ENTRELÍNEAS 010923

Vaticinio cumplido 

Por Jorge Ceballos 

El vaticinio presidencial en torno a la candidatura del Frente Amplio por México se cumplió. Xóchilt Gálvez Ruiz será la candidata presidencial de la rémora opositora en el país. En la contienda por la presidencia de la República es un hecho que se enfrentará a Claudia Sheinbaum, sin embargo, la narrativa que a diario construyen los dirigentes opositores en torno a un México de cabeza servirá de poco para vencer a Morena y sus aliados que son una verdadera maquinaria electoral.

Desde hace dos meses Andrés Manuel López Obrador dio a conocer que la aún integrante del Senado de la República sería la candidata del Frente Amplio por México, el vaticinio de quien gobierna el país no fue en aras de una intervención a como lo quieren vender a la población los líderes del PRI, PAN y PRD, lo que ocurre es que el mandatario federal conoce a la perfección como se mueven los hilos de la política en esos institutos, y, además, sabe cómo funcionan las decisiones cupulares, pues, vivió en carne propia los embates de una oligarquía política.

Beatriz Paredes Rangel y todo su capital e historia política fueron enterradas por las decisiones de quienes deciden el destino en los partidos opositores al régimen de izquierda que gobierna a México desde 2018. Vaya, escuchar al dirigente nacional del cascajo que queda del PRI dando a conocer que apoyarían a Xóchilt Gálvez por encima de un cuadro histórico, resultó tan patético como su sola presencia en la vida pública del país.

Una vez ungida Xóchilt Gálvez Ruiz como abanderada presidencial la campaña se antoja por demás interesante, porque por un lado se escuchará a la candidata de un frente integrado por PRI, PAN y PRD que actualmente se venden como salvadores de la patria, pero, además, se sienten la inmaculada honestidad, cuando la mayoría de los mexicanos tienen recuerdos de los pésimos gobiernos que han encabezado al menos personajes ligados al tricolor y al albiazul.

Es muy seguro que Gálvez Ruiz cargará con culpas ajenas, porque la ciudadanía le cobrará a ella las desastrosas acciones que en el pasado llevaron a cabo algunos expresidentes. Hoy los priistas no pueden presentarse como adalides de la honestidad, cuando sobre ellos pesan hechos históricos que han sumergido a México en las peores de las crisis.

Xóchilt Gálvez tendrá que aguantar los señalamientos de corrupción que persiguieron al gobierno de Enrique Peña Nieto, la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, la Casa Blanca, el caso Odebrecht. De igual manera durante la campaña tendrá que cargar con los señalamientos de los gastos que se fraguaron en la red Amigos de Fox, la guerra fallida contra el narco instaurada por Felipe Calderón Hinojosa, y las complicidades de Genaro García Luna con grupos delincuenciales.

Para desgracia de Xóchilt Gálvez no podrá salir con un “yo po´que” porque simplemente estará representando a las marcas políticas más desacreditadas de las que se tengan memoria en México. Y aunque a aquellos que son opositores a Andrés Manuel López Obrador les cueste reconocerlo, tienen que aceptar que el presidente de México acertó y supo leer a tiempo la estrategia de quienes deciden en el Frente Amplio por México.

Veneran la corrupción

Es lamentable que en Chiapas se sigan venerando y rindiendo culto a la corrupción, encarnada en el exgobernador Manuel Velasco Coello. La inclusión del extitular del Ejecutivo estatal generó que personas echaran a volar la imaginación y vieran en el telenovelero político a un hombre con poder de decisión en el juego sucesorio de la entidad.

Hay quienes se atreven a asegurar que Manuel Velasco será el responsable de nombrar al próximo candidato de Morena al gobierno del Estado, nada más alejado de la realidad. Lo bueno es que esos personajes se exhiben como lo que son: gente sin escrúpulos y que solo persiguen sus intereses.

Es cierto que el exgobernador Velasco Coello ha enviado a dos de sus más cercanos colaboradores en busca de la candidatura: Eduardo Ramírez Aguilar y Sasil de León Villard, de eso no debe quedarle duda a nadie. Ambos senadores representan los intereses del exgobernador.

Aquí lo que se tiene que advertir a la ciudadanía es que no se puede comprar fragancias antiguas en frascos nuevos. Si cualquiera de esos dos personajes llegara a ocupar la candidatura de Morena sin duda ganarían la gubernatura, sin embargo, ello lo único que llevaría es que a Chiapas regresaran las viejas prácticas de corrupción, falta de pagos a proveedores, la parafernalia a costa del poder, el desaseo administrativo y todos los flagelos que durante seis años padeció el pueblo chiapaneco.

Solo para darse una idea de lo que le espera a Chiapas en cualquiera de esos casos; el dispendio de recursos está a la orden del día, de lo contrario no podría explicarse como es que desde hace casi una semana hay brigadas de jóvenes pegando microperforados con la imagen de Eduardo Ramírez Aguilar. O bien, tampoco se puede uno explicar la manera en que Sasil de León Villard recorre el Estado llena plazas públicas utilizando el nombre de Claudia Sheinbaum.

Bien, pues esos que defienden a capa y espada la megalomanía de Manuel Velasco Coello, son los mismos que se vieron beneficiados durante ese régimen, pero, además, son los mismos que están obteniendo algún beneficio económico con la actual administración estatal.

Hacer señalamientos en torno a que será el exgobernador quien nombre candidato en Morena, es en primera faltarle el respeto a la ciudadanía que milita en ese partido, es pasar por encima de los postulados democráticos que dieron vida a esa fuerza política, pero si vamos más allá, están faltando al respeto a Rutilio Escandón Cadenas que es el actual titular del Ejecutivo.

Es por ello que, hay personajes que solo están viendo que en este río revuelto están viendo que cachan y sobre todo si siguen llevando agua a su molino, aunque con sus acciones le entreguen el alma al diablo… Hasta la próxima.