Anaïs Abreu D’Argence se inspira en el dolor

La poeta y editora exhibe 20 fotografías intervenidas y publica un libro arte-objeto inspirados en la separación amorosa

Agencia Excélsior

“Hacer libros es como construir pequeños mundos”, afirma la artista visual Anaïs Abreu D’Argence (1982), quien encuadernó su primer libro hace más de 20 años. “Y un autorretrato es como quitarse la máscara y darse un disparo. Morir frente a la cámara una y otra y otra vez. Las veces que sea necesario”.

Ahora, la también poeta y editora trabaja a partir de ambos conceptos y explora el poder del libro arte-objeto y de la fotografía intervenida para presentar su segunda exposición individual, Tus abejas picaron mis ojos, que se inauguró ayer en la librería U-tópicas, de Coyoacán, acompañada de un videoperformance y un performance en vivo.

“En el momento en el que tuve en las manos mi primer libro terminado (un ejemplar único que encuaderné con mi cabello, en lugar de hilo), me di cuenta que tenía un gran poder, que había adquirido una gran herramienta.

“Ser una artesana del libro significa honrar a las palabras, a la literatura, al arte, al objeto libro, a la belleza... y, por qué no, honrar a mi padre, que siempre fue un amante de los libros”,
comenta en entrevista con Excélsior.

“Elegir cada material, cada papel, la tipografía, la forma... Es como tener el privilegio de elegir cómo queremos que se vea ese mundo. Creo que todos los seres humanos que nos dedicamos a hacer libros somos, lo sepamos o no, personas con muchísima fe”, agrega.

La fundadora y directora del sello artesanal La Dïéresis confiesa que la serie de 20 fotografías digitales intervenidas que expone fue confeccionada con diversas técnicas, que van desde el collage hasta el fotobordado.

“Surge a partir de mi ruptura de pareja. Después de 15 años de estar juntos, mi exmarido me pide el divorcio en un correo electrónico. Apenas lo leí recordé la pieza Cuídese mucho, de Sophie Calle, que consiste en la reinterpretación de una carta de despedida de un amante realizada por varios personajes: una cantante, una periodista, un payaso, una traductora.

“Ante el ahogo profundo, ante la inmensidad de la herida que se abrió, sólo pude crear. Estas fotografías fueron tomadas por mi celular en modo autodisparador, mientras realizaba una serie de performance para la cámara. Es decir, quise explorar todo lo que mi cuerpo estaba sintiendo y, cuando llegaba al lugar preciso, apretaba el botón y ‘disparaba’”, explica.

La traductora agrega que le gusta usar la palabra “disparar” precisamente para este proyecto. “Creo que cada foto es una muerte. Algo de mí se fue con esa persona. Nunca seré la misma. Los disparos los elegí yo, aunque el arma era suya.

“El acto de crear cada libro también es en sí un acto performático: una escena que se repite 15 veces (son 15 libros por el momento). Estoy cosiendo esta historia que, a su vez, en cada página de cada libro sigue muriendo. No se matan 15 años de un solo golpe. He estado ‘agonizando’ en estos actos creativos y procesando. Tus abejas picaron mis ojos es mi duelo”, añade.

En cuanto a las técnicas usadas, Anaïs Abreu señala que le gusta alterar las imágenes. “Las imprimo y empiezo a jugar con ellas hasta que me gusta el resultado. No hago el collage de manera digital, sino ‘artesanal’. Necesito tocar las piezas, como si fuera un acto psicomágico, como jugar a la ouija. Mis dedos mueven las fotografías o los pedazos de
fotografías hasta que todo encaja.

“En cuanto al fotobordado, creo que en este proyecto la búsqueda es herir el papel, porque las palabras duelen o dolieron. Al mismo tiempo que es la herida, también es su propia reparación: la costura”, indica.

Tras este proceso creativo, la artista dice que ahora se siente “triste, contenta, furiosa, entusiasmada, rabiosa, feliz... Paso de una emoción a otra y las dejo fluir libremente. No puedo vivir esto de otra manera.

“Hay seres humanos que no se permiten ciclar, se atoran permanentemente en algún sentimiento. Yo no, yo los paso todos. Tengo amor, gratitud, enojo, dolor... y muchas ganas de vivir mi vida. Más ganas que nunca”, concluye.

Adelanta que desea convertir a La Dïéresis en una editorial de libro de arte feminista. “Publicar a mujeres o proyectos creados por mujeres y hacer tirajes más reducidos, pero piezas más complejas. Quiero seguir jugando con la forma del libro y hacer más objetos”.