HOSPITAL DEL ALMA 201118

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque:

Estoy harta de los periodistas que se la pasan hablando mal de los ricos y cobran sueldos millonarios como asesores o comunicadores del gobierno. Critican el modo de vida de la gente decente, pero tienen sus casotas, sus camionetotas, sus viejotas, sus choferes y sus hijos estudian en el Andes o en el Americano ¿por qué no son coherentes con lo que escriben y viven como pobres?

 

Elena

Tuxtla Gutiérrez

Querida Elena:

Porque les encanta el argüende pero no son tan pendejos como parecen.

Duque:

En la tele critican mucho el dispendio que hizo el Gobierno Federal durante el sexenio que está terminando, pero aquí en Tuxtla no vimos ningún dispendio, al contrario, la administración saliente está dejando a la ciudad más madreada que de costumbre.

Nury

Tuxtla Gutiérrez

Querida Nury:

Tal vez el dispendio se hizo en repartos a los que la gente del pueblo no fue convocada y por eso tú, que seguramente eres una muerta de hambre, no viste nada.

Duque de Santo Ton:

Los automovilistas ya no tenemos que esquivar los baches sino buscar pedacitos de pavimento. Las calles de la capital de Chiapas se parecen a las de Bagdad en los tiempos de Bush II.

Rosendo

Tuxtla Gutiérrez

Querido Rosendo:

Me parece que al final de los periodos gubernamentales ya no se autorizan gastos, ni para arreglar las pistas del aeropuerto.

Duque:

Una señora publicó en el Facebook que un Mercedes Benz color blanco atropelló a un chamaquito en la Quinta Norte, pero que no lo mato, nada más lo apendejó ¿cómo es posible que los ricos sean tan irresponsables?

Nora

Tuxtla Gutiérrez

Querida Nora:

Si el coche hubiera centrado bien al niño, lo habría desgraciado sin importar que fuera un Mercedes, un Tsuru o un Jetta. La muerte no distingue de marcas ni de clases sociales.

Querido Duque:

Durante toda mi vida he sabido que mi única tía solterona cosía muy bonito cuando era joven. No habría ningún problema por ello, si no fuera porque ahora que me voy a casar y quiero lucir como reina, compré una revista de trajes de novia en la que sale una muchacha con un vestido de gasa precioso. Mi tía vio la foto y dijo que ella me lo podía hacer igualito, que, de hecho, a ella le quedaban mejores porque le encontró mil y un defectos al traje de la revista. Me entusiasmó tanto, que terminé creyéndole, y gasté todos mis ahorros en comprar una tela finísima y bisutería importada para que mi tía me hiciera mi vestido de novia. No me lo vas a creer Duque, le quedó asqueroso, mal cortado y ni siquiera me viene. Nada tiene que ver con el de la revista, pero ni se lo puedo comentar a mi tía, porque para ella ya se volvió una cuestión de orgullo y se pone furiosa cuando insinúo que el traje es una porquería. Una de mis amigas ricas me dijo que no me preocupe, que ella me puede prestar el vestido español que usó su hermana mayor, que le va muy bien a mi tono de piel y que con un collar y unos pendientes de perlas falsas luciría sensacional. El problema es que mi tía va a sentir que se le romperá el corazón cuando me vea ir a mi boda sin el traje que ella me hizo, no sé qué hacer.

Sofía

Tuxtla Gutiérrez

Querida Sofía:

Lo más importante es que tú luzcas guapísima en tu boda, los sentimientos de tu tía son lo de menos ¿total? eso le pasa por inútil. Si la vieja se siente mal, pues ya ni modo, pero no puedes ir hecha una mamarracha a tu boda.

Duque:

Mi mamá empezó a sentirse muy deprimida, muy ansiosa, muy sacada de onda. Solamente hablaba de la muerte y de la manera tan estúpida en la que desperdició su vida. Después de meses de estar como loca y angustiada, decidió no levantarse más. Me recomendaron un psiquiatra muy bueno aunque carísimo, pero como yo la veía sufrir tanto, decidí hacer un esfuerzo económico y llevarla a consulta. El doctor dijo que eran los últimos efectos de su climaterio, y le recetó unos antidepresivos, unos tranquilizantes y otros fármacos más (también muy caros). El cambio se produjo de inmediato, mi madre volvió a sonreír y la vida le volvió al cuerpo. Aunque me endeudé por la psicoterapia y por la farmacoterapia, no me importó con tal de ver a mi mamacita tranquila, pero a ella le encantó el doctor, le encantó la psicoterapia y le encantaron las pastillas. Empezó a comportarse muy rara, decía que se sentía joven otra vez, comenzó a vestirse de manera ridícula, con minifaldas y brillos. Se maquillaba excesivamente y coqueteaba hasta con los repartidores del gas. Obviamente nadie la pelaba, hasta que la conocieron unos muchachitos que viven por nuestro rumbo, que aprovechaban las ocasiones en que se quedaba solita, y le hacían el amor uno por uno, además de que la maltrataban y le robaban sus cosas. Cuando me di cuenta, decidí cortar la psicoterapia y los fármacos. Entonces mi madre se puso peor que antes y hasta se me convulsionó. Ahora está internada en un hospital psiquiátrico, pero los doctores ya me dijeron que me la voy a tener que regresar a mi casa porque mi mamá no tiene remedio y ellos no pueden sostener enfermos incurables. Me siento en un callejón sin salida.

Macaria

Tuxtla Gutiérrez

Querida Macaria:

Los enfermos mentales que necesitan vivir con farmacoterapia deben ser estrictamente vigilados por un médico y no pueden quedarse solos, pues es peligroso para su integridad física y para la de los demás. Yo te recomiendo que recurras a la seguridad social. Si no estás afiliada a ninguna institución, entonces busca ayuda en el Sector Salud. Con toda seguridad el gobierno federal podrá hacer algo por tu mamá, si es que en Chiapas no existe la posibilidad de mantenerla internada de por vida. Nunca vuelvas a cortarle las drogas por decisión propia y sin la autorización de un doctor, pudiste haberla matado, mujer.

Querido Duque:

Mis papás pertenecen a familias que fueron muy ricas y bien relacionadas, pero que vinieron a menos por culpa de las crisis económicas y de los agraristas. Por eso yo me tuve que casar con un político millonario de lo más indio, que me da vida de reina y yo le doy brillo con mi clase y mi buen tipo. Sin embargo, ya estoy cansada de tener que convivir con él y con los pelados de sus parientes, por lo que pienso mandarlos mucho a la chingada, divorciarme y hacer mi propia vida porque, al fin y al cabo, no pienso tener hijos.

Josefa

San Cristóbal

Querida Josefa:

Me doy cuenta de que eres una gran dama, con sólo leer las palabrotas que utilizas para escribirme. Independientemente de eso, no seas bruta, si te divorcias y no amarras a tu marido con hijos, volverás a ser muy distinguida, pero sin dinero. Es decir, una muerta de hambre más, que se perderá en el anonimato. La vida no retoña y si ahora que tienes los medios para asegurar tu vejez no los aprovechas, después no tendrás ni para estirarte las arrugas ni para estrenar coche ni para vivir como la gente decente. Por muy fina que seas, sin dinero en realidad no eres nadie.