Hospital del alma 08/05/15

Por El Duque de Santo Ton

 

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Querido Duque de Santo Ton:

Mi abuela jamás nos dejaba maltratar a las mariposas nocturnas, esas negras y feas, porque decía que eran los espíritus de nuestros muertos que venían a visitarnos. Sin embargo, desde que murió mi abue, cada vez que un bicho de esos se mete a la casa, mi mamá toma el bote de insecticida y las rocía hasta que caen bien muertas. Lo mismo sucede con los grillos, cuando mi abuelita los oía cantar dentro de la casa se ponía feliz, pero mi mamá los persigue con una escoba hasta que los aplasta ¿por qué será así mi mamá?

 

Ligia

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Ligia:

Si tu abuela te contaba tamañas estupideces sobre los muertos y sus visitas transfigurados en alimañas, ya me imagino las que le habrá contado a tu pobre madre, quien seguramente terminó sintiendo fobia por los insectos gracias a la creatividad de tu “abue”. Sé tolerante con tu mamá y trata de comprenderla, mujer.

 

Duque:

Tengo 30 años, y estoy cansada de que los mejores partidos de Chiapas se vayan a estudiar fuera de aquí, y regresen casados con una bola de fuereñas advenedizas que se sienten la gran cosa pero a las que luego, luego, se les nota el cobre. A las chiapanecas se nos va el tiempo esperando a que alguien se fije en nosotras por nuestras costumbres, por nuestros apellidos, por nuestras buenas familias, pero se nota que a los chiapanecos eso los tiene sin cuidado y prefieren casarse con pájaras de cuenta cuyo pasado todo el mundo desconoce. Te juro que estoy bien decepcionada, Duque.

 

Marina

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Marina:

Te mentiría si te dijera que a tus treinta eres una pollita; ya no te cueces al primer hervor chula, y por lo mismo, cada vez será para ti más difícil conseguir algún esposo de buena familia que no sea pobre, gay o divorciado, por lo que te sugiero que sin olvidar los principios morales que te enseñaron en tu casa ni tu educación chiapaneca, te vayas a otro lugar, de preferencia a una ciudad grande, en donde podrás encontrar a alguien adecuado para ti y de cuya procedencia aquí tampoco se sepa nada. Te recomiendo Guadalajara o Monterrey, ahí hay muchos güeros de rancho, con uno de los cuales podrás venir a apantallar a tus amigas y a tus primas diciéndoles que es la gran cosa, aunque en realidad no tenga ni en donde caerse muerto.

 

Duque:

Soy homosexual y siempre me ha gustado serlo. De niño sufrí mucho por la discriminación y por el maltrato de los demás, empezando por mi propia familia. Mi padecer terminó el día en que comprendí que por más que trataba de disimularlo, siempre se me notaba lo gay o me traicionaban las nalgas. Desde entonces, me separé de mi familia, me enamoré de un peinador que tiene una estética muy famosa y muy cara y que me sostiene en todos mis gastos. Yo me dedico al hogar, a cocinar, a tener bonita la casa, a acompañar a mi pareja a sus compromisos y estudio historia del arte. Me han contado que mis primos me desconocen y que reniegan de mí pero a mí no me importa porque ya puedo hacer lo que quiera y me parece que encontré la felicidad. Además, las niñas más fresas de la sociedad quieren ser mis amigas y siempre estoy en los mejores eventos, podría decir que hasta subí de nivel.

Giorgio

San Cristóbal

 

Querido Giorgio:

Me gusta que sepas que nunca vas a cambiar y que te adaptes a ello para sacarle el mayor provecho a la vida pero tienes que ser muy cauteloso, porque las parejas homosexuales son muy inestables, muy proclives a la promiscuidad y puedo asegurarte que en su diccionario no existe la palabra fidelidad. Por si fuera poco, los homosexuales conforman el grupo de más alto riesgo en la transmisión del virus VIH (SIDA). Eso quiere decir que tienes que cuidarte mucho y buscarte una forma de ganarte la vida aunque tu peinador te mantenga porque cuando pierdas la juventud con toda seguridad también vas a perderlo a él junto con tu única fuente de ingresos. Por último debo decirte que nuestra sociedad sigue siendo híper machista y que aunque sientas esos aires de libertad, seguirás siendo un marginado.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Tengo nueve años de casada con el único novio que he tenido en la vida y con el único hombre con el que he tenido intimidad. Te escribo porque mi ginecólogo me acaba de notificar que soy estéril, que no tengo posibilidad de ser madre, lo cual para mí fue todo un shock. Por si fuera poco, mi marido me pidió el divorcio porque dice que él quiere ser padre, que ha sido la ilusión de su vida. Yo le propuse que adoptáramos a un huérfano, y él me contestó que quiere tener hijos propios no cuidar hijos ajenos. Estoy muy deprimida porque me doy cuenta de que él nunca me amó a mí sino al vientre que podría haberle dado descendencia. Le reclamé por haberle dedicado mi vida y mi juventud, y él me contestó que si no quiero divorciarme por las buenas, me va a demandar el divorcio necesario, porque la infertilidad es una causal ¿qué hago?

Mafer

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Mafer:

No te queda otra cosa que aceptar tu situación, tratar de sacarle provecho a la ruptura en términos económicos y rehacer tu vida. Contrata a un buen abogado y olvida a ese egoísta.

 

Duque:

Mi hermana dice que soy una criada porque mi abuelita tiene Alzheimer y yo aproveché para robarle un anillo que tiene un zafiro inmenso rodeado de brillantes, como el de la Lady Di. Yo le digo a mi hermana que si no hubiera aprovechado la ocasión, la joya hubiera ido a parar a manos de alguna de las esposas de los hermanos de mi papá porque mi abuelita no tuvo hijas. Mis primas son una bola de zorras que habrían hecho lo mismo ¿tú qué opinas?

Ana Laura

Comitán

 

Querida Ana Laura:

 

Aunque aplicaste el método de “matanga dijo la changa”, el cual no es propio de una niña decente, hiciste lo mejor. Con toda seguridad los hermanos de tu papá ni van a extrañar el anillo y para cuando se acuerden: “nadie sabe, nadie supo”.