DESDE MI TRINCHERA 140319


Jorge Morales Messner, a la zona de calentamiento. 

Por Diego Victorio 

Es el que acelera el calentamiento, es apresurado pensar en revulsivos antes de los cien días de gobierno.

 

Él es un caso especial.

Dejó estupefactos a propios y ajenos no estar de arranque en el organigrama estatal.

Sobre todo por lo imprescindible que fue en el cuarto de guerra, en la casona del Cerro de Mactumatzá, en campaña.

Existen dos teorías relativas a la ausencia de Jorge Antonio Morales Messner, en el equipo de trabajo del gobernador Rutilio Escandón.

La primera, -que se ha socializado al interior y, en los tendederos públicos-, es que la inclusión de Messner, desataría la furia de usuarios de redes sociales contra el gabinete rutilista.

Ese estribillo de “más de lo mismo”, se iba a estrellar en el cuadro de funcionarios, aunque en realidad sólo Messner arrastrara un pasado público.

Hipótesis que sostiene con alfileres, pues Jorge Llaven Abarca y Juan Oscar Trinidad, aunque son parte de otros poderes, estaban en la misma situación que Morales Messner.

La segunda, que se maneja como secreto de Estado, es que desde adentro pulverizaron la figura de Jorge Antonio. Con ayuda de voces externas.

Grupos perversos tejieron fino para desacreditar -al exsecretario General de Gobierno y Transportes en el sexenio de Juan Sabines Guerrero- y, este viera por televisión la toma de protesta del gabinete.

Tengo información qué, mucho de esa estratagema fue obra del grupo de los soñadores, el edil de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez y, el secretario de Transportes, Aquiles Espinosa García.

Precisamente, porque, en el proceso de transición Jorge Antonio acaparó reflectores, dejó entrever que era la carta natural para asumir la Secretaría General de Gobierno o la de Transporte, dos posiciones que estuvieron asediadas hasta el final y, que fueron codiciadas por los madrugadores.

Un tercer teorema que compartieron a este columnista basa sus elementos en una estrategia propia del gobernador Rutilio.

Paralela a la primera, pero manejada con la sutileza que caracteriza al titular del Ejecutivo.

Simple y llano, Messner no está porque le crearon un escudo de protección.

Su amigo personal, Rutilio, no lo expuso al escarnio, lo guardó y, lo soltará cuando lo necesite.

Si es necesario echará mano de él, después de los cien días.

De lo contrario lo retirará de la zona de calentamiento y, lo regresará a la banca.

Jorge Antonio, tiene oficio, es “gallo jugado”, él entenderá.

Son amigos y, en política, los amigos son sacrificables.

Al Tiempo.

Comentarios Atrincherados

*** No me gusta dar pistas pero recuerden que Jorge Antonio Morales Messner es radiólogo, es unachense y conoce las profundidades de la máxima casa de estudios. Se me olvidaba otro dato, fue líder estudiantil de la Unach.

*** En Tapachula los morenos se están haciendo pedazos entre ellos. No quiero imaginar cómo llegarán al 2021. Le están dejando servida la mesa a la oposición.

El fuego amigo está a flor de piel entre la militancia morenista, que hoy son gobierno.

Ayer le tocó acusar de recibido al diputado federal José Luis Elorza Flores, quien fue exhibido de nepotismo.

Obvio, la filtración de los datos duros corrió a cargo de gente de su mismo partido.

Elorza, también va a responder con fuego y, así se la van a llevar los tres años. Se fragmentan entre morenos.

*** Desde esta trinchera envío un abrazo caluroso a mi amigo Emilio Salazar Farías en ocasión de su cumpleaños. Emilio, un tipazo en toda la extensión de la palabra.

*** La novela Eduardo Zenteno Nuñez, está más inquietante que cualquier filme de Hollywood, dicen que si pide licencia al Congreso del estado, otros que no.

Sin embargo, el silencio de Zenteno, debe interpretarse como un ¿no pasa nada?

*** ¿Será cierto que Miguel Córdova Ochoa, llegó de rodillas al segundo piso de palacio estatal clamando perdón? ¿Después de tres horas confesando sus pecados y una penitencia de cien aves marías fue indultado?

Creo que sí, porque ahora sonriente confiesa ser operador político del número dos de palacio.