HOSPITAL DEL ALMA 010823

Por El Duque de Santo Ton

(Consultas gratis: santapiedragmail.com) 

Querido Duque de Santo Ton:

Yo tenía unos vecinos que eran unos pobres diablos, que siempre me pedían prestado dinero, y a los que no les importaba mostrar su miseria, pero de un día para otro se metieron en no sé qué negocios, que empezaron a ganar muchos dólares y euros.

Su vida cambió muchísimo, se compraron una mansión gigantesca, la mandaron a amueblar con decoradores profesionales y también se compraron autos de lujo y contrataron mucha servidumbre. Tanto la mujer como el tipo tenían personas dedicadas exclusivamente a atenderlos, y guardaespaldas aposentados en la puerta de su casa. Organizaban fiestas espectaculares y nunca dejaron de invitarnos, a pesar de que nosotros todavía vivimos y seguramente viviremos el resto de nuestras vidas en el mismo vecindario en el que nos conocimos. Obviamente aceptamos todas las invitaciones, aunque en el fondo pensamos que solamente nos requieren para humillarnos porque ahora ellos son ricos y nosotros no.

Heriberto

Tuxtla Gutiérrez 

Queridon Heriberto:

Se nota que la frustración y la envidia te impiden ser feliz. Si esa gente pudo ascender en la escala socioeconómica debería darte gusto y no pensar que con su riqueza te ofende, al contrario, agradece que no te desprecien, lo cual sería lógico si intuyen que su éxito te lastima y hasta te humilla, no la amueles. 

Querido Duque:

Siempre he usado el cabello largo y suelto, me lo cuido mucho, lo cepillo y me lo despuntan cada quince días, por lo que me llega hasta la cintura. A mi novio le fascina, pero mi mamá dice que parezco criada, lo cual me ofende mucho, me hace rabiar y hasta le he llegado a contestar el insulto.

Noemí

Tapachula 

Querida Noemí:

Parecer criada no es ningún insulto, simplemente es un estilo. Si tú sientes que te favorece, no caigas en provocaciones y luce tu look al cien por ciento. 

Duque de Santo Ton:

Tengo 20 años, soy el hijo mayor de mis papás y mi vida era de lo más normal y tranquila, hasta que conocí al dueño de un restaurant que se obsesionó conmigo. Sin conocerme me mandó una botella de whisky a mi mesa y, sin saber lo que ello significaba, acepté, a pesar de ir con una amiga a la que había invitado. Ella me dijo que le parecía formidable que alguien nos invitara las copas, pero antes de terminarnos la segunda, un mesero me dijo que aquel hombre quería tomar un trago en nuestra mesa. Obviamente aceptamos, y apenas se sentó empezó a tratar de seducirme, aunque fuera acompañado. Y yo me dejé pues estábamos bebiendo gratis y sabía en qué momento debía ponerle el alto. Más bien creía que sabía, porque hubo un momento en que me dejé llevar y terminé en la cama con él. Es un hombre de sesenta años, me lleva cuarenta, él es gay y yo no, pero me gusta su manera de hacerme el amor. Estoy muy confundido, Duque.

Richard

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Richard:

A pesar de que a los 20 años de edad nadie es ya un niño, sí que estás confundido. Relájate y piensa en que si te gusta lo forma en que ese tipo te hace el amor, entonces tú también eres gay, lo cual no debe horrorizarte ni debes negarlo, mejor disfrútalo, porque ser homosexual en una sociedad machista como la nuestra es un placer muy caro que poca gente se puede dar.

Duque de Santo Ton:

Dime cómo le puedo hacer para decir a mis hijos que no es cierta la historia de que a los bebés los trae una cigüeña, sin que se sientan desilusionados. El niño tiene doce años y la niña trece y creo que ya es hora de que sepan la verdad.

Olivia

Tuxtla Gutiérrez 

 Querida Olivia:

A tus hijos mejor deberías enseñarlos a usar condones que platicarles sobre la verdadera identidad de la cigüeña portabebés, que de seguro conocen de tiempo atrás. Olivia, nena, los años cincuenta pasaron hace sesenta casi setenta.  

Señor Duque:

No me gusta que en su columna critique a la gente, sólo porque usted se siente un ser superior, con derecho a juzgar a los demás ¿no se ha visto en un espejo?

Elías

Tuxtla Gutiérrez

Querido Elías:

A diario me veo en el espejo y cada vez me gusta más lo que se refleja ante mis ojos. Quizás sea ése el motivo de mi afición a criticar a los demás. 

Duque de Santo Ton:

Voy a ir a una fiesta de la oficina de mi marido, pero la verdad es que tanto sus compañeros de trabajo como sus esposas son tan ordinarios, que para mí va a ser un verdadero sacrificio sentarme con ellos a comer cosas feas y echar trago corriente.

Yolanda

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Yolanda:

Convivir con el peladaje puede traerte muchos beneficios, sobre todo si tu esposo es un pelagatos que no puede alternar con los de arriba. 

Duque:

No lo vas a poder creer, pero a mi esposa sólo le queda un pariente vivo y es su mamá. No tiene tíos ni primos ni sobrinos ni nada. Su única familia es mi suegra, a la que yo, por desgracia, no tolero, pero no me queda más que aguantarla porque tiene mucho dinero y se me hace que cuando fallezca nos sacará de pobres.

Leo

Tuxtla Gutiérrez

Querido Leo:

No puedes fincar tu futuro en, la expectativa de que fallezca otra persona, eso es de muy mal gusto, además de que trae mala suerte. Con relación a tu afecto por esa señora, está bien que no la quieras, pero debes respetarla por ser la madre de tu mujer. 

Querido Duque:

Aunque acabo de cumplir los 40 y ya soy abuela, estoy muy bien conservada y aparento mucho menos edad de la que tengo. Mi esposo y yo nos amamos y sabemos que vamos a permanecer unidos hasta que la muerte nos se separe, pero la llama que hacía brillar el fuego de la pasión se apagó hace mucho tiempo, lo que no significa que hayamos dejado de tener apetito sexual, simplemente es que ya nos aburrimos de nuestros respectivos cuerpos, y cada uno de los dos busca la satisfacción fuera del hogar. Yo sé que a él le gustan las mujeres jóvenes, casi niñas, de la edad de mis hijas, y a mí me sucede lo mismo: un hombre no me interesa, para nada, si ya ronda los 30 años. A mí me gustan los hombres tiernitos, como de 18 ó 19, inexpertos pero muy calientes. Yo soy maestra en el arte de apagar incendios y domar al más garañón de los potros. Te juro que candidatos a la cama no me faltan, pero me he vuelto tan caprichosa, que ando en busca de chicos desconocidos, para tener romances fugaces, siempre y cuando me gusten, aunque no estén guapos, pero que me gusten, sean limpios y muy potentes. Yo garantizo que no habrá problemas de ninguna especie, pero exijo discreción, no por mi esposo, sino por el “qué dirán”. Estoy en posibilidad de apoyar a la gente en sus estudios o en cualquier otro tipo de necesidades. Me gustan mucho los meseros, los bar tenders y los ballets parkings.

Bety

Tuxtla Gutiérrez 

 Querida Bety:

Ojalá y encuentres a esos novatos que buscas, pero si no quieres tener problemas, asegúrate de que tengan más de dieciocho años y de que ya no usen pañal. 

Querido Duque de Santo Ton:

A mí me gusta mucho la comida chiapaneca, pero odio la grasa, el maíz y el picante. Mi mujer lo sabe y me cocina cosas como cochito adobado sin chile, sin rábano y sin cebolla, y me lo como con tortillas de harina de trigo. Me parece que debería haber una especialidad gastronómica que se dedicara a hacer digeribles los antojitos de Chiapas.

Chilo

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Chilo:

La cocina chiapaneca es tan milenaria y compleja como nuestra raza, así que no puedes hacer que se adapte a tu paladar y a tu estómago en lugar de adaptarte tú a ella. Si no te gustan el maíz ni la grasa ni el picante entonces tampoco puedes decir que te gusta la cocina de Chiapas.