HOSPITAL DEL ALMA 051223

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

No entiendo por qué en la temporada navideña me pongo a veces triste y a veces siento mucho temor al futuro. La verdad es que ni infancia no fue la de una princesa, pero no viví experiencias traumáticas que me hicieran aborrecer las fiestas de fin de año.

Samanta

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Samanta:

A muchas personas les sucede lo mismo que a ti. Hay quienes afirman que se debe a que en esta temporada la tierra se aleja mucho del sol y otros afirman que el exceso de publicidad y de desear cosas que otros tienen y no puedes costear es lo que te provoca ese malestar. Trata de ser positiva y piensa que después del invierno siempre llega la primavera. 

Querido Duque de Santo Ton:

Una de mis amigas me vendió unas mascarillas para el cutis buenísimas que le mandan de Nueva York, y yo compré varias para mí y para mis hijas. Estuve tentada en comprar otras para repartirlas entre mis hermanas, pero son tan corrientes las pobres que no saben apreciar las cosas finas. Además, ya muchas veces he recibido la lección de que “entre mejor las tratas, peor se comportan”.

Amelia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Amelia:

Tus juicios son muy superficiales y no debes olvidar que tus hermanas llevan la misma sangre que tú. Es decir, son tu gente y por eso mismo debes ayudar a que se superen, aunque claro, de nada serviría que les regalaras cosas que se tienen que usar siempre y ellas no tienen dinero para pagarlas. Sería como echar dinero bueno al malo. 

Querido Duque:

Mis hijas se llaman María Josefa y María Antonieta, como sus bisabuelas, que eran dos damas de abolengo, pero el vulgar y corriente de mi esposo las bautizó con los apelativos de Chepy y Tony, los cuales a mí me parecen nombres de criada. Sin embargo, todo el mundo las llama así, y a mí me critica toda la familia porque a Josefa le digo Josefa, y a Antonieta le digo Antonieta.

Maura

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Maura:

A mí tampoco me gustan los nombres Chepy ni Tony, pero debo decirte que Josefa y Antonieta tampoco me parecen bonitos, son demasiado largos y pasados de moda. Por cierto “Maura” se me hace nombre de cabaretera. 

Duque de Santo Ton:

Mi jefe de la oficina me invitó a cenar a su casa y me pidió que llevara a mi esposa conmigo, porque sería una reunión de matrimonios. Yo me sentí muy contento porque sentí que estaba ascendiendo en la escala social, pero me llevé un golpe mortal cuando descubrí al licenciado haciéndole el amor a mi señora en uno de los camastros que están junto a la alberca de su casa. Preferí hacer como que no me daba cuenta y me fui por otro lado, hasta que volvió mi esposa oliendo a la loción que usa mi jefe. No le dije ni una palabra hasta estar en la casa, le conté lo que había visto y ella me respondió que mejor no reclamara, que si yo tenía el puesto que todavía tengo es gracias a que ella tiene un romance con mi jefe, y que si nos habían invitado a esa casa, también se debía gracias a ella. No volví a tratar el tema con nadie ni he podido confrontar a mi jefe como confronté a mi esposa ¿qué me aconsejas?

Rubén

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Rubén:

Me parece que si no quieres perder tu posición socio-económica, perder a tu esposa o tener que soportar sus frustraciones, mejor no hagas nada más que cuidarte profilácticamente al momento de tener sexo con tu señora que, obviamente, no es monógama. Si el jefe te sigue considerando gracias a los favores que ella le hace, aprovéchate de ello hasta que estés lo suficientemente consolidado para mandarla a volar y conseguirte otra más joven. 

Duque de Santo Ton:

Aunque mi papá era francés, después de cogerse a mi mamá se regresó a su país y nunca más quiso volver a saber nada de mí. Crecí como hijo de madre soltera, por lo que mi abuela siempre me dijo que era un bastardo, pero no me importó ya que mido casi 1.90, soy blanco, tengo ojos azules y cabello claro. Me considero un hombre atractivo, pero no sabía cómo sacarle provecho a ese don, hasta que estudié unos cursos de auxiliar de enfermería, y empezaron a contratarme para acompañar a mujeres maduras que se quedan solas por las noches. No fue idea mía, pero desde que tuve mi primera clienta tuve sexo con ella a cambio de un dinero extra, y ella empezó a recomendarme con amigas suyas que están en circunstancias similares. Son señoras de la alta sociedad, que duermen solas y que necesitan compañía y, si me compran la caricia, pues también se las vendo ¿por qué no? A través de mis clientas me han llegado propuestas para dar servicio a señores, pero yo me he negado porque no soy homosexual, es decir, que no me gustan los hombres. Mi clientela es de confianza y trato de no darme mucho a conocer, porque me parece que cualquier escándalo me traería serios problemas.

Adrián

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Adrián:

Tienes una forma muy original de ejercer la prostitución, pero creo que debes abandonar ese oficio, pues las ancianas, aunque algunas de ellas sean bien calientes, se consideran seres vulnerables y en caso de alguna indiscreción o de que te cachen en la maroma, hasta a la cárcel podrías ir a dar, por abuso o algo similar. Aunque seas tan guapo como dices, cobrar por sexo es algo muy difícil y arriesgado, y más del setenta por ciento de quienes lo hacen tienen clientela gay. Así que mejor no te acostumbres a ganar de más, y aprende a poner sueros e inyecciones para hacer las cosas como deben de ser. 

Duque de Santo Ton:

Desde que cumplí cincuenta años, empecé a notar que empezaba a morir mucha gente de mi edad, como mis ex compañeros de escuela, mis primos, mis amigos y artistas. Yo sé que la muerte es parte de la vida, pero no entiendo por qué la gente empieza a morir al mismo tiempo que los de su edad.

Marcia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marcia:

Las personas enferman y mueren porque su condición física es precaria. Tú ten confianza en que a ti no va a pasarte nada y en que, en caso de enfermarte, será algo pasajero. Por lo general las defunciones llegan cuando menos se les espera ¿entonces para qué preocuparse desde antes? 

Duque de Santo Ton:

Mi abuela me heredó una casa que tenía en San Cristóbal, y especificó que la propiedad, con sus llenos, se me entregará en las condiciones en las que estaba. Al enterarse, un tío propuso poner a subasta todas las obras de arte que decoran el inmueble, pero mi abogado le hizo notar que esos cuadros y esculturas también me pertenecen, por lo que no dejamos que nadie volviera a poner un pie en la finca. Unos empleados me vinieron con el chisme de que varios familiares se están confabulando para mandarme matar, y que ya consiguieron a un fulano que les cobrará diez mil pesos por hacerlo. Lo malo es que yo no tengo pruebas de nada. No sé qué hacer.

Minerva

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Minerva:

Reúne la mayor cantidad de testigos que tengas de que corres peligro, y pon al tanto de ello a las autoridades de la Fiscalía del Estado, además de hacer el mayor ruido posible al respecto para que no te agarren con los calzones abajo, pero ten cuidado para no incurrir en calumnia ni en difamación, pues se te puede voltear el chirrión por el palito.