HOSPITAL DEL ALMA 271118

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

¿Por qué dicen que más pierde el pobre cuando enriquece, que el rico cuando empobrece?

 

Iván

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Iván:

Quienes dicen eso son los ricos venidos a menos. 

Duque de Santo Ton:

Estoy feliz de que termine este sexenio, en el que un grupo de sinvergüenzas se robaron todo el dinero del pueblo. Lo peor de todo es que a esas personas no les importó dejar morir de hambre a sus semejantes y exhiben su riqueza como si en realidad la hubieran ganado honradamente.

Felicia

San Cristóbal 

Querida Felicia:

Por desgracia somos un pueblo de ignorantes gobernado por ignorantes. Entre ignorantes el trato es así. 

Duque de Santo Ton:

El domingo fui a una conocida tienda departamental de Tuxtla Gutiérrez, y cuando me iba a dirigir a los vestidores para probarme un pantalón, un grupo de cuatro o cinco sujetos me detuvieron y me acusaron de querer robar mercancía. Yo lo negué y a pesar de ello me llevaron a un cuarto que está por los almacenes, en donde primero me registraron sobre la ropa, y al no encontrar nada, me ordenaron que me quedara en ropa interior. Tampoco hallaron nada y entonces me obligaron a quitarme la camiseta, los calzoncillos y los calcetines, y después me hicieron hacer sentadillas y toser para ver si no llevaba escondido algo en mis cavidades. Uno de ellos gritaba que me metieran el dedo, y yo tuve miedo de que lo hicieran, pero uno de ellos, al parecer el jefe, dijo que ya me dejaran en paz, que yo no estaba robando nada. Sumamente molesto, me vestí enfrente de ellos y me acompañaron hasta la salida. El jefe me pidió una disculpa pero yo no respondí y al verme salir, mi esposa me preguntó que qué me había sucedido. Le dije que nada, que todo había sido una confusión, pero yo me siento humillado, ofendido, herido en mi amor propio. Un compañero de oficina me sugirió que me quejara ante el Consejo Estatal de los Derechos Humanos, pero yo creo que no tiene caso.

Hernán

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Hernán:

Yo también creo que no tiene caso, tal vez te vuelven a encuerar y para qué quieres a dar función otra vez. 

Duque:

Desde que tenía 5 años soy adicto a comer papel sanitario. No sé qué es lo que me sucede; un día, cuando tenía esa edad, me pregunté a qué sabría ese papel que siempre usaba cuando iba al baño. La curiosidad me ganó y decidí probar un trozo de papel. Desde entonces no he parado de comer papel de baño. Estoy sumamente preocupado, porque no sé si esta adicción pueda tener consecuencias negativas en mi salud. Llevo 30 años con esta adicción y he intentado de todo para poder parar con ella, pero se me hace imposible. Ya no sé que más hacer, esta adicción ha afectado mis relaciones con otras personas. Mi familia no me habla porque creen que estoy loco y cuando mi novia descubrió lo que hacía se comenzó a comportar de manera extraña y se alejó de mí. Lo he perdido todo solo por comer papel del baño.

Rigoberto

Comitán 

Querido Rigoberto:

Después de 35 años, comer papel de baño no te hará mayor mal que el que pudiera haberte hecho hasta ahora. El problema es que esa fea costumbre te afecta socialmente, lo cual no te deja más que dos alternativas:  o te asumes como un come papel y logras que los demás te acepten como eres, o te sigues escondiendo para que nadie note tus cochinadas. Las dos cosas tienen un costo elevado. 

Duque:

Hace poco fui al nombramiento del “cronista oficial” de un pueblo, y el pobre hombre no sabe ni hablar, ya no digas escribir. Estuve a punto de corregirlo en varias ocasiones pero preferí callar para no ponerlo en ridículo. Sin embargo, creo que mientras seamos apáticos, nuestro pueblo seguirá sumergido en la ignorancia.

Lourdes

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lourdes:

Ni las correcciones ni la apatía tienen que ver con la ignorancia de un pueblo sometido, saqueado, ninguneado. 

Querido Duque de Santo Ton:

Un domingo en la noche mi padre nos despertó a mí y mi hermano, diciéndonos que había encontrado unos mensajes en el celular de mi mamá unos mensajes de un hombre x, en los que le decía que era muy guapa y que se la quería coger. La manera en que nos despertó fue muy abrupta, y mi madre se levantó molesta. Empezaron a discutir y, la verdad, yo no le dí importancia pues así es la costumbre desde que recuerdo: siempre discusiones. Al día siguiente mi mamá salió todo el día, regresó hasta la noche y nos dijo que se había ido con sus amigas para despejar su mente. Mi padre también regresó de su trabajo y molesto me preguntó que si mi mamá había estado en la casa y yo le contesté que no, que se había ido con sus amigas. Salió molesto de mi cuarto y se fue al suyo, mi mamá se acababa de bañar y se estaba poniendo sus cremas de noche, cuando empecé a oírla gritar con desesperación. Mi hermano y yo fuimos corriendo al cuarto y vimos a mi madre tirada en la cama llorando y a mi padre con un palo en sus manos pegándole a mi mamá. Mi mente se nubló, recuerdo que le di un golpe en la cabeza a mi papá y le quite el palo, mientras le decía que no se atreviera a seguirla golpeando. Él se fue de la casa y yo me puse a llorar, me sentí como un niño desprotegido. También me sentí culpable porque prácticamente yo fui el que acusó a mi mamá y por eso mi papá le pegó. A veces creo que yo tuve la culpa de que se divorciaran.

Alejandro

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Alejandro:

Se me hace que cuando estaba embarazada de ti, tu mamá no comió suficiente ácido fólico y saliste medio menso. Tú eres víctima y te sientes culpable. 

Duque de Santo Ton:

Mi hermana y mi cuñado se estaban divorciando, cuando a mi cuñado le vino un golpe de suerte y se volvió millonario. Remodeló su casa de Terán, le compró una camioneta VMW a mi hermana, un MG a mi sobrino y él se compró un Ferrari. A mí se me hace muy cursi tener carros europeos de lujo cuando se vive en Terán.

Alicia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Alicia:

Más que cursi, es una soberana idiotez.  

Duque:

¿Por qué las aguas de Cancún tienen ese color tan bonito?

Mauricio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Mauricio:

Al saber.