo estimo mucho a mi amigo pero me da flojera invitarlo a cualquier lado o aceptar sus invitaciones, porque sé que además de él, estarán presentes la gorda y su engendro. Dime qué puedo hacer.

Antolín

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Antolín:

Lo único que puedes hacer es borrar a ese amigo de tu lista. Aceptar las anormalidades está de moda, pero no cargar con ellas. 

Querido Duque:

Vivo en una constante incertidumbre por no poder ver a mi hija de tres años, porque su madre me lo impide por venganza, ya que hace dos años me separé de ellas para irme a vivir con la verdadera dueña de mi corazón. Pensé que llegaría la calma al alejarme de ella y la haría comprender que no tenía caso celarme, sin embargo, la situación se tornó peor. Desde hace dos meses no me deja ver a la nena, siempre me pone pretextos, hasta que la última vez estallé de rabia y me enfrenté a ella. Lo único que conseguí fue que me pusiera una demanda por violencia intrafamiliar. Todo lo hace en venganza porque yo vivo feliz con mi nueva pareja y seguro pensó que yo regresaría con ella, pero ahora jamás lo haré.

José Carlos

Comitán 

Querido José Carlos:

Trata de ser realista y ve las cosas como son. Jamás conseguirás librarte del rencor de tu ex mujer, quien además tratará de envenenar la actitud de tu hijita en tu contra. Te sugiero que trates de salir bien librado, que consigas un divorcio en los términos más convenientes para ti, y te desapegues de tu hija. Mejor ten una nueva con tu nueva mujer, estoy seguro de que ella no te condicionará el cariño. 

Querido Duque:

Mi matrimonio está en crisis debido al trabajo de mi marido. Todo comenzó cuando lo mandaron a una nueva planta cerca de Coita, como supervisor, y le aumentaron las horas de trabajo. Mis hijos dicen sentirse abandonados por su padre porque prácticamente no lo ven. Se levantan cuando él ya salió a laborar y se duermen cuando todavía no regresa. Yo me dedico a atenderlo para que se vaya al trabajo y lo recibo en la noche, además le doy sexo,  pero nada más. Cuando le reclamo, me dice que debemos sacrificarnos para tener un futuro mejor. ¿Qué hago?

Guadalupe

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Guadalupe:

Lo que debes hacer es darle gracias a Dios de que tu marido, además de responsable, tenga un empleo y te cumpla en la cama. Me parece que en lugar de quejarte o reclamar, deberías tratar de hacer conscientes a tus hijos de que en la situación económica por la que México atraviesa, tener un padre que gane lo suficiente para darles de comer y mandarlos a la escuela es como para besarle las patas y no andarse quejando de él. Por si fuera poco, el hombre conserva fuerzas para atenderte en la cama ¿qué más quieres, Guadalupe? 

Querido Duque:

Soy un profesionista que hasta ahora no ha encontrado el amor de su vida, porque siempre me he dedicado a estudiar y trabajar. Sé que no estoy muy viejo, apenas cumplí 35 años, pero todas las muchachas de mi edad ahora están casadas y con hijos. Por eso se me hace difícil encontrar una mujer para mí. A veces me lamento por no haberme dado un tiempo para el amor. Mis amigos me han presentado a algunas solteras, pero son un poco interesadas y no me inspiran confianza. Ocasionalmente me deprimo por la soledad en la que me encuentro, ya poco tengo en común con mis compañeros de trabajo, quienes tienen como prioridad a su familia.

Arnulfo

Tonalá 

Querido Arnulfo:

A los 35 años de edad, con el futuro económico asegurado, estás en la edad y en las condiciones perfectas para conquistar a la mujer que se te antoje y tener los hijos que quieras con ella. Por alguna causa tienes la autoestima muy baja, pero por lo que me cuentas estás en la plenitud de la vida y con el viento a tu favor para hacer lo que quieras. 

Querido Duque de Santo Ton:

Me enamoré de un compañero de trabajo sin darme cuenta y ya iniciamos una relación. Lo malo es que soy casada y no sé cómo terminar con mi marido. La verdad es que la relación con mi esposo hace mucho tiempo que andaba mal y creo que llegó a un tope y no daba para más. Ahora que me siento nuevamente enamorada mi vida ha cambiado totalmente, el problema es que no encuentro la forma de decirle la verdad sin lastimarlo. Yo ya empecé una relación, pero no quiero decirle eso y quedar como una cabrona, aún lo quiero, pero solo como un amigo.