HOSPITAL DEL ALMA 070319

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Una amiga creó un pequeño y exclusivo club de playa en Puerto Arista, y renta cabañas de lujo totalmente equipadas. Todas tienen jacuzzi pero en medio del jardín hay una alberca preciosa.

El motivo por el que te escribo, es porque mi amiga hace que todos los huéspedes, antes de contratar el hospedaje, firmen un contrato por el que se comprometen a respetar las normas de uso de las instalaciones, una de las cuales prohíbe que las sirvientas y nanas se metan a la alberca o se sienten en el restaurante. Hace unos días, unos turistas españoles la acusaron de racista y de clasista, y la amenazaron con denunciarla ante la Comisión de Derechos Humanos. Yo también pienso que no se debería discriminar a nadie, pero mi amiga dice que no piensa cambiar sus normas ¿tú qué opinas?

Raquel

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Raquel:

Independientemente de lo que pensemos tú, los turistas españoles o yo, la propiedad de tu amiga es privada y ella, como dueña, puede imponer las normas de comportamiento que desee sin dar explicaciones. Si quienes pretenden contratar el hospedaje no están de acuerdo con los lineamientos de conducta que tu amiga establece en el contrato, tienen toda la libertad de buscar otro lugar donde quedarse, más acorde a sus gustos y a su ideología, porque hay que tener presente que una cosa es un lugar público y otra un lugar privado. Lo privado es privado, con todo lo que ello implica. 

Querido Duque:

A mi suegra le gusta tanto usar joyas, que de plano parece una jucha.  Siempre usa muchos aretes, collares y pulseras, y no le importa si van de acuerdo a la hora y la ocasión, o si hacen juego con su ropa. Lo único que hay que reconocerle a la viejita, es que todo lo que se pone es auténtico, odia las alhajas de fantasía, aunque también eso me hace pensar en que en cualquier momento la pueden asaltar o secuestrar ¿verdad que estoy en lo correcto?

Elizabeth

San Cristóbal 

Querida Elizabeth:

Si tu suegra no cuenta con dos o tres guardaespaldas y un carro blindado, debe dejar sus brillantes, zafiros,  perlas y rubíes resguardados en la caja fuerte de un banco porque la delincuencia está desatada y las ancianas millonarias son unas de sus víctimas favoritas. 

Querido Duque:

Desde hace algunos meses, mi novio me despierta por las noches con muchísimas ganas de tener sexo. Al principio, él creía que era yo el que lo calentaba hasta despertarlo, pero ya se dio cuenta de que él es el que me despierta para tener relaciones conmigo mientras yo sigo dormido. A mí de momento esa conducta no me molesta pero me da miedo que se vaya a poner agresivo cuando no quiera ceder a sus deseos ¿Crees que debamos consultar a un terapeuta?

Filiberto

Comitán 

Querido Filiberto:

No creo que en Comitán encuentren terapeutas especialistas en relaciones sexuales. Me parece que deberías rezarle a San Caralampio para que tu novio se normalice o, de plano, mejor buscarte otro, porque las malas mañas aumentan con el tiempo, y debe ser muy molesto tener que despertarte cada vez que tu pareja requiere que le des servicio. 

Querido Duque:

Tengo 19 años, ya soy una mujer, pero mis padres todavía me ven como si fuera una niña y me controlan todo. Yo quiero salir a divertirme y tener novio, como toda muchacha normal, pero ellos no me dejan, quisiera saber cómo hacerle para que comprendan que ya soy una mujer, que tengo 19 años, y que necesito mi espacio. A veces quisiera matarme porque ya no aguanto más. Dime Duque qué puedo hacer, te lo agradecería mucho, mucho, mucho. Mucho.

Dayana

Pijijiapan 

Querida Dayana.

Estoy de acuerdo en que a los 19 años ya eres toda una mujer, físicamente has madurado, pero te falta experiencia para enfrentar al mundo y a la sociedad, que acostumbran aprovecharse de las jóvenes como tú, ansiosas de tener experiencias. Te recomiendo ser paciente, someterte a la guía de tus padres y esperar a que el destino te libere de la forma que tiene deparada para ti. No te precipites, todo llega. 

Duque de Santo Ton:

Estudio en la universidad más cara de Chiapas de la que obviamente no te voy a decir el nombre, tengo un auto deportivo último modelo, compro toda mi ropa en California, Texas, Florida o Nueva York, viajo regularmente a la Ciudad de México para que me corten el cabello o me arreglen las uñas, y aún así el otro día una de mis compañeras me gritó frente a todo el mundo que soy una india y que si tengo todos esos privilegios es porque el marrano de mi padre es un corrupto. No supe qué contestarle y me puse a llorar, me sentí humillada, menospreciada, ofendida.

Tamara

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Tamara:

Se nota que aunque ya lo eres, todavía no has aprendido a comportarte como rica, como la digna hija del marrano de tu padre. En nuestra sociedad quien manda es el dinero y quien lo tiene, así que si esa tipa no tiene los medios para darse la vida que tú te das,  no tienes más que cantarle que es una pobretona, muerta de hambre, para que se sienta ubicada en su sito y aprenda a respetar. 

Querido Duque de Santo Ton:

Yo soy costeña, de un pueblo cercano a Tapachula, y mi novio me dejó por irse con una güera que no sabe ni cocinar. Quiero saber si volverá y también quiero que me digas si las mujeres güeras hacen las cosas tan ricas como las costeñas. No lo creo, porque yo sí que lo amaba y estaba loco por mí. Muchas gracias por tu respuesta.

Angélica

Tapachula 

Querida Angélica:

Creo que tu problema no es racial, y se me hace una tontería el que lo plantees en esos términos. Me parece que debes ser más autocrítica porque ya sea por una güera, una pelirroja o una castaña, él te mandó a ti a volar, y no creo que haya sido por prieta ni por colocha. 

Duque de Santo Ton:

Estoy enamorado de una mujer policía que anda en patrulla. Ella es tierna, generosa y comprensiva; y yo soy un sentimental a más no poder. Me gusta la poesía, la música clásica y el ajedrez. El esposo de la mujer que amo, también es policía, pero es un tipo violento y de mal trato. Creo que esta relación debe llegar a su fin, o alguno de los tres saldrá herido y no será precisamente el marido. Quisiera saber que me aconsejas.

Octavio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Octavio:

Si te gusta la poesía, la música y el ajedrez, estás en un grave problema. No eres normal. A los hombres nos gustan el fútbol, las cantinas e irnos de parranda con los amigos. Eso de “sentimental a más no poder”, es propio de señoras menopáusicas. Hazte hombre de una buena vez. Tu mujer policía te lo agradecerá, aunque el que no te lo va a agradecer será el marido, cuando descubra que su mujer tiene un amante, que además es una señorita, a la que no le será fácil enfrentarse con un policía que porte un AK-47 cuerno de chivo, que permite alcanzar un blanco a 285 metros de distancia. Es evidente que no debes seguir con esta relación, a no ser que además de gustarte la poesía, la música y el ajedrez, tengas espíritu suicida.