HOSPITAL DEL ALMA

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Desde que iba en la secundaria me hice novio de una muchacha, con la que después me comprometí en matrimonio. Empezábamos los trámites de la boda cuando yo tuve que viajar por dos semanas a la Ciudad de México, y al regresar me enteré de que mi prometida se había fugado con un cirquero ambulante que pasó por Tuxtla. Sentí que me clavaban un puñal en el corazón y aunque fui la burla de grandes y chicos durante mucho tiempo, terminé por aceptar lo sucedido y me dediqué con mucho esfuerzo a trabajar en el gobierno para volverme rico, lo cual conseguí gracias a un profesor de la universidad que me instruyó en el arte de lamer pelotas. Ahora soy notario público, tengo un despacho de outsourcing y hasta una constructora. Juego al golf los domingos, veraneo en la Costa Brava y paso el fin de año en Nueva York. Obvio, a mi ex prometida el cirquero la mandó a volar y regresó a Tuxtla cargando un hijo. No me dio gusto verla derrotada porque de verdad la quiero, pero sí agradecí a la vida por haberme hecho justicia. No lo vas a creer, Duque, pero ella me llamó para pedirme perdón. La muy cínica me pidió abiertamente que rehiciéramos nuestro amor, que nos casáramos y que si yo quería podía adoptar a su engendro. No sé en qué andaría yo pensando, ya que con mi riqueza podría haberme casado hasta con una niña de 17 años, pero accedí y ahora somos marido y mujer. Adopté al hijo del cirquero, quien ahora, en teoría es mi primogénito, y mi mujer está embarazada. No sé si habré hecho bien ¿tú qué opinas?

Romeo

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Romeo:

Jamás debiste cometer esa estupidez. Estoy seguro de que utilizas el tema para chantajear emocionalmente a la interesada de tu esposa, cada vez que no se comporta como tú quieres y de que al niño adoptado no lo quieres como ya adoras al que viene en camino. Tache.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi abuelita era de Tapachula, y desde que casi era una niña se la agenció un licenciado, la hizo su querida y de sus relaciones nacieron seis hijos, entre ellos, mi mamá. La vida de mi abuela no fue nada fácil, pues a pesar de que el licenciado jamás la desamparó y reconoció a sus hijos, siempre estuvo consciente de que ella era la amante, el segundo frente o como quiera que se le diga. Es decir, vivió humillada.

Luz María

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Luz María:

Los tiempos de tu abuela eran muy distintos a los nuestros, así que tranquilízate al recordar que aunque ella fue el segundo frente de un licenciado y no tuviera derecho ni a acercarse a la familia legítima, él no la desamparó económicamente jamás y le dio una vida tan feliz que hasta otros hijos le hizo. En realidad el concepto de “bastardo” está muy pasado de moda y tú no debes sentir coraje por algo tan tonto, que no viviste y que ya pasó. Tu abuela, la rompe hogares,  vivió humillada pero bien alimentada, bien abrigada y bien cogida ¿podía pedirle algo más a la vida?

 

Querido Duque:

Desde los 14 años de edad me masturbo dos o tres veces al día y me dijeron que las consecuencias de mi vicio son funestas ¿es cierto?

Charlie

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Charlie:

La masturbación es parte de la salud sexual e, inclusive, se ha convertido en un derecho. Sin embargo, esta conducta deja de ser saludable cuando se convierte en la única forma de expresión sexual, cuando empieza a generar dificultades en los ámbitos sociales, laborales, familiares, de pareja y sexuales por dedicarnos de manera exclusiva y exhaustiva a esta práctica, que, por cierto, es deliciosa.

 

Duque de Santo Ton:

Desde hace algunos unos meses estoy saliendo con una chica transexual, y cuando estamos en la recámara, ella me pide que le haga sexo oral, pues no se ha amputado el pene, y me dice que quiere penetrarme o meterme un dedo. Le digo que yo no soy gay y que no me veo en esa situación. Solo la he masturbado. Ella me dice que lo sexual no tiene que ver con mi personalidad y que esa es nuestra sexualidad. No sé qué hacer, no sé si eso puede hacer que mi orientación sexual cambie.

Hernán

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Hernán:

El hecho de tener sexo con otro hombre te hace homosexual a ti también, así que déjate de cuentos y disfruta de tus cochinadas a rienda suelta pero con cuidado, ya que está comprobado que ustedes conforman el grupo de más alto riesgo en la transmisión del SIDA y otras enfermedades igualmente puercas.

 

Querido Duque:

Llegué virgen al matrimonio y en la noche de bodas me di cuenta de que mi marido no fue circuncidado. Ello me desconcertó pues todas mis amigas me han dicho que se disfruta mucho más el coito con hombres a los que les hicieron la circuncisión.

Guadalupe

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Guadalupe:

La percepción del placer en la penetración depende de otros factores y no de que un pene esté circuncidado o no. La cantidad de nervios sensitivos en la vagina o el ano, la capacidad cerebral para modular la estimulación en estas áreas, la educación sexual recibida por la mujer, el autoconocimiento de su cuerpo, el permiso que se brinde así misma para sentir placer, la calidad de la comunicación y confianza logrado con el amante, entre otras variables, son las que se tienen en cuenta para acercarnos a la percepción de placer de una mujer. Sin embargo, en gustos se rompen géneros, así que también puede pasar que haya mujeres que prefieran los penes circuncidados en vez de los más naturales. Pregúntele a su pareja cómo lo prefiere y salga de dudas con ella. Todas las mujeres son un universo de placer diferentes la una de la otra.

 

Duque de Santo Ton:

Hace unos años mis papás me mandaron a estudiar a Europa y  mi primera compañera de cuarto se llamaba Ramona. Era una mulata de ojos color miel, que no pesaba ni cuarenta kilos y siempre parecía estar caliente. Los fines de semana la diminuta Ramona me pedía prestada mi ropa nueva, mis zapatos y bolsas, y se iba, la verdad, de puta. Sentía una extraña fascinación por los hombres. Una vez se fue a la cama con un bombero, pero de su hazaña genital me enteré yo, se enteró el vecino, y supongo que hasta su profesor de tesis. La mujer sufría de un irreprimible deseo de ser escuchada mientras lo hacía, pero además tenía más aguante que los machos que se la cogían, se pasaba horas enteras aullando entre espasmo y espasmo. Ese comportamiento lo repitió tantas veces como fines de semana hubo en un año. Nunca le dije ni una palabra. Y así, de cogida en cogida, mi casa se hizo popular y me cancelaron  el contrato de alquiler por causas que no fueron aclaradas. Ahora ella es muy popular, diría más bien que está dentro de mis conocidas-famosas, presenta en un programa de televisión en Estados Unidos. Cuando tengo sexo, a veces revivo su recuerdo y me dejo llevar por la pasión de que me oigan gritar cuando tengo un orgasmo.

Tita

San Cristóbal

Querida Tita:

En pocas palabras, Ramona te pegó lo puerca.