HOSPITAL DEL ALMA 150823

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Mi sobrino más querido se casó con una muchacha arribista, de esas que quieren progresar en la vida por medios rápidos, sin tener escrúpulos.

Ella está dispuesta a ascender en la escala social y económica a cualquier precio, y por eso embarcó al hijo de mi hermana para que fuera su esposo, porque además de pertenecer a una buena familia, de mucho renombre, tiene dinero y mucho futuro. Yo no sé cómo hacer para que mi sobrino recapacite, el muy tonto le dice al mundo que ya quiere ser papá. La muchacha es guapa pero no te miento, bo solamente es cabrona, es una requete cabrina.

Lucila

Tapachula 

Querida Lucila:

Algún encanto debe tener esa joven arribista que tu sobrino, teniendo una posición tan ventajosa, la escogió a ella para casarse. Date cuenta de que él es un adulto apto para tomar sus propias decisiones, y de que si tratas de interferir la única perjudicada vas a ser tú pues te segregará de su idílico círculo social. Si el muchacho anfa pregonando que quiere tener un hijo es porque seguramente coge muy a gusto con su mujer y contra esa virtud no hay argumento posible, mejor ocúpate de tus asuntos, Lucila.

 

Duque de Santo Ton:

Mi hermana es millonaria, porque se casó con un hombre muy rico, pero que ya es muy mayor como para tener hijos. Temerosa de que alguien se fuera sobre su herencia por la falta de descendientes, la burra muy burra adoptó a un niño indígena, de Los Altos, y ahora nos lo quiere enjaretar a toda la familia como si fuera nuestro sobrino carnal. Yo la verdad le hago fuchis al bebé y mi hermana se súper encabrona cuando se da cuenta. Mi mamá también lo niega como nieto, y es una cosa que ha venido a desequilibrar las relaciones emocionales de toda la familia. Yo quiero mucho a mi hermana, pero pienso que ahora sí se pasó de pendeja.

Maricarmen

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Maricarmen:

Para tu suerte, las relaciones del adoptado con el adoptante se dan solamente entre ellos, por lo que legalmente ese niño no tiene lazos de parentesco con el resto de la familia, aunque yo no tomaría las cosas de forma tan visceral, ya que él puede llegar a ser algún día el único heredero de la fortuna de tu hermana y en determinado momento podría darles cobijo. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi vecina siempre se ha sentido intelectual, pese a tener una facha de gata que no puede con ella. La otra tarde tuvo el descaro de venir a mi casa para invitarme a la presentación de un libro que le publicó el gobierno y que me dejó hojear el tiempo suficiente, para darme cuenta de que es una reverenda porquería. Obviamente no pienso ir a la presentación y tengo ganas de decirle que se dedique a algo más productivo  ¿cómo le dices a una vieja que se siente Rosario Castellanos que está igual de fea pero que no tiene talento?

Susana

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Susana:

Aunque conozco muchos casos como el que mencionas, en los que los empleados se sienten “intelectuales” por el decreto de algún funcionario que los tocó con la varita mágica de la corrupción, de preferencia no externes tus opiniones en ese sentido. Simplemente no vayas a la presentación del libro sin dar mayores explicaciones. Con suerte, jamás te volvrtán a invitar y asunto arreglado. Recuerda que “en política todos los amigos son de mentiras, pero los enemigos son de verdad”. 

Duque de Santo Ton:

Mi hijo mayor, que tiene solamente 17 años de edad, suspira para que le compremos un celular que vale una fortuna, más de 35 mil pesos, y lo malo es que ya convenció a mi esposo. Yo le digo que además de exponer al chamaco dándole un objeto tan caro, que le pueden robar en cualquier momento, nuestra economía no está en condiciones  para hacer esos gastos, pero mi marido insiste en que debemos dar a nuestro hijo las armas que le sean necesarias para brillar en sociedad.

Bárbara

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Bárbara:

Tu situación es difícil, pues yo conozco a muchos chamacos arribistas, que ni con las mejores marcas, ni los teléfonos celulares más caros, ni los coches deportivos europeos, dejan de parecer topiles. En la lucha por la vida todo está permitido, menos negarse a sí mismo: la verdad y el olor a chuquija siempre afloran. 

Querido Duque:

Yo no soy de aquí sino de Hermosillo, Sonora, y me siento muy tranquila con la paz que se vive en Tuxtla. Sin embargo, el otro día me invitaron a un “baby shower”, y una muchacha muy mona, con facha de tamal de bola, me preguntó que si podría tomarme una foto para la sección de sociales de su revista, yo acepté pensando que a mí me iban a excluir por ser una desconocida, pero para mi sorpresa la instantánea salió impresa en vuatro revistas y fue publicada por varios influencers, que le dieron tal importancia al “bautizo”, que parecía más bien que el niño se hubiera ordenado como cardenal

Marcia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marcia:

Acostúmbrate a nuestro pueblo, nosotros somos así, nos encantan los oropeles.  

Querido Duque:

Mi novio y yo nos conocimos en un chat y me gustó desde el primer momento en que lo vi. En la foto de su perfil tenía un cuerpazo espectacular y también tenía muy buena conversación. Nunca antes había salido con alguien tan atractivo e interesante. Todo parecía andar bien hasta que me di cuenta que cada cierto tiempo recibía llamadas extrañas. Después me enteré de que trabaja como prostituto a domicilio y que se alquila tanto con mujeres como con hombres.

Tamara

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Tamara:

La crisis económica obliga a muchas personas a vender su cuerpo para mantener su estatus de vida, y consiguen a sus clientes vía Internet. Tú te atravesaste en el camino de ese muchacho y en lugar de un cliente consiguió una novia. En fin, relacionarse sentimental o sexualmente por vía de las redes sociales es algo muy peligroso que no hacen las niñas decentes. Te felicito por tu determinación y lo siento por tu ex novio, pero hay que amar realmente a alguien que se gana la vida vendiendo sexo, pues muchos de los riesgos, como el contagio del SIDA o del herpes genital, no tienen vuelta atrás. 

Duque de Santo Ton:

No soporto a mi duegra, es la mujer más corriente que he conocido en mi vida, además de que no sé de dónde invento que yo soy su criada, y cuando llegó de visita a su casa me pone a ayudarla a cocinar, a poner la mesa y hasta a lavar los trastes. Estoy de acuerdo que lo haga con sus hijas pero no conmigo, yo estoy casada con su hijo nada más, pero provengo de otra clase social en la que a las mujeres nos enseñan a mandar no a obedecer. Se lo reclamé a mi esposo, pero él me dio una chachetada, me dijo que con su madre no me metiera y luego me cogió bien rico como lo hace cada vez que quiere contentarme por algo ¿qué me aconsejas?

Alejandra

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Alejandra:

Síguete quejando, obtendrás tu recompensa.