HOSPITAL DEL ALMA 18/06/2015

 

Por El Duque de Santo Ton

([email protected])

 

Duque:

Un colega tuyo cumplió años antier y se casa mañana ¿podrías felicitarlo en tu columna? Te juro que diario te lee. Se llama Aurelio Gómez de Parada.

Víctor

Tuxtla Gutiérrez

 

 

Querido Víctor:

No acostumbro hacer este tipo de concesiones porque se me hace muy vulgar eso de enviar felicitaciones a petición expresa, pero ¿cómo no hacerlo si el joven además de cumplir años y casarse, me lee diario? Si es verdad lo que dices, no tengo más que agregar, vayan mis congratulaciones para tan distinguido caballero, por su cumpleaños, su boda y, sobre todo, por su buen gusto.

 

Querido Duque:

Yo no sé quien le dijo a mi suegra que soy su criada. Apenas me ve entrar a su casa y me pide que la ayude en la cocina, trata de enseñarme como remendar la ropa, como tejer chambritas y el otro día la vieja loca tuvo el descaro de pedirme que lavara unos platos sucios. Esas cosas no las hacía ni cuando era soltera ni las hago en mi casa, porque para eso yo sí tengo muchachas ¿cómo le hago para mandarla al diablo?

Maruca

San Cristóbal

 

Querida Maruca:

Así de fácil: mándala a freír espárragos, aunque se enoje tu marido. Si él no hace que su familia respete tu forma de ser, entonces tú debes darte tu lugar.

 

Respetable Duque:

La intención de este correo no es para que sea publicado sino que, para saber si usted podría ayudarme a cumplir una fantasía sexual. Leo con atención su Hospital del Alma y me resulta verdaderamente divertido, emocionante, cultural y místico. Me encanta la manera con la que escribe, describe y contesta las situaciones planteadas. Bien, la verdad es que mi fantasía es sexual. Hoy en un viejo periódico leí un correo que le mandó una "transexual", como ella-él se describe, y me parece que sería fascinante establecer una relación ocasional con ella-él. No sé si sería mucho pedirle la dirección de correo de ella-él ¿Sí? por favor y la verdad es en serio lo que le digo y me gustaría por lo menos su respuesta de manera discreta. Por lo que le pido no publique este mensaje. Gracias San Duque de Santo Ton. Cure mi alma a través de este deseo, gracias nuevamente.

Megan

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Megan:

Por desgracia no estoy facultado para proporcionar los remitentes ni las direcciones electrónicas de mis lectores, a menos que me lo pidan. Sin embargo, si todavía conservo los datos de la persona que mencionas, voy a preguntarle a “Ella-Él” y si está de acuerdo te haré llegar el dato que me solicitas.

 

Querido Duque:

El otro día llegó una señora a mi casa y me empezó a decir que la Santísima Trinidad, la Virginidad de María y la existencia de los santos son puros cuentos que nos alejan de la verdadera fe. Yo me enojé muchísimo y le pedí que saliera inmediatamente de mi casa y que si lo que quería era blasfemar fuera hacerlo a casa de su herética madre.

Leonardo

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Leonardo:

La que está alejada de la verdadera fe es esa fulana, qué bueno que la corriste de tu casa. “A berridos de cochi, oídos de matancero”, como diría mi tía Amparito.

 

Duque de Santo Ton:

Aunque apenas cumplí cuarenta años, me la paso haciendo dietas, ejercicios y terapias, además de que tengo los maquillajes más caros que te puedas imaginar, cada día estoy más gorda y me veo más vieja. Odio verme al espejo, dime qué puedo hacer.

Tita

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Tita:

Lo primero que se me ocurre es que te hagas una cirugía plástica. No se te quitará lo cuarentona pero es casi seguro que te levante el ánimo. Si no tienes dinero para la operación, entonces quita los espejos que tengas colgados en tu casa.

 

Señor Duque:

Soy una muchacha a la que le gustan los hombres por puro vicio, por golfa. Cada vez que un señor se me queda mirando me siento húmeda y me come eso que tú ya sabes. No me importa ni la edad ni el sexo ni la raza ni la religión, lo que yo busco es un señor con erección ¿puedes publicar la dirección de mi correo electrónico?

María Tony

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida María Tony:

No quiero que este hospital se convierta en un escaparate para contactos libertinos. Sin embargo me cayó bien tu desfachatez y por eso publico tu mensaje pero no tu correo porque no estoy de ánimo para servirle de alcachofa a nadie.

 

 

Duque:

Cuando conocí a mi esposa, ella era una alta ejecutiva de la empresa en la que trabajábamos los dos. De hecho, ella ganaba más que yo, pero renunció a su empleo para dedicarse a mí y a nuestro hogar. Después de varios años nuestros hijos ya crecieron y ella tiene deseos de volver a trabajar. Me preguntó si yo le daría permiso de hacerlo, pero lo estoy pensando.

Miguel Ángel

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Miguel Ángel:

No hay nada que pensar: no dejes que tu mujer trabaje fuera de tu casa si no quieres que tu vida se convierta en un caos y antes de tres meses te pongan los cuernos. Las mujeres “ejecutivas” no se conforman con un solo hombre y su ambición por el dinero es inagotable, además de que te perderá el respeto como jefe y proveedor del hogar. Dile que sus obligaciones de ama de casa están por encima de cualquiera de sus vanidosas pretensiones. Te advierto que si logra subir a un nivel más alto que el tuyo te tratará como a un pelagatos y, te repito, te será infiel.

 

Querido Duque:

El director de la oficina en la que trabajo, me ofreció el puesto de mi jefe directo, quien además de haberme recomendado, confía plenamente en mí. El director dice que si acepto el cargo, para la próxima quincena va a liquidar a mi jefe y me dará el nombramiento a mí. El sueldo es casi el doble y me siento halagado, porque el ofrecimiento significa que el director considera que yo soy mejor que mi jefe, quien fue mi maestro en la universidad, pero no me atrevo a aceptar porque siento que sería como traicionar a quien me tendió la mano cuando más lo necesitaba.

Armando

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Armando:

En la burocracia no existen ni la amistad ni la lealtad ni el agradecimiento. Tienes que aprender a ser rastrero y traidor si quieres arribar a alguna parte, pues de lo contrario terminarás siendo un pelagatos igual a tu jefe inmediato. Debes aceptar ese puesto de inmediato y fingir que a partir de ahora serás incondicional de tu nuevo jefe, salvo mejor oportunidad. De tu ex profesor universitario mejor olvida que alguna vez lo conociste, ya que sólo fue un escalón en tu carrera profesional.

 

Querido Duque:

He notado que por más que disfruto el sexo con mi esposa, a ella no logro motivarla, pues ni siquiera se mueve, simplemente abre las piernas y espera a que yo termine, pero no demuestra ningún interés erótico en mí. Yo nunca le he sido infiel y espero que ella tampoco me pinte los cuernos, creo que me volvería loco si algo así sucediera.

Mario Ernesto

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Mario Ernesto:

Lamento decirte que esa mujer debe estar acostándose con otro o con otros desde hace tiempo, lo cual se pone de evidencia ante su falta de interés en tu persona. En pocas palabras, ya le aburriste. Te sugiero que no vuelvas a hacerle el amor sin condón, para que no te encasqueten hijos ajenos o alguna penosa enfermedad.

 

Querido Duque:

Mi novio acaba de proponerme matrimonio, pero yo, la verdad, apenas tengo veintiséis años y no quiero tener hijos todavía ni atarme a una casa ni a una familia. Mi novio dice que si no acepto, mejor vamos a terminar nuestra relación porque él ya necesita establecerse y sentar cabeza, pero yo todavía quiero divertirme un poco más. Los tiempos ya no son los de antes.

Violeta

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Violeta:

A los veintiséis años ya no eres una niña mi amor. Estás a punto de que se te vaya el último tren y si no aprovechas este barco, lo más posible es que te pases el resto de tu vida “divirtiéndote”, pues los hombres solamente te buscarán para eso, para divertirse. Serás la soltera incómoda de todas partes y hasta tus amigas, tus primas  y tus hermanas te mantendrán a una prudente distancia de sus maridos. Por si fuera poco, nadie pagará tus gastos, al contrario, tú vas a terminar manteniendo al hombre con el que compartas la cama. Además, por si no lo sabes, las mujeres que se embarazan a una edad tardía corren el riesgo de dar a luz hijos con problemas morfológicos y de comportamiento.

 

Duque de Santo Ton:

Me muero de ganas de hacer el amor con mi secretaria, pero ella se hace la que no rompe un plato. Me han dicho que a ella le encantan los hombres y la he sorprendido mirándome de una forma, cómo decirte, como con deseo, con ganas de todo. Sin embargo, cuando trato de romper el hielo, ella se pone muy seria y finge que entre nosotros debe existir una relación estrictamente laboral ¿cómo saber si realmente quiere algo conmigo?

Luis Carlos

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Luis Carlos:

La cosa es fácil: invítala a cenar a algún lugar privado y si acepta, ya ni preguntes nada, después de una o dos botellas de vino, empieza por acariciarle las piernas y terminarás ensartado en ella. Si no acepta, despídela, enciende una veladora roja a San Juditas Tadeo y consíguete otra asistente.

 

Duque:

El otro día uno de los amigos de mi papá me fue a buscar a la universidad. Cuando lo vi me asusté mucho porque creía que algo le había pasado a mi papacito, pero no, el muy cínico del amigo de mi papá me dijo que había ido a buscarme porque le gusto mucho y porque quería invitarme a comer unos camarones al restaurante Rocamar. Yo le dije que no acostumbraba a salir con señores mayores y que se lo iba a contar a su esposa. Él se fue sin decir nada, pero yo no sé qué hacer porque mi papá es muy violento y sé que se va a enojar.

Lilia

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Lilia:

Platícale lo que sucedió a la esposa del viejo y a tu padre. Ellos sabrán qué hacer y hasta dónde llegar.

 

Estimado Duque de Santo Ton:

Ésta es la segunda ocasión que te escribo para ver si hay alguna damita soltera, divorciada o madre soltera, que desee tener una relación seria y formal conmigo, ya que la primera vez que te escribí, nadie me correspondió. A ver si en esta ocasión tengo más suerte. Yo soy alto, pelo negro, ojos negros, piel morena clara; soy muy romántico, cariñoso, detallista

y profesionista.

Juan Carlos

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Juan Carlos:

 

Estoy seguro de que con tantas cualidades encontrarás a la damita de tus sueños, pero hay que ser paciente.