Asilo y tradición de la diplomacia mexicana; el país construye una importante historia

Durante el siglo XX, el país afianzó un importante liderazgo en las relaciones internacionales de América Latina, al ser clave en acuerdos y tratados para la estabilidad de la región

Agencia Excélsior

Durante el convulso siglo XX, México construyó una importante historia en cuanto a diplomacia se refiere. Sus posturas y doctrinas han sido ejemplo a nivel internacional y cuenta con un liderazgo que le permitió, en muchos casos, ser mediador para resolver conflictos internacionales.

Uno de los grandes hitos para las relaciones internacionales de la política mexicana surgió en las postrimerías de la Revolución, cuando Venustiano Carranza postuló que la base de la interacción entre Estados era el respeto a la soberanía de las naciones, asumiendo que todos los países son iguales ante el derecho internacional.

Asimismo, el expresidente mexicano aseguró que la diplomacia no debía utilizarse para satisfacer fines personales de los gobernantes y no ejercer presión sobre los países débiles, lo que evitaría muchas guerras.

A estos principios se le conocieron como la Doctrina Carranza, que ha marcado el devenir de las relaciones internacionales del Estado mexicano. Ésta se acompañó después de la doctrina impulsada por el entonces canciller Genaro Estrada, surgida en 1930 bajo las bases de la libre autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de otros países como elementos rectores de la diplomacia nacional.

Así, México transitó por momentos clave en la historia de América Latina; gracias a su neutralidad en cuando a las interacciones entre Estados, impulsó, por ejemplo, el Tratado de Tlatelolco (firmado en 1967 y en vigor desde 1969), para la no proliferación de armas nucleares en América Latina.

Otro de los momentos clave en los que el gobierno de México tomó el liderazgo regional sucedió cuando, en 1983 y junto con Colombia, Venezuela y Panamá, se formó el Grupo Contadora para buscar la pacificación de los conflictos en Centroamérica.

México fortaleció su presencia en la región con esta iniciativa debido a la enorme ausencia de EU en las negociaciones; de hecho, Contadora fue el inicio de bloques regionales sin la presencia de la potencia norteamericana, podría decirse que es un precedente para lo que hoy es la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Toda esta historia de liderazgo diplomático ha sido trascendente en últimos días debido a la ruptura de relaciones de México y Ecuador, luego de que el país sudamericano allanara la embajada nacional en Quito para detener al expresidente Jorge Glas. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador denunció ante la Corte Internacional de Justicia que la policía enviada por la administración de Daniel Noboa abusó de la fuerza y, previamente, las milicias ecuatorianas interfirieron los teléfonos de la legación.

México sólo había roto relaciones diplomáticas con unos cuántos países: con la Unión Soviética de Repúblicas Socialistas, en 1930; con la España de Francisco Franco en 1939; con el gobierno chileno de Augusto Pinochet, en 1974, y con la Nicaragua de Anastasio Somoza, en 1979. Salvo el caso de la URSS, que fue un conflicto con la embajada en México, el resto de países sufrían dictaduras que, en su momento, los mandatarios mexicanos deslegitimaron; de ahí lo delicado de la situación para Ecuador.

México ofreció asilo político a Jorge Glas, algo que para el país no es nada nuevo; al territorio han llegado exiliados personajes tan diversos como Remedios Varo, pintora que escapó del facismo europeo y llegó a México en 1941, hasta el Sha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, que arribó en 1979 a la nación tras ser derrocado por la Revolución Islámica.  

César Augusto Sandino (1920), León Trotsky (1937), Luis Buñuel (1945) y más recientemente Evo Morales (2019) han sido otros de los personajes que buscaron refugio en México.

En entrevista para Excélsior, Adrián García Castillo, profesor de Política Exterior de México de la UNAM, afirmó que una de las características importantes de la diplomacia nacional es que el país no se enfocó “sólo en intereses propios, sino de la región, incluso contrarios al intervencionismo de EU y Europa; esta posición fue abrazada por América Latina y eso benefició a nuestro país”.

Asimismo, García Castillo señaló que esta cohesión vista a nivel regional en el siglo XX ha sido afectada por “la fragmentación ideológica que se está viviendo en el siglo XXI; las diferencias entre los gobiernos han ido en detrimento de las relaciones diplomáticas en Latinoamérica y lo que sucedió con la embajada mexicana en Ecuador es la materialización de estas rupturas políticas”.

DESTACADA A NIVEL GLOBAL

En 1982, el mexicano Alfonso García Robles fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su labor en el fomento de la paz y la no proliferación de armas nucleares en América Latina.

En 1937, el entonces presidente Lázaro Cárdenas nombró representante ante la Liga de las Naciones a Isidro Fabela, quen debió enfrentar un escenario complejo de la época: el intento de invasión de Italia a  Etiopía en 1935, el cual seguía arrastrando consecuencias, la injerencia fascista en España a partir de 1936 y la amenaza de una nueva guerra mundial.

El caso de León Trotsky fue paradigmático debido a que, pese a recibir asilo en México, Vladimir Lenin logró que fuera asesinado en 1942.