HOSPITAL DEL ALMA 080823

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

¿Es cierto que ya regresó el coronavirus?

Elda

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Elda:

Nunca se ha ido, ten cuidado. 

Duque de Santo Ton:

Soy jefa de una oficina en el Municipio, y la otra noche tuve que regañar a todos mis subalternos porque son una bola de huevones, mediocres e hijos de la chingada. Los puse a todos en su lugar y les advertí que si no se ponen las pilas, con mucha educación y cortesía voy a tener que mandarlos a la verga. Todos se impresionaron por ver a una dama tan cabrona y huevuda como yo, pero lo malo es que al salir me tropecé y me caí, con tan mala suerte que, como llevaba vestido se me vieron los calzones y descaradamente los empleados se rieron de mí en mi cara. Al principio sentí vergüenza pero ahora lo que quiero es encontrar la manera de que me las paguen, quiero descontarles algo de su sueldo pero no se me ocurre qué.

Enriqueta

San Cristóbal 

Querida Enriqueta:

Si eres funcionaria pública debes moderar tu manera de hablar y de escribir para infundir respeto, pues nadie se somete fácilmente a una carretonera. Por otra parte, debe pensar en motivar a tus empleados no fustigarlos porque nadie va a obedecer a una insuflada burócrata de medio pelo mareada porque se subió a un ladrillo del que fácilmente puede caerse.   

Duque de Santo Ton:

Dice mi mamá que si no sabes escribir otra cosa que no sea ese tu Hospital del Alma, que gordo le caes con tanta pendejada. Según ella, antes, en otros periódicos escribías historias bien bonitas.

Rita Mandarina

San Cristóbal 

Querida Rita Mandarina:

Dile a tu madre que le haga esas preguntas a su abuela y que si ya no le gusta como escribo, que compre otro periódico. 

Santo Ton:

Cuando yo tenía como 14 años, uno de mis vecinos, como de 20, me violó por detrás cuando estaba borracho y me amenazó con matarme a mí y a mis hermanitos si yo decía algo. Después de eso, aunque no estuviera borracho, me violaba y me violaba, hasta que me convertí en gay por su culpa porque ahora que ya soy adulto, lo que me gusta es hacerlo con hombres y que me lo hagan por detrás. Mis papás siguen viviendo en la misma casa y aunque ese vecino que te digo ya se casó, de repente lo veo, ya no me viola, pero si vieras que se me antoja ¿estaré mal?

Neto

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Neto:

A estas alturas creo que ya no tiene caso recomendarte que te alejes de ese tipo y se lo cuentes a quien más confianza le tengas, aunque me parece que ese antojo que tienes es enfermizo, algo así como eso que en psiquiatría se llama síndrome de Estocolmo (cuando la víctima llega a sentir amor por quien la agrede). Solamente piensa en que, si fue capaz de violar a un chamaquito de catorce años, imagínate lo que te podría hacer ahora. Bueno, mejor ni te lo imagines y vive plenamente tu sexualidad, pero con cuidado y tomando todas las precauciones que la sexualidad invertida requiere. Me parece que eso de las violaciones no son causa de tu homosexualidad, ya se te iba la cocha al monte, pero ya ves que en cuestiones de putería hay muchas opiniones y ninguna es definitiva. 

Querido Duque:

Aunque acabo de cumplir los 40 y ya soy abuela, estoy muy bien conservada y aparento mucho menos edad de la que tengo. Mi esposo y yo nos amamos y sabemos que vamos a permanecer unidos hasta que la muerte nos separe, pero la llama que hacía brillar el fuego de la pasión se apagó hace mucho tiempo, lo que no significa que hayamos dejado de tener apetito sexual, simplemente es que ya nos aburrimos de nuestros respectivos cuerpos, y cada uno de los dos busca la satisfacción fuera del hogar. Yo sé que a él le gustan las mujeres jóvenes, casi niñas, de la edad de mis hijas, y a mí me sucede lo mismo, un hombre no me interesa, para nada, si ya ronda los 30 años. A mí me gustan los hombres tiernitos, como de 18 o 19, inexpertos pero muy calientes. Yo soy maestra en el arte de apagar incendios y dejar bien domado al más garañón de los potros. Te juro que candidatos a la cama no me faltan, pero me he vuelto tan caprichosa, que ando en busca de chicos desconocidos, para tener romances fugaces, siempre y cuando me gusten, aunque no estén guapos, pero que me gusten, sean limpios y muy potentes. Yo garantizo que no habrá problemas de ninguna especie, pero exijo discreción, no por mi esposo, sino por el “qué dirán”. Estoy en posibilidad de apoyar a la gente en sus estudios o en cualquier otro tipo de necesidades. parking.

Beatriz

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Beatriz:

Ojalá y encuentres a esos novatos que buscas, pero si no quieres tener problemas, asegúrate de que tengan más de dieciocho años de edad, de que no sean malandrines y de que ya no usen pañal. 

Duque:

Estoy organizando una fiesta de disfraces, y voy a mandar a hacer invitaciones en las que se especifique que el disfraz es riguroso para poder entrar. Ya renté un salón, que en realidad es un restaurante, en el boulevard Belisario Domínguez, y quiero que mi costurera de toda la vida me haga un traje de “Cleopatra”, todo descubierto, con un brasier dorado, panty y sandalias del mismo tono. Lo que que no sé es si ponerme medias o cómo maquillarme.

Angie

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Angie:

Las fiestas de disfraces en las que los invitados invierten dinero en sus atuendos suelen ser muy divertidas. De todas maneras, te recomiendo que consigas unos antifaces, máscaras, gorros, sombreros y capas o túnicas de utilería para los necios que insistan en ir sin disfraz, así no se sentirán tan mal ni te echarán a perder el numerito, porque es obvio que si son tus amigos, aunque no lleven traje de algo, no les puedes negar la entrada. Por lo que hace a tu disfraz de Cleopatra, puedo aclararte que sólo las criadas usan medias con sandalias y que, si tienes feas piernas o te sobran pelos, mejor te pongas una falda cerrada, pues tampoco es el caso de que exhibas tus miserias en tu propia fiesta. Para orientarte respecto al maquillaje y a los accesorios, sería prudente que consiguieras la película “Cleopatra” que filmó Elizabeth Taylor en los años sesenta. Te servirá de mucha inspiración, aunque no creo que te parezcas mucho a la siempre recordada actriz inglesa de los ojos color violeta. 

Duque:

El sábado pasado tuvimos una reunión de familia en un rancho que está cerca de Coita, y yo fui con mi esposa. Llegamos y la fiesta estaba a todo dar. Empezamos a saludar a la familia como siempre y ¿qué crees? ahí estaba alguien que jamás imaginé. Bueno deja te cuento: antes yo cantaba en un bar de Tuxtla, y en una ocasión en el público había una muchacha muy joven y guapa que no me quitaba los ojos de encima. Entonces empecé a echarle miraditas pícaras y disimuladamente me tocaba la entrepierna, ya ves que en ese tipo de ambientes hay chance de todo. Cuando terminé de actuar me bajé del escenario y me fui directamente hacia ella, una chava muy guapa, de ojos medio rasgados, chiapanecos pues, y una carita muy finita, y dije “de aquí soy”, me puse a platicar con ella, tomamos algunas copas, y ya en el momento preciso de aventármele para ir a otro lado, donde no nos molestaran, le pregunté su apellido, y cuál fue mi sorpresa que tenía el mismo apellido de mi esposa. Entonces le pregunté que dónde había nacido, y resultó que era del mismo lugar de mi esposa. Puso cara de susto cuando le dije el nombre de mi mujer y que se apellidaba igual que ella. Entonces me dijo que mi esposa era su tía y me pidió de favor que no le contara a ella, que si yo quería nos podíamos besar pero que no fuera yo a regarla. Le dije que sí, que no se preocupara y no sólo nos besamos, sino que terminé metiéndole ya sabes qué. No la volví a ver hasta ese día en el rancho y se me enchinó el cuero al verla de nuevo ¿qué opinas mi querido duque?

Milton

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Milton:

Me parece que a tu sobrina política le falta un poco de glamour.