HOSPITAL DEL ALMA 200623

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

Mi esposa quiere que le compre una casa con alberca que me ofrecen a muy buen precio, pero yo no quiero comprarla porque uno de mis hermanos murió ahogado cuando era niño y yo no quiero que eso le vaya a pasar a alguno de mis hijos.

Rubén

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Rubén:

Tienes toda la razón. Una casa con alberca es una responsabilidad muy grande para quienes tienen niños, además de que el mantenimiento es carísimo y a mí, por más que me han querido convencer de lo contrario, me parecen antihigiénicas, pues cualquiera puede orinarse en ellas sin que los demás se den cuenta. Si quieres mi consejo, no compres esa casa, no compres problemas y ni se te ocurra escriturar tus inmuebles a nombre de tu esposa si no quieres arrepentirte. 

Duque:

Tengo 17 años y quiero que me operen para reducir el tamaño de mis senos pues los tengo muy grandes y eso me hace ver bien gorda y te juro que no estoy tan gorda. Ya fui a ver a un doctor y me hizo un presupuesto, pero mi papá no me quiere pagar la operación ni firmar el permiso porque dice que debemos aceptarnos tal como somos, y no andar buscando problemas. Te juro que yo sí podría mejorar muchísimo ¿qué hago?

Sara

San Cristóbal 

Querida Sara:

Ya no te falta mucho para ser mayor de edad y creo que mientras tanto no puedes tomar decisiones tan drásticas como la de someterte a una cirugía invasiva, aunque sea de carácter estético. Es cierto que un pecho muy grande puede dar apariencia de obesidad pero ¿por qué no tratas de reducirlo mediante ejercicio? Ya tendrás la edad y el dinero suficientes para hacerte arreglos mediante el bisturí. 

Duque de Santo Ton:

Hace mucho tiempo, cuando yo era niña, mis padres tuvieron un accidente de carretera en el que fallecieron mi mamá y mi hermanito menor. Mi papá tuvo que criarnos a los siete que todavía vivimos y mi hermana y yo, que somos las mayores, nos hemos hecho cargo de los más pequeños, que han sido como nuestros hijos. El caso es que te escribo porque ahora que somos adultas, mi hermana ha empezado a comportarse de una manera muy extraña. Ha empezado a usar toda la ropa que era de mi mamá, inclusive sus bolsas, sus zapatos, sus lentes oscuros y hasta sus joyas de bisutería. La verdad es que parece sacada de una película de los años setenta y ha llegado al grado de que ya hasta los trajes de baile que eran de mi mamá los usa para ir a las fiestas. Sólo le falta peinarse como Farah Fawcett ¿Qué podríamos hacer?

Alejandra

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Alejandra:

Primero cómprenle a tu hermana una secadora de cabello para que pueda estilizar su peinado como en la época del accidente y después llévenla a un psiquiatra. Seguramente tiene algún trauma no resuelto, relacionado con la muerte violenta de tu madre. 

Duque:

Estoy escandalizada porque acabo de regresar de Holanda, y no me lo vas a creer, pero ahí las parejas de homosexuales y lesbianas se exhiben ante toda la población, dándose muestras de cariño en frente de los niños y de las señoras, sin el menor respeto y sin que la policía intervenga. Por si fuera poco, en sus famosas “cofee shops”, los holandeses venden bolsitas de marihuana para llevar o para fumar ahí. Qué país más puerco, por Dios Santo.

Lourdes

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lourdes:

Mi reina, cada lugar tiene sus propios usos y costumbres. Yo también he estado en Holanda y he visto a las parejas homosexuales besarse de lengüita en público o agarrarse las manos y otras cosas más que, por pudor, no he de repetir, pero no por eso me voy a dar un balazo ni me voy a persignar ante algo que de todas maneras existe y de lo que los niños algún día se darán cuenta. Por lo que respecta al uso indiscriminado de las llamadas “drogas blandas”, como la mota, también es algo usual en Holanda, pero te puedo asegurar que con todo y eso, proporcionalmente, el consumo es mucho mayor aquí en México, en donde están estrictamente prohibidas. 

Querido Duque:

Me gusta tanto mi novio, que quisiera tener relaciones sexuales con él. Me armé de de valor y se lo propuse con mucha sutileza para que no me fuera a malinterpretar y a tomar como una chica caliente, pero él me salió con que quiere hacer las cosas bien y que no puede traicionar la confianza que mis papás depositaron en él. Dice que prefiere esperar hasta que estemos casados, pero a mí me dan tantas ganas de hacerlo que no creo poder esperar hasta la noche de bodas.

Brenda

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Brenda:

A veces los hombres fingen sentimientos que no tienen con tal de tapar aspectos oscuros de su vida y que prefieren guardar en un clóset de su mente; y para aparentar ante la sociedad que son normales, utilizan a personas inocentes que se dejan llevar por las circunstancias, y que se quedan esperando la erupción de un volcán, hablando en el terreno sexual, que nunca estallará. Para que no te suceda lo mismo, te sugiero que estés muy pendiente de lo que ocurre en la entrepierna de tu novio cuando tengan besos lúbricos o acercamientos supuestamente excitantes, y si notas que nada crece debajo de sus pantalones, es mejor que te vayas buscando otra pareja, chulita, porque no me gustaría que tu pretendiente terminara convertido en tu mejor amiga, por tener los mismos gustos que tú. 

Querido Duque de Santo Ton:

Tengo dos hijos varones y una nena, que es la más chiquita. Te escribo porque no sé qué hacer. Resulta que mi hijo mayor, que tiene nueve años, me salió rarito, tú sabes lo que quiero decir. Mis hermanas y mi esposa dicen que se va a componer con la edad pero yo sé que eso no es cierto. El niño es muy amanerado, su color preferido es el rosa, le gusta jugar con muñecas, no le interesa el futbol pero se queda toda la tarde encerrado con las criadas viendo telenovelas. Lo inscribí a él y a su hermanito a clases de karate para ver si se hacía machito, y era su hermano menor el que lo tenía que defender para que no le pegaran los demás. Tanto mi esposa como yo ya nos cansamos de regañarlo, de golpearlo, de patearlo, de decirle que los maricones además de que ofenden a Dios y se van al infierno, en la tierra nadie los quiere, y ni así entiende el chamaco. En la escuela se burlan de él y yo por eso prefiero abstenerme de ir a festivales o actividades que involucren a padres de familia, porque me muero de la vergüenza.

Ernesto

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Ernesto:

En tu mensaje descubro mucha confusión, decepción, frustración y dolor. Es terrible que tu esposa y tú mismo segreguen y reprendan bestialmente a tu hijo por su forma de ser, pues además de que tiene que soportar el maltrato social, encima recibe el de ustedes que más bien deberían brindarle su apoyo. Un perro no dejará de ladrar ni un gato de maullar por más golpizas que le pongan, y creo que sea cual sea el problema de tu hijo, merece que te pongas de su parte y no en contra de él como todo el mundo lo hace. Tu propio hijo menor te está dando una lección de solidaridad al defender a su hermano en lugar de sentir vergüenza y ponerse en su contra. Es cierto que en una sociedad como la nuestra ser homosexual es un problema, pero me parece que como padre te corresponde enfrentar el conflicto dando apoyo al niño y no convertirte en un enemigo más.