HOSPITAL DEL ALMA 141123

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Yo no sé por qué a mí todo me sale mal. Siempre tomo las peores decisiones y aunque me considero más inteligente que el resto de mis hermanos y de mis primos, soy el más amolado de todos. A veces quisiera darme un tiro ya que me parece que ésa es la única forma de terminar con esta maldición.

Kiko

San Cristóbal 

Querido Kiko:

Las personas que alcanzan la fama y los éxitos económicos no son siempre los más inteligentes, así que no te creas víctima de maldición alguna. En lugar de lamentarte y de pensar en tonterías, dale gracias a Dios por la vida que te tocó vivir y si no te gusta, trata de verle el lado bueno, encontrarás que tiene muchos.

Duque:

Mi mamá se siente muy progresista, y ahora que cumplí 18 años me quiere llevar a un ginecólogo para que me revise y me explique métodos anticonceptivos por si se me ocurre volverme sexualmente activa antes de casarme. Lo que ella no sabe es que yo suelo tener relaciones sexuales con mi novio desde que cumplí los 14 años ¿cómo la desengaño?

Leslie

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Leslie:

Simplemente dile la verdad. 

Hola Duque:

¿Me puedes recomendar algo para tener sexo? Siempre estoy ardiendo, pero nadie me pela y a mí me da vergüenza abordar a los hombres.

Elizabeth

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Elizabeth:

Si lo que deseas es tener sexo realmente intenso, consigue las famosas veladoras rojas de San Judas Tadeo. Con tres que le enciendas al santito verás que luego, luego, tendrás los calzones en los tobillos.

Querido Duque de Santo Ton:

Voy en preparatoria, y en mi salón hay un muchacho tan feo que le dicen el zopilote, por negro y por las plumas que se echa. Al principio yo no le hablaba, pero había algo en él que empezó a llamarme la atención hasta que me volví su mejor amiga y después nos besamos y dejé que me tocara, perdí mi virginidad con él. Ahora tenemos sexo a cada rato y hasta hacemos cosas que antes me hubieran parecido repugnantes como el sexo oral. No me lo vas a creer, pero la otra noche en una reunión, el Zopilote empezó a manosearme los senos frente a todos los invitados y cuando le reclamé, el muy cínico preguntó a sus amigos que si no querían echarse un “palito” conmigo. Yo me puse a llorar y ya me iba a ir de ahí, pero me convencieron de que me quedara. Obviamente terminé teniendo relaciones sexuales con el Zopilote porque no sólo me encanta, sino que estoy enamorada de él. Entiendo que él no es un muchacho que me conviene y que mis padres jamás lo verán con buenos ojos, pero ¿cómo dejar de amarlo?

Kimberly

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Kimberly:

Muñeca, lo primero que tienes que entender es que para que exista una relación de enamoramiento debe existir amor en las dos personas. Si tú estás enamorada del Zopilote, pero él no lo está de ti, sólo conseguirás engancharte en una espiral neurótica que te hará caer más bajo de lo que ya caíste. Corta de tajo con el Zopilote y búscate algo mejorcito. 

Querido Duque de Santo Ton:

Quisiera preguntarte cuándo inauguran el Tren Maya y si va a pasar por Chiapa de Corzo.

Socorrito

Chiapa de Corzo

Querida Socorrito:

No tengo idea de cuándo lo inauguran ni, mucho menos, si pasará por Chiapa de Corzo. 

Duque:

Conocí a un muchacho que me estuvo acosando para que fuera yo su novia, y cuando por fin acepté, no hacía otra cosa que rogarme que tuviéramos sexo. Yo no quería porque él al principio no me gustaba, pero después de que tuvimos nuestro primer coito, caí rendida ante él, nadie me había hecho sentir lo que él me hace sentir y por eso ya estoy enamorada, no lo cambiaría por nadie, me he acoplado a ciertas prácticas bizarras que tiene en la cama y me dejo hacer de todo o le hago lo que me pida. No me importa haber perdido la dignidad ni el respeto a mí misma, lo único que me interesa es tener sexo con él. Lo malo es que desde que se dio cuenta, el que se hace del rogar es él. No me contesta ni el celular ni los mensajes de texto y estoy segura de que tiene montones de mujeres que aguardan para meterse en su cama porque, en serio, es un verdadero león. Yo pensaba que por ser una muchacha decente me iba a respetar, pero nada, es un perfecto libertino.

María Teresa

San Cristóbal

Querida María Teresa:

Ese hombre ya tuvo lo que quería de ti y ya no sabe cómo desecharte. Yo te sugiero que no te ilusiones porque él jamás volverá a tratarte como antes. Espero que la experiencia te haya servido de lección y que para la próxima vez no solamente pienses como una mujer decente sino te comportes como tal. Nadie se va a querer casar contigo si, así como así, les entregas ese tesorito que llevas entre las piernas y te comportas como una mujerzuela, mi reina santa. 

Querido Duque:

La otra noche soñé que llegaba a una marisquería que está en el Libramiento Sur y que me servían una copa llena de coctel de ostiones y que cuando me la terminaba, me traían otra y otra ¿qué significará ese sueño?

Micaela

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Micaela:

Soñarse comiendo ostiones quiere decir que se está perdiendo el sentido de la moral y que te inclinas a la liviandad y a las malas mañas. Tu inconsciente te hace notar que tu falta de escrúpulos te está impulsando a buscar amores ilícitos.

Duque de Santo Ton:

Hace unos días teníamos mucho trabajo en la oficina, y mi jefe nos propuso a algunos compañeros y a mí que siguiéramos haciéndolo en su casa, pues nos urgía entregar un reporte para el día siguiente. Él es soltero, pero vive en una gran casa porque se va a casar muy pronto, aunque la novia vive todavía con sus padres. Entonces, mandó a comprar pizzas y refrescos con su chofer y nos pusimos a trabajar todos en la mesa del comedor. En eso me dieron ganas de ir al baño y pregunté al licenciado, o sea a nuestro jefe, que dónde estaba, y me dijo que me fuera por un pasillo hasta una puerta de madera. Yo no sé qué me pasó, pero al llegar, en lugar de abrir la puerta del baño, abrí la de la recámara del licenciado, en cuya cama estaba acostado un joven muy guapo, como de 18 o 19 años, sin más ropa que unos diminutos calzoncillos estampados en leopardo, que con una mano usaba el control de la televisión y con la otra se rascaba ya te imaginarás qué. Se sorprendió al verme lo mismo que yo a él, le pedí disculpas y cerré la puerta por fuera. Después de ir al baño regresé a la mesa de trabajo muerto de vergüenza con mi jefe, quien no sé si se enteró, pero que de todas maneras no dijo nada. Yo tampoco iba a decir nada, pero al día siguiente no pude más y conté lo que había visto a todos los de la oficina, pues no se me hace justo que la novia del licenciado se vaya a casar con él, si a él le gustan los mayates. No sé si habré hecho bien.

Abraham

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Abraham:

¿Qué derecho tienes tú a juzgar los apetitos del licenciado? Contarle a todo el mundo lo que supones como si fuera algo cierto no sólo es de mal gusto, es una aberración. Tal vez el joven al que viste es algún sobrino del señor, que estaba pernoctando en su casa; y si no traía más que calzoncillos y estaba tendido en su cama, tal vez fue por comodidad, simplemente. A veces las cosas no son lo que parecen. De todas maneras, si tu jefe se entera de que estás divulgando lo que viste, con toda seguridad pronto tendrás que buscar un nuevo empleo, y créeme, está difícil encontrar. 

Duque de Santo Ton:

Mi esposa está obsesionada con nuestro único hijo, y desde que era pequeño contrataba profesores particulares para que lo ayudaran a estudiar y a hacer las tareas para que siempre fuera el primer lugar en la escuela. Como, gracias a Dios, nunca nos ha faltado nada, también compró un piano de cola (fabricado en Alemania) y contrató a diversos profesores para que lo convirtieran en virtuoso de ese instrumento. Ahora el muchacho tiene 15 años y es más refinado que una señorita. Viste de manera impecable, se peina a la última moda y sólo escucha música clásica, lo cual no me parece adecuado, porque yo creo que por eso le cuesta trabajo hacer amigos. Mi hijo lee mucho, sobre todo en inglés y en francés, viaja mucho a la Ciudad de México para conseguir los textos que se recomiendan en Internet. Duque, yo no estoy en contra de tener un hijo culto, pero creo que tanta chocantería me lo ha ido amanerando. Una de las sirvientas nos contó que le gusta esconderse en un rincón de la azotea para tener juegos eróticos con el jardinero, y mi esposa corrió a la criada por mentirosa, aunque yo sé que al niño sí le gusta el “arroz con popote”. Dime cómo puedo remediar esta situación.

Eddie

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Eddie:

No hay nada que remediar, el hecho de que tu hijo sea un muchacho culto no tiene nada que ver con su orientación sexual. Creo que, si tu mujer no se hubiera esmerado tanto en su educación, el niño de todas maneras sería homosexual pero no sabría ni tocar la puerta. Estás en una etapa de negación que tendrás que vencer tarde o temprano ya que, si a tu hijo le gustan los hombres, le seguirán gustando toda su vida, aunque te lo lleves de rodillas a ver al Santo Señor de Tila para pedirle que lo enderece.