HOSPITAL DEL ALMA 131218

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Con los festejos de la Virgen de Guadalupe, mis tres perros miniatura quedaron muy estresados por los cohetes que estuvieron tronando en la calle. Quisiera saber con quién tengo que hablar para que se acaben ese tipo de prácticas, que no tienen el menor chiste y perturban a los animales domésticos.

 

Julián

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Julián:

Creo que tendrías que hablar con la mismísima Morenita del Tepeyac, porque a nuestra autoridad ese tipo de cosas parecen valerle un cacahuate. 

Duque:

Estoy indignada porque me enteré de que un hombre vestido de mujer va a concursar en el Miss Universo ¿cómo es posible que permitan que un hombre se mezcle entre mujeres para competir con ellas, aunque ya se haya hecho la jarocha?

Proserpina

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Proserpina:

Me parece que el término “jarocha” es muy vulgar para referirte a la cirugía de cambio de sexo, aunque eso de “cambio de sexo” es una estupidez, pues el sexo no lo cambia ni Dios, el que nace hombre, hombre se queda, aunque se coma las hormonas femeninas a puños y le corten el pajarito. Comparo tu idea de que la presencia de esa “Miss” contamina el certamen, aunque en realidad los concursos de belleza siempre han sido, son y serán pura pendejada, y de ellos no puede esperarse la justicia ni la equidad ni, mucho menos el buen gusto. 

Duque de Santo Ton:

Sé que no debería escribirte en este tono, pero quiero decirte que mi mamá es una señora muy guapa, muy simpática, muy elegante pero también muy zorra. Para ella no hay nada mejor que tener sexo y se la vive seduciendo hombres. Se acuesta con hombres de todas las edades y de todas las clases sociales, y presume de ser muy sucia en el sexo. A mí no me importa que ella viva su vida como mejor le parezca, pero siento lástima por el pobrecito de mi papá que aunque sabe que ella le es infiel, se angustia cada vez que alguien viene a contarle la última hazaña de mi madre.

Eugenia

Comitán 

Querida Eugenia:

Por lo que adivino, tu madre es una mujer hecha y derecha, aficionada a vivir al extremo los placeres de la vida. También advierto que el cornudo de tu padre no es capaz de satisfacerla ni de ponerla en orden, por lo que solamente sufre las consecuencias de ser un pusilánime. No veo forma de que aplacar los deseos de tu mamá y qué bueno que pueda a satisfacerlos. Por lo que respecta a tu papá, te recomiendo que lo alejen de la gente chismosa que se regodea en la tragedia que vive la familia y se divierte con ella. 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy hija única y recién casada. Tengo 27 años de edad y me sentía muy feliz con mi vida, hasta que casi por accidente mi médico de confianza descubrió que tengo un tumor cerebral y que me queda muy poco tiempo de vida. No sé cómo dar la noticia a mis padres y a mi esposo, que piensan que voy al doctor porque pienso que estoy embarazada. Dime Duque ¿Tú en mi lugar qué harías?

Hilda

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Hilda:

No quisiera estar en tu lugar.

Duque de Santo Ton:

Aunque mi esposa jamás fue bella, siempre se arreglaba como si fuera una princesa y se comportaba como si fuera una gran dama, hasta que la demás gente también se la creía. Deslumbrado porque la creía una mujer muy fina me casé con ella, pero ahora, 30 años después, veo que en realidad me casé con una fea y que por eso mis hijos salieron totalmente de “medio pelo”. Ella se arregla ahora como si fuera una gran señora, pero ni la ropa cara ni los afeites disimulan que físicamente es un adefesio, no sé cómo librarme de ella.

César

Tuxtla Gutiérrez 

Querido César:

Después de 30 años me parece que una separación sería estúpida, ya que a estas alturas tanto ella como tú deben ser un par de marsopas, que deben procurar la felicidad de sus hijos a los que deben aconsejar que busquen mejorar la raza no terminar de descomponerla. 

Duque de Santo Ton:

Tengo 30 años y mi esposa 32. Nos casamos muy enamorados hace seis meses, pero mi felicidad se vio empañada en mi noche de bodas, cuando descubrí que mi mujer ya no era virgen. Al día siguiente le reclamé el hecho, porque ella no había querido tener intimidad conmigo mientras no nos casáramos, y le dije que me había hecho creer que era virgen.     Muerta de la risa, me contestó que ninguna mujer normal llega virgen a los 30 años y que si había querido esperarse hasta la boda había sido solamente para hacer de la nuestra, una relación muy especial. A mí no me hizo nada de gracia el asunto, pero creo que ya nada puedo hacer, después de todo, yo me acosté con muchas mujeres antes de conocerla a ella.

Fabián

San Cristóbal 

Querido Fabián:

Comprendo tu malestar y lo lamento, pero me parece bien que tomes las cosas con optimismo. Solamente te recomiendo que ahora le hables clara y directamente, no des nada por hecho, sobre todo con lo que respecta a la fidelidad, vo vaya a resultar que compartes a tu esposa con otros hombres y ni siquiera estás enterado. 

Querido Duque de Santo Ton:

Estoy muy enamorada de mi novio, lo quiero desde que lo conocí y el amor que siento por él aumenta sí con día. Sin embargo, sin querer, resulté embarazada y no quiero tener al bebé, la verdad es quisiera abortarlo, pero mi novio se opone porque dice que es muy católico y que yo no tengo derecho a matar a su hijo. Duque, yo estoy muy a tiempo para chisparme al chamaco y no por las mojigaterías de mi novio voy a arruinarme la vida.

Violeta

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Violeta:

Si tu novio fuera tan católico como dice, no te habría embarazado sin estar bendecidos por el santo sacramento del matrimonio. Ahora bien, yo también soy católico y opino que el aborto no solamente es un acto injusto y que pone en peligro tu vida. Mejor aprovecha las creencias de tu novio, exígele que se case contigo, ten al hijo y si cuando todo esté consumado, el niño te sigue estorbando, déjaselo a él y sigue el camino que se te antoje ¿total?, un católico practicante sería incapaz de abandonar a su engendro, y tú estarías en pecado por lo del abandono, pero no serías tan culpable como si llevaras a cuesta un aborto. 

Duque:

Muchas de mis amigas me han dicho que les gustaría calmar sus calenturas con chicos de alquiler, jóvenes y con buenos cuerpos, que las complacieran en la cama solamente a cambio de una cuota, sin involucrar sentimientos y sin la necesidad de volverlos a ver. Yo soy instructora en un gimnasio y creo que podría crear un grupo de alta seguridad, de confianza y complaciente con las señoras. Todo sería en secreto y yo cobraría una parte del dinero que obtuvieran los niños ¿estoy bien?

Dolores

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Dolores:

Todo me parece muy bien, la prostitución, aunque sea masculina, no es algo prohibido, pero el tráfico de sexo ajeno, mejor conocido como lenocinio, sí es un delito que podría traerte fuertes dolores de cabeza. No te vayas a ir de boca.