HOSPITAL DEL ALMA 290319

 

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

Mi esposa padece de una personalidad paranoide: cree que todos le van a hacer daño, y desde hace bastante tiempo me está acusando que le manejo la cabeza y que lo hago para controlarla.

No sé qué hacer, ya que no quiere ir a ningún médico ni nada. El otro día me enojé y le dije que tenía delirios y episodios psicóticos, entonces se puso muy violenta y me rompió un florero en la cabeza ¿me puedes ayudar, Duque?

Horacio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Horacio:

Te recomiendo que averigües quien puede canalizar a tu señora para que la atiendan en el hospital psiquiátrico “San Agustín”, que no será la gran cosa pero es lo que hay. Por lo menos pueden atiborrarla de medicamentos y confinarla hasta que aprenda a comportarse como gente decente. 

Querido Duque:

Tengo por vecinos a una familia de “nuevos ricos” y vieras lo difícil que es convivir con ellos. Tienen en la puerta de su casa, aposentados, como a 5 ó 6 guardaespaldas, todos muy bien uniformados de guayabera del mismo color, y aunque se ven demasiado ostentosos, como todo lo que acostumbran a hacer los que jamás habían tenido dinero y ahora les sobra, es muy desagradable que no los dejan entrar a la construcción ni para ir al baño. Es muy desagradable verlos comer sobre la banqueta, lavarse los dientes con un pocillo frente a todo el mundo, y se cambian de guayabera y hasta de pantalón detrás de los coches estacionados, sin pensar que ahí mismo, en las casas vecinas, hay familias decentes, con señoras y niños ¿Qué me recomiendas hacer?

Claudia

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Claudia:

Te recomiendo que evites hacer ese tipo de comentarios. De nada sirve que pongas el dedo en lo que todo el mundo puede ver, porque nuevo o viejo, esas personas son las que tienen el dinero, y el dinero manda, aquí y en China. 

Duque de Santo Ton:

El otro día mi comadre me contó que había descubierto en el celular de su esposo, unas fotografías que al parecer él se tomó a sí mismo, en las que aparece vestido de mujer, con lencería, tacones altos y hasta brasier y pantimedias. Son fotos muy provocativas y eróticas, de muy mal gusto, que me reenvió a mi celular para que yo las viera. De la misma manera yo se las compartí a todos mis hermanos para que me dieran su opinión, pues yo a mi compadre lo considero mi hermano, y no me gustaría saber que tiene problemas de homosexualidad.

Marco Antonio

Ocosingo 

Querido Marco Antonio:

Para empezar tu comadre hizo muy mal en revisarle el celular a tu compadre, pues es una agresión a la privacidad que él tiene derecho y su intromisión no se justifica en lo más mínimo. En segundo lugar, ni tú ni ella debieron compartir esas imágenes, que pueden ir a parar a manos verdaderamente inconvenientes. Por si fuera poco, el travestismo no implica homosexualidad, por lo que tanto tu comadre como tú se están aprovechando de la confianza de tu compadre en su entero perjuicio. Si las cosas tomaran una mala dirección, y si tu compadre se enterase que ustedes divulgaron esas fotografías, podrían tener serios problemas legales. 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy un estudiante de preparatoria y me gusta mucho una niña, a la que empecé a visitar por las tardes, después de terminar la tarea. Hace una semana estaba yo en su casa, y ella se veía preciosa, más que de costumbre, con su cabello suelto, recién lavado, recién cortado, fragante. Usaba una blusa color verde jade, pantalones blancos y sandalias, parecía una princesa. Estaba yo embobado con ella, cuando sonó su celular y platicó unos minutos con alguien. Después me preguntó que si me podía quedar con su hermanito mientras iba a casa de su tía, que vivía cerca de ahí y que tenía una urgencia, que no iba a tardar en regresar. Yo acepté y ella fue por el hermano, que resultó ser un retrasado mental, de esos que babean y toda la cosa. Me dijo que me lo encargaba mucho, que nos íbamos a quedar solos en la casa. Después, simplemente, se fue. El hermanito era todo un engendro, apestaba como a desinfectante mezclado con talco para bebé, y no se estaba quieto, empezó a quererme besar pero, por supuesto, yo no me dejé. Se puso a llorar y a manosearme todo el cuerpo y para que no hiciera escándalo yo me dejé hasta que llegó a mi entrepierna y me agarró los genitales. Mi reacción fue la de darle un buen golpe al niño para que se estuviera quieto porque una cosa es que fuese idiota y otra que yo le tolerara sus puterías. Entonces el retrasado empezó a berrear y a mí me daban ganas de ahorcarlo, hasta que logré callarlo encendiendo y apagando mi encendedor, para que le dieran ganas de intentarlo, lo cual, obvio, jamás pudo hacer. Después de media hora regresó mi amiga y me ofreció preparar unos hot dogs para cenar pero le dije que tenía que ir a casa de mi madrina. La dejé con su hermanito idiota y no he vuelto ni volveré a visitarla porque, por mucho que me guste, eso de dejarme al cuidado de un enfermo mental se me hizo muy abusivo de su parte.

Alexis

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Alexis:

Tienes toda la razón, yo tampoco volvería a pretender a esa muchacha ¿imagínate tener un hijo así? 

Duque:

Mi abuela decía que las mariposas negras, esas que salen de noche y cuando llueve, eran los espíritus de nuestros antepasados que nos venían a visitar y las trataba con mucha consideración. Nunca las mataba ni las sacaba a escobazos, pero mi mamá no las tolera, les tiene fobia, en cuanto ve que alguna está parada en la pared o en la cortina va por el insecticida y las baña hasta que caen bien muertas. No entiendo porque mi madre no asimiló la idea de los espíritus visitantes.

Janette

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Janette:

Tal vez sí asimiló la idea y lo que no quiere es que la visiten esos espíritus, que si no se encuentran lejos del mundo de los vivos por algo será. Yo tampoco tolero a esas mariposas, me dan asco.