HOSPITAL DEL ALMA 191023

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

A mí me gustan los muchachos güeritos, y más si tienen los ojos azules o verdes, pero ninguno de los que conozco se fija en mí. Mis amigas dicen que ellos no me pelan porque yo soy morena y tengo rasgos de indígena, pero no puedo creer que vivamos en una sociedad tan racista.

Ángela

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Ángela:

Más te vale poner los pies sobre la tierra y darte cuenta de que tú misma discriminas a los jóvenes como tú al querer tener un pretendiente con aspecto europeo. Debes aprende a valorar cualidades de la gente que no se ven a simple vista pero que son igual o más importantes. 

Querido Duque:

Mi papá nos abandonó a mi madre y a mis tres hermanos desde que éramos niños, pero mi abuelita, su mamá, se sintió tan mal, que sin decirle a nadie nos legó en su testamento su casa en El Mirador, además de joyas y otras propiedades. A pesar de no habernos cumplido nunca y de haberse vuelto a casar, mi padre se enfureció y contrató a uno de los mejores abogados de Chiapas para despojarnos, pero no pudo, y ahora dice que nos odia porque además de malagradecidos somos unos hijos de nuestra chingada madre.

Beba

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Beba:

Por fortuna tu abuela se encargó de hacerles justicia. Ahora lo que tienes que hacer tú es asesorarte para que tu papá no les vaya a meter un cuatro, y para administrar la fortuna que heredaron, porque, por lo que me dices, ustedes nunca han sido ricos y eso no es fácil. 

Duque de Santo Ton:

¿A quién me puedo dirigir para que el gobierno me indemnice por la llanta que se me despedazó al caer en un bache que lleva abierto más de dos meses?

Amelia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Amelia:

Tienes que dirigirte a la Santísima Providencia y a San Judas Tadeo, que es el patrono de las causas imposibles o muy difíciles. 

Querido Duque:

La otra noche detuve mi coche en el crucero de la gasolinera “La Fuente”, y un payasito estaba haciendo malabares con unas pelotas. Cuando terminó su acto, se acercó a la ventanilla de mi auto y me pidió que le diera dinero, a lo que, por supuesto, yo me negué moviendo la cabeza horizontalmente y con la mirada perdida en el espacio. Entonces el payaso se enojó tanto que empezó a darle de patadas a mi coche. Abrí la ventanilla para reclamarle y me escupió en la cara. Yo me arranqué para que no me siguiera agrediendo. Es el colmo ¿qué puedo hacer al respecto?

Liliana

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Liliana:

Te recomiendo que la próxima vez por lo menos le des cinco pesos al payaso. 

Duque, mi amor:

Eres un desarrapado, pero siento que tienes algo de clase ¿te gustaría conocerme?

María Isabel

Tuxtla Gutiérrez 

Querida María Isabel:

No. 

Duque de Santo Ton:

Mi esposa quiere que nuestra hija se llame Roberta. Yo le respondí que a mí me suena a nombre de negra y que jamás voy a dejar que le fastidie la vida a mi hijita con ese nombre tan feo.

Melitón

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Melitón:

Creo que en realidad tienes razón, Roberta suena a nombre de negra, pero, piensa que tus padres se permitieron uno al otro encajarte el nombre de Melitón, lo cual también es una mentada de madre. 

Querido Duque:

Qué bueno que tu Hospital del Alma ya no es tan grosero como antes. La verdad es que a mi mamá y a mí nos molestaba tanto erotismo.

María

Tuxtla Gutiérrez 

Querida María:

El erotismo no es grosero si se hace con buen gusto. Es raro saber que a una mujer le moleste lo erótico, por lo general les encantan las cosas calientes. 

Duque:

Me fascina como se ve mi señora cuando no usa sostén debajo de la ropa, y le propuse que ya no lo use más. Entonces ella me contestó que me puede dar gusto, siempre y cuando yo deje de usar calzoncillos. No es lo mismo, que no la amuele.

Carlos

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Carlos:

Claro que no es lo mismo, porque tú eres el hombre de la casa, el que le da de comer a tu esposa, la que, por lo tanto, está obligada a respetarte y a obedecerte. 

Señor Duque:

Dime cómo le puedo hacer para conquistar a una niña a la que le fascina el relajo. Yo soy más bien tranquilo, no me gusta el trago ni ir a los antros, pero ella me encanta.

Ricardo

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Ricardo:

Vas a tener que aplicar el plan “fichera” pero invertido. Invítala a un antro y finge que tomas al parejo que ella, pero busca la manera de tirar o de no ingerir tus copas. Cuando ella ya esté bien borracha entonces la tendrás a punto de turrón y dispuesta para el amor. 

Duque de Santo Ton:

Estoy tan gorda, que cuando uso falda se me irritan los muslos por el simple roce que tienen uno con otro al caminar. Así que tengo que usar pantalones, aunque yo creo que las gordas nos vemos mejor de vestido.

Angie

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Angie:

Las gordas se ven igual de mal, se pongan lo que se pongan. Por lo menos trata de estar cómoda. 

Querido Duque:

Me voy a casar con un muchacho que pertenece a una familia muy rica, muy distinguida y que goza de muy buena posición social en Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo, la casa en la que vivo con mi madre es una pocilga y ni de loca recibiría ahí a la familia de él cuando pida mi mano, por lo que solicité un préstamo para pagar una cena íntima, para doce personas, en uno de los sitios más exclusivos de Tuxtla, pero ya no me alcanzó para comprarme un vestido ni zapatos ni bolsa ni nada. Una amiga millonaria me dijo que puede prestarme uno de sus vestidos favoritos, pero mi mamá dice que sería de mala suerte el que yo en mi pedida de mano, use un traje prestado. No sé qué hacer, apenas me quedó para pagar el salón de belleza.

Nancy

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Nancy:

Debes sentirte afortunada de que ese tipo, con toda la seguridad económica que representa para tu futuro, se interese en ti y su familia te acepte. Mala suerte sería que tus futuros suegros te vieran llegar a la cena con un vestido viejo. Doblega ese orgullo, acepta el traje prestado y trata de verte lo mejor posible para que a tu futura familia política no le importe tanto que su hijo despose a una pobretona como tú. Mejor empieza a pensar en cómo vas a solventar los gastos de la boda, que por medidos que sean, siempre resultan muy altos.

Duque de Santo Ton:

Yo estudié la carrera de literatura en la facultad de humanidades de la Ciudad Universitaria de la Ciudad de México, y sin darme cuenta descubrí un aspecto de mi sexualidad que no conocía. Poco a poco fui enamorándome de uno de mis profesores, que además de ser hombre y casado, con hijos, tiene más de 60 años. Al principio creí que era un amor platónico, pero me calienta mucho tener sexo con él y sinceramente creo que lo amo ¿es normal?

Nicolás

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Nicolás:

Claro que no es normal, tanto ese viejo como tú son un par de pervertidos, pero las perversiones y las anormalidades también tienen su encanto. Mientras la culpabilidad no te torture y disfrutes tus marranadas, dale. 

Duque de Santo Ton:

Soy una mujer insatisfecha con su vida sexual. Sin embargo, no puedo divorciarme ni separarme de mi esposo, por lo que quisiera saber si conoces el número de celular de algún taxista, no feo, que ayude a satisfacerme. No me daré por mal servida.

Lourdes

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lourdes:

No, no dispongo de esa información, pero cae algo te aviso.