HOSPITAL DEL ALMA 080623

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Aunque soy casado y tengo tres hijos universitarios, desde hace tiempo acepté que también me siento atraído por otros hombres y de hecho suelo tener aventuras nocturnas para satisfacer esos instintos.

Mi esposa y mis hijos saben de mis gustos y mis correrías y se hacen los desentendidos con tal de que les siga dando dinero y el único límite que me ponen es que sea discreto. En realidad, yo no tendría problema, si no fuera porque llevo casi un año relacionándome sexualmente con un muchacho de 18 años que bien podría ser mi nieto porque yo tengo 60. Obviamente, el joven se acuesta conmigo porque además de darle dinero le compro ropa y regalos costosos, pues estoy muy entusiasmado con él, quien además de corresponderme con sexo me trata con ternura y finge que está encariñado conmigo, lo cual me complace, pero yo sé que es imposible. Hace poco me dijo que, si le pagaba la universidad, se dedicaría solamente a estudiar y a complacerme en todo lo que yo quiera. La idea no me desagrada, al contrario, me parece maravillosa, pero estoy seguro de que no funcionaría pues los jóvenes no saben lo que quieren y estoy seguro de que terminaría por mandarme al diablo ¿verdad?

Manlio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Manlio:

En la vida hay edades para todo y la de tener un amante fijo para ti ya pasó. Es obvio que ese muchacho solamente se vende cuando te satisface en lo sexual y en lo afectivo, pero no debes creerte el cuento que tú mismo inventaste. Me parece bien que aceptes tu realidad y trates de adaptarte a ella, pero esos amores fogosos no pueden traerte nada bueno. Mejor dedícate a disfrutar del sexo sin compromisos sexuales o afectivos pues a tu edad es patético. 

Querido Duque:

Mis hijas se llamas María Josefa y María Antonieta, como sus bisabuelas, que eran dos damas de abolengo, pero el vulgar y corriente de mi esposo las bautizó con los apelativos de Chepy y Tony, los cuales a mí me parecen nombres de criada. Sin embargo, todo el mundo las llama así, y a mí me critica toda la familia porque a Josefa le digo Josefa, y a Antonieta le digo Antonieta.

Maura

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Maura:

A mí tampoco me gustan los nombres de Chepy y Tony, pero debo decirte que María Josefa y María Antonieta tampoco me parecen bonitos, son demasiado largos y pasados de moda. Por cierto “Maura” se me hace nombre de cabaretera. 

Duque de Santo Ton:

Estaba feliz porque mi jefe de la oficina me invitó a cenar a su casa y me pidió que llevara a mi esposa conmigo, porque sería una reunión de matrimonios. Yo me sentí muy contento porque sentí que estaba ascendiendo en la escala social, pero me llevé un golpe mortal cuando descubrí al licenciado haciéndole el amor a mi señora en uno de los camastros que están junto a la alberca de su casa. Preferí hacer como que no me daba cuenta y me fui por otro lado, hasta que volvió mi esposa oliendo a la loción que usa mi jefe. No le dije ni una palabra hasta estar en la casa, le conté lo que había visto y ella me respondió que mejor no reclamara, que si yo tenía el puesto que todavía tengo es gracias a que ella tiene un romance con mi jefe, y que si nos habían invitado a esa casa, también se debía gracias a ella. No volví a tratar el tema con nadie y tampoco he enfrentado a mi jefe ¿qué me aconsejas?

Rubén

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Rubén:

Me parece que si no quieres perder tu posición socio-económica, perder a tu esposa o tener que soportar sus frustraciones, mejor no hagas nada más que cuidarte profilácticamente al momento de tener sexo con tu señora que, obviamente, no es monógama. Si el jefe te sigue considerando gracias a los favores que ella le hace, aprovéchate de ello hasta que estés lo suficientemente consolidado para mandarla a volar y conseguirte otra más joven. 

Duque de Santo Ton:

Aunque mi papá era francés, después de cogerse a mi mamá se regresó a su país y nunca más quiso volver a saber nada de mí. Crecí como hijo de madre soltera, por lo que mi abuela siempre me dijo que era un bastardo, pero no me importó, ya que mido casi 1.90, soy blanco, tengo ojos azules y cabello claro. Me considero un hombre atractivo, pero no sabía cómo sacarle provecho a ese don, hasta que estudié unos cursos de auxiliar de enfermería, y empezaron a contratarme para acompañar a mujeres maduras que se quedan solas por las noches. No fue idea mía, pero desde que tuve mi primera clienta tuve sexo con ella a cambio de un dinero extra, y ella empezó a recomendarme con amigas suyas que están en circunstancias similares. Son señoras de la alta sociedad, que duermen solas y que necesitan compañía y, si me compran la caricia, pues también se las vendo ¿por qué no? A través de mis clientas me han llegado propuestas para dar servicio a señores, pero yo me he negado porque no soy homosexual, es decir, que no me gustan los hombres. Mi clientela es de confianza y trato de no darme mucho a conocer, porque me parece que cualquier escándalo me traería serios problemas.

Adrián

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Adrián:

Tienes una forma muy original de ejercer la prostitución, pero creo que debes abandonar ese oficio, pues las ancianas, aunque algunas de ellas son bien calientes, se consideran seres vulnerables y en caso de alguna indiscreción o de que te cachen en la maroma, hasta a la cárcel podrías ir a dar, por abuso o algo similar. Aunque seas tan guapo como dices, cobrar por sexo es algo muy difícil y arriesgado, y más del setenta por ciento de quienes lo hacen, tienen clientela gay. Así que mejor no te acostumbres a ganar de más, y aprende a poner sueros e inyecciones para hacer las cosas como deben de ser. 

Duque de Santo Ton:

Mi abuela me heredó una casa que tenía en San Cristóbal, y especificó que la propiedad, con sus llenos, se me entregará en las condiciones en las que estaba. Al enterarse, un tío propuso poner a subasta todas las obras de arte que decoran el inmueble, pero mi abogado le hizo notar que esos cuadros y esculturas también me pertenecen, por lo que no dejamos que nadie volviera a poner un pie en la finca. Unos empleados me vinieron con el chisme de que varios familiares se están confabulando para mandarme matar, y que ya consiguieron a un fulano que les cobrará diez mil pesos por hacerlo. Lo malo es que yo no tengo pruebas de nada. No sé qué hacer.

Minerva

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Minerva:

Reúne la mayor parte de testigos que tengas de que corres peligro, y pon al tanto de ello a las autoridades de la Fiscalía del Estado, además de hacer el mayor ruido posible al respecto para que no te agarren con los calzones abajo, pero ten cuidado para no incurrir en calumnia ni en difamación, pues se te puede voltear el chirrión por el palito.