PIEDRA IMÁN 200219

 

Tlen Huicani 

Por Manuel Zepeda Ramos 

Domingo. 17 de febrero, volví a sentirme otra vez en Xalapa. En mi casa.

 

La ciudad en la que Cristina y yo decidimos vivir hace más de 40 años por su gran presencia nacional e internacional en torno a la ciencia y la cultura gracias a la generosidad de Roberto Bravo Garzón, me hizo sentir el profundo veracruzano que soy después de haber construido durante muchos años una familia con dos hijas maravillosas nacidas en Xalapa y con dos nietos que nos traen de cabeza, también xalapeños.

Después de casi 10 años de volver a vivir en mi primera tierra, la que me vio nacer, Chiapas, he vuelto para “rehacer la América” e intentar trabajar en las tareas por las que he luchado toda mi vida:

El desarrollo comunitario, la comunicación de la ciencia, el periodismo y la difusión de la cultura.

El domingo 17 de febrero, el Tlen Huicani me hizo sentirme otra vez en Xalapa.

Este maravilloso grupo de virtuosos músicos de instrumentos de cuerda y percusiones que hacen del arpa, la jarana, el cuatro venezolano, el charango y de cualquier cantidad de instrumentos de percusión un dechado de calidad interpretativa, dirigido por el doctor Alberto de la Rosa desde hace casi 50 años, presentó ante un público que abarrotaba el IMAC, administrado por el ayuntamiento de la capital veracruzana, ese teatro que se ha convertido para bien de los Xalapeños en sede nueva de la cultura que se genera en la capital veracruzana presentó, digo, su concierto romántico número 28 los que, desde hace 30 años -dos años no se hizo-, se vienen ofreciendo en Xalapa con el apoyo eterno de su público fiel que abarrota los teatros con la sola presencia de este grupo de la Universidad Veracruzana que la honra y enorgullece a Veracruz: El Tlen Huicani está convertido en una referencia para el Mundo de lo que significa interpretar música Veracruzana con instrumentos veracruzanos, en donde el dominio del instrumento, total, se ha logrado desde hace muchos años a base de ensayar todos los días durante muchas horas para bien de la música de este maravilloso estado, de México y de América Latina.

Este grupo y su director son ahora conocidos en todo el Planeta como los representantes del Arpa Jarocha en los encuentros internacionales de la música de arpa que se toca en todo el Mundo.

El concierto romántico número 28 comenzó rompiendo con todas las expectativas, como debe de empezar este tipo de espectáculo musical que, de arranque, busca atraer la atención, el entusiasmo y la admiración de los asistentes. En un escenario bien iluminado y mejor sonorizado el doctor De la Rosa nos ofreció un mínimo homenaje al gran músico venezolano, caraqueño, Hugo Blanco, amigo personal de Tlen Huicani. Compositor prolífico y popular, que se distinguió por su producción musical para el séptimo arte, falleció el 14 de junio del 2015, en su natal Caracas. El homenaje se hizo con la presencia e interpretación de una de las piezas fundamentales del maestro Blanco, interpretado con arpegios espléndidamente ejecutados por siete grandes arpistas veracruzanos, varios de ellos formados por Alberto de la Rosa. El público, impresionado, pudo escuchar a siete arpas fundidas en una sola, demostrando su alto grado de interpretación y virtuosismo de estos ejecutantes.

A partir de aquí, el concierto dominical dividido en dos partes, interpretó la música romántica representativa de America Latina. Escuchamos música de México, de las Antillas, de la llanura venezolana y colombiana, valses peruanos, música del Paraguay. En todas esas ejecuciones, pudimos apreciar las letras de las canciones interpretadas a tres voces, espléndidamente ejecutadas por Raúl Monge Alarcón y los hermanos Melgarejo Huesca, David y Rubén. Las percusiones, exactas y muy cuidadas, estuvieron a cargo de Jaime Barranco Garcia y Omar Aguilar Aguilar.

El virtuosismo de Alberto de la Rosa, con sus cuerdas bien templadas, con arpegios impresionantemente bien ejecutados, haciendo uso de las llaves con gran destreza que él mismo ha instalado en sus arpas para tener todos los semi tonos que un instrumento cromático posee -que lo lleva a tener prácticamente dos arpas en una-, demostró una vez más el por qué hoy es considerado el mejor arpista jarocho de México para el Mundo, que además ha hecho escuela formadora de la que ya existen virtuosos del arpa que hoy dan clase en los Estados Unidos y se incorporan a grupos musicales de excelencia interpretativa del Planeta como es el caso del maestro Iván Velasco López que le ha dado un crecimiento cualitativo al Mariachi Universitario de la Universidad Veracruzana del que habré de escribir al respecto.

El caso de Raúl Monge Alarcón, otro alumno distinguido de Alberto de la Rosa, es también digno de mención. Hoy opera en Coatepec la Casa del Arpa, una escuela de formación infantil en torno al arpa jarocha que ya ha creado el ensamble Son la Semilla en el que, como su nombre lo indica, estará el futuro del desarrollo del arpa en Veracruz, escuela de la que también me ocuparé próximamente.

Estoy muy orgulloso del Tlen Huicani, que conozco desde que se fundó, emocionado de verlo triunfar personalmente en Europa atrayendo la atención de los medios especializados impresos y de radio y televisión del Viejo Mundo, de observar las respuestas de Alberto de la Rosa a la prensa europea y del Mundo con absoluta propiedad de lo que dice un gran conocedor de la cultura nacional y ser tomadas en cuenta con respeto y reconocimiento a un valor veracruzano que sabe lo que hace.

Estoy de regreso en esta tierra veracruzana que tanto quiero.