HOSPITAL DEL ALMA 040119

 

El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Mi hija mayor terminó la preparatoria y en lugar de entrar a la universidad, consiguió que la contrataran como niñera del único hijo de una adinerada familia de Londres.

  Se fue con el compromiso de permanecer un año allá, con la opción de renovar el plazo, y quienes le dieron el trabajo se encargaron de conseguirle visa de trabajo y permiso para estudiar en Inglaterra. A mi marido y a mí nos pareció una idea sensacional, pues estamos seguros de que la experiencia de vivir un año en Inglaterra y convivir con gente de primer nivel le va a hacer mucho bien a nuestra hijita; pero en la cena de Año Nuevo, después de beberse una botella de champaña ella sola, mi suegra le reclamó a mi marido por permitir que nuestra hija, su nieta, trabajara de criada en Europa. Yo traté de hacer notar que una “nannie” no es una criada, pero ella replicó que las nanas son sirvientas aquí y en China. Me sentí muy humillada y ya no supe qué responder.

 

Rocío

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Rocío:

Qué bueno que no contestaste porque tu suegra tiene razón. Las muchachas encargadas de cuidar a los niños de una casa, por muy británicos que sean, son sirvientas aquí, en Londres y en China. 

Duque:

El 31 de diciembre fui al supermercado, suponiendo que la empresa en la que trabajo me hubiera depositado ya mi quincena, y me dispuse a comprar los ingredientes de la cena de Año Nuevo. No creas que quería muchas cosas, pues no tenía invitados y pensaba que mis hijos y yo comiéramos pavo ahumado, ensalada y bebiéramos sidra para brindar. Sin embargo, al llegar a la caja registradora, después de que me hicieron la cuenta, me dijeron que mi tarjeta tenía fondos insuficientes. Quise morir de vergüenza cuando la cajera hizo una rabieta y llamó al supervisor para cancelar el cobro. Muerta del coraje con la empresa, con el gerente de personal y con la vida misma, me fui con las manos vacías y apenas pude llegar a mi casa porque como no me depositaron tampoco pude cargar gasolina. No sabía qué hacer y en el último momento se me ocurrió llamar al padre de los niños para que se los llevara a cenar con él y su nueva esposa, a quien no le gustó la idea, pero tuvo que apechugar. Yo cené en mi casa un par de huevos revueltos y me dormí temprano; mi ex marido trajo a los niños de madrugada y venían contentos, platicando de todo lo que comieron y de lo bien que se la pasaron. Al día siguiente fuimos todos juntos al súper y ya me habían depositado, por lo que compré la despensa de la quincena, pero todavía estoy enojada y frustrada por lo que pasó ¿qué me recomiendas hacer para que se me pase el flato?

Matilde

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Matilde:

Lo primero que tienes que hacer es dejar de sentir pena por ti misma, ya que tu historia no le da lástima a nadie, además de que el incidente te permitió ahorrarte lo de la cena y tus hijos se la pasaron mejor con su papá que con una amargada como tú. En segundo lugar, te sugiero que te busques otra chamba. No hay peor sitio para trabajar que un sitio en el que no se te tiene consideración. 

Querido Duque de Santo Ton:

A mí nunca me habían gustado los hombres, hasta que me metí a un gimnasio para hacer ejercicio. Contraté los servicios de un entrenador personal, cuyo cuerpo me fue seduciendo hasta que le pedí tener sexo conmigo. Estaba cegado por la lujuria y me dejé llevar, arriesgándome a un escándalo, pero el instructor, en lugar de ofenderse, accedió a mi petición a cambio de que pagara por sus servicios, a los cuales me aficioné muchísimo, al grado tal, que cuando él no puede cumplirme en la cama por tener cosas que hacer, me consigue a un sustituto para que me satisfaga. Estoy asustado porque, sin darme cuenta, me convertí en homosexual y creo que ya se me hizo vicio porque ya no me interesan las mujeres, ni siquiera mi esposa.

Abraham

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Abraham:

No te convertiste en homosexual, siempre lo has sido. Lo único que hizo ese joven fue despertar a la loca que siempre has tenido dentro. Pero no te preocupes, la moral se ha relajado tanto que tu putería no es como para suicidarse. Te recomiendo que no te confundas, que mantengas cada cosa en su lugar, y que disfrutes de la vida mientras la tengas. Obviamente debes tener muchos cuidados profilácticos, pues la comunidad masculina gay sigue siendo uno de los grupos de más alto riesgo en la transmisión del virus del VIH y de otras enfermedades peligrosas como la hepatitis C o el herpes. 

Querido Duque:

Mi novia insiste en que nos vistamos de chiapaneca y parachico para ir a bailar a Chiapa de Corzo, pero a mí se me hace una tontería, ya que yo soy de Nogales, Sonora, y ella es de Monterrey, Nuevo León. Yo estoy muy agradecido con esta tierra, que me ha permitido volverme muy rico, pero creo que no es para tanto.

Fito

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Fito:

Tienes razón, no es para tanto. 

Duque de Santo Ton:

A mí no me gusta ir al cine, me chocan las multitudes y padezco claustrofobia, pero mi esposo me convenció de ir con él a ver “Roma”, la famosa película de Alfonso Cuarón. Nunca lo hubiera hecho, la película además de aburrida, es una idílica visión de la infancia del autor y de su relación con una sirvienta, todo narrado muy lentamente y de manera muy aburrida y predecible. Yo no sé porque los mexicanos somos así: apenas alguien tiene un éxito, se siente tocado por el Espíritu Santo y piensa que nadie lo merece. No quiero ofender a nadie, pero ese filme es una basura.

Doris

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Doris:

Al expresar tu opinión no ofendes a nadie. El único que podría sentirse agraviado es Alfonso Cuarón, pero dudo que llegue a enterarse de que existes. 

Querido Duque de Santo Ton:

Desde que me enteré de que mi esposo se acuesta con aventureras y de que tiene una querida de planta, jamás volví a tener sexo con él porque me da asco. Lo malo es que en el fondo soy una mujer apasionada y necesito que alguien apague mi fuego. Estoy tan desesperada que he pensado abrirle las piernas al hijo de uno de mis vecinos, que se me insinúa y que, además, está precioso ¿qué haré?

Isabel

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Isabel:

Primero asegúrate de que el “precioso” es mayor de edad, luego busca un lugar discreto para abrirle las piernas al chamaco y disfruta en secreto, porque si alguien llega a enterarse de tus amores escondidos podrías perder todo lo que tienes por andar de caliente.