HOSPITAL DEL ALMA 030823

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Me gustan mucho los hombres maduros, casados y cohibidos. Es increíble que existan señores que se las dan de muy machos, pero solo se acuestan con sus esposas. Yo soy experta en abrir mentalidades, me gusta seducir a los viejos.

Nora

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Nora:

Admiro tus cualidades, pero las zorras como tú abundan. 

Querido Duque de Santo Ton:

A una mi tía le dolía mucho el estómago, y mi abuelita le dijo que fuera al seguro para que la revisara un doctor. Ella fue sola porque no había quien la acompañara, y ya nunca regresó. A los pocos días se comunicaron del hospital para decir que mi tía había muerto de oclusión intestinal y que fuéramos a recoger el cadáver para llevarlo a un horno crematorio. A todos nos tomó por sorpresa pues mi tía sí padecía de estreñimiento, pero no como para morir en un consultorio sin padecimientos previos. Me gustaría levantar un acta ante en el Ministerio Público, pero me dijeron que no procede porque nos entregaron un certificado de defunción debidamente legalizado.

Verónica

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Verónica:

Mejor ni te quiebres la cabeza porque la muerte es irreversible, y sea lo que sea de lo que haya muerto tu tía, ya no podrá revivir.                   

Querido Duque:

Aunque tengo casi 70 años yo no me siento vieja, soy partidaria de la eterna juventud, lo mismo que mi esposo. A los dos nos gusta vestir como cuando éramos jóvenes, ir de campamento o beber copas en un antro, además de fumar mota a cada rato ¿estamos mal?

Larissa

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Larissa:

El tiempo pasa y nada ni nadie lo puede detener. Aunque te sientas joven, ya no lo eres. Por lo que me cuentas, tanto tu marido como tú son un par de desadaptados, que se colgaron de una época que fue muy bella y alegre pero que, date cuenta, ya pasó. No seas patética, madura y compórtate como la ruca que realmente eres. No avergüences a tu gente, no estás en edad. 

Duque:

Ya van varias personas que me han dicho que no hay nadie en todo Chiapas, que interprete los sueños recurrentes como tú. Ahora te escribo porque fíjate que yo casi todas las noches sueño que me pongo un vestido nupcial precioso, con encaje y unos moñitos divinos en el escote, además, en el sueño también llevo un velo de tul bordado con pedrería que me cubre el rostro. Me encanta soñarme así, pero, inexplicablemente, despierto toda angustiada y a veces hasta tengo que tomarme una pastilla para poder calmarme, levantarme e irme a trabajar ¿eso que significa o qué?

Eloísa

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Eloísa:

Debes tener cuidado, porque soñarse con un vestido de novia puesto, significa que tu final se acerca. Es como si el final de la soltería equivaliera al final de la vida. Espero que no estés enferma pero no estaría de más que te revisara un médico, pues hay males que llegan sin avisar, y eso de que tengas que tomar un calmante para poder funcionar significa que eres una drogadicta empedernida. 

Duque de Santo Ton:

Por trabajo me tuve que venir a vivir a Ocosingo y ya no lo soporto, es un lugar muy feo, las casas están a medio construir, no hay nada qué hacer ni muchachos guapos. Hay muchas zonas habitacionales sin servicios como en la que yo vivo ¿a qué santo puedo rezarle para que me saque de Ocosingo?

Ana Laura

Ocosingo 

Querida Ana Laura:

Al santo que debes rezarle es a San Jacinto de Polonia, el patrono del pueblo, pero no le pidas que te saque de Ocosingo sino agradécele que tienes trabajo porque, en estos tiempos, no cualquiera. 

Querido Duque:

Mi novio insiste e insiste en que yo le haga el sexo oral pero ya le dije que no siga con sus cochinadas porque eso, además de ser una porquería, me va hacer mandarlo a chingar a su madre, porque yo soy una señorita decente.

Mara

Chiapa de Corzo 

Querida Mara:

En el sexo no hay nada peor que hacer lo que a uno no le gusta o le repugna, así que te doy la razón, pero aprende a expresarte como la mujer decente y bien portada que eres. 

Querido Duque:

En Cancún conocí a un alto funcionario de Aeroméxico, que me ofreció que me fuera a la Ciudad de México y que él me conseguiría trabajo de sobrecargo, como se dice. Él es casado, por lo que no hablamos de matrimonio ni nada, pero es obvio que vamos a tener sexo, como lo tuvimos en Cancún. Me dijo que trabajar como sobrecargo me va a quitar lo provinciana y que me va a permitir viajar por todo el mundo. No sé qué hacer porque no me imagino viviendo fuera de Tuxtla ni, mucho menos, subiéndome diario a un avión. Aunque sí me gustaría conocer el mundo.

Carintia

Tapachula 

Querida Carintia:

No creo que sea una decisión muy acertada irte a México, porque, además de que ese hombre quiere tener sexo contigo hasta por las orejas, de todos es sabido que en las pernoctas y en los concursos para ascender de puesto lo primero que debes abrir son las piernas. Por otro lado, no todo es glamour, si alguien vomita en el avión, tú deberás limpiar todo lo que se ensucie, además de proporcionar todo tipo de primeros auxilios a quien los necesite, sin contar con las desveladas, pues hay vuelos que despegan a la cinco o seis de la mañana. Por si fuera poco, el peligro de que el avión se venga a pique siempre está latente. Mejor quédate en Tapachula y deja de soñar. 

Duque de Santo Ton:

Yo soy de Veracruz y me dedico a cantar en centros nocturnos, a fichar y a brindar servicios sexuales a desconocidos. Me gano la vida pero resulta que si quiero trabajar en Tuxtla tengo que ubicarme en la Zona Galáctica, y a mí eso no me gusta, yo estoy acostumbrada a trabajar en lugares de categoría ¿qué puedo hacer?

Doris

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Doris:

Regresarte a Veracruz. 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy un hombre soltero, tengo 60 años de edad, no tengo mujer ni hijos y siempre he vivido con mi mamá. Aunque extrañas, las cosas marchaban bien en mi vida, hasta que mi madrecita cumplió los 85 años de edad. A partir de ese momento, empecé a sentir que ella, el eje de mi vida, se acercaba naturalmente a la muerte y entré en pánico. Me aterraba salir a la calle o despertar cada mañana, y encontrarla sin vida. Entonces empecé a cuidarla de manera obsesiva, al grado tal, que me despidieron de mi trabajo y tuve que ajustarme a los ingresos que puedo generar desde mi casa, los cuales no son muchos, por lo que mi situación económica se volvió precaria, muy precaria. Y, sin embargo, el miedo no se me quita y todo el tiempo vivo con miedo, pensando que muy pronto perderé a mi mamá ¿Qué puedo hacer?

Eduardo

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Eduardo:

No podemos luchar contra lo inevitable y de nada sirve estar todo el día pensando en el momento en que ocurrirá. Piensa que cada día que vivimos es un regalo de Dios y que puedes seguir disfrutando de muchos más, sin tener que manchar esa dicha con pensamientos relacionados con algo que a todos nos ocurrirá tarde o temprano. Trata de fomentar tu autonomía y autoestima, ya que también tú algún día te enfrentarás a la vejez y a la muerte. A veces nos enfocamos tanto en cosas que aún no han sucedido y que no sabemos si sucederán, que nos olvidamos de las circunstancias reales. Que un ser querido muera es algo que tú no puedes controlar ni hacer nada. Lo que sí que puedes controlar es la relación que tienes con los demás y cómo es la vida que llevas. Trata de solucionar los problemas actuales en lugar de pensar en los hipotéticos, y es obvio que cuando pierdas a tu madre, la pasarás mal, como todo el mundo, pero no será tu fin. Necesitarás un tiempo para digerir el golpe y elaborar el duelo, pero lo superarás y aprenderás a vivir con la pérdida. Recuerda que tu madre todavía está viva y puedes disfrutar de su compañía y que, si ella muere antes que tú, lo afrontarás.