HOSPITAL DEL ALMA 221223

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Soy periodista, me gusta ser reportera, investigar noticias y todas esas cosas.

El caso es que conocí a un político ya maduro, un viejo quiero decir, que me prometió apoyar mi carrera en televisión, y me ilusionó tanto que terminamos teniendo relaciones sexuales casi todos los días, hasta que le pregunté qué cómo me iba a ayudar, y él me contestó que mejor me olvidara de eso porque ya habían contratado a otra. Me dio mucho coraje porque yo jamás me hubiera acostado con él si hubiera sabido que no me iba a impulsar profesionalmente ¿Qué puedo hacer?

Dora

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Dora:

Me parece que lo único que puedes hacer es ya no ser tan pendeja. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi papá falleció a causa del coronavirus, y cuando todavía estaba consciente redactó su testamento ante un notario público con sus respectivos testigos. Yo soy la única hija de su tercer y último matrimonio, por lo que mis medios hermanos son mucho mayores que yo. Por algún motivo que desconozco, pues también ya estaba divorciado de mi mamá, me legó una finca ganadera, altamente productiva, que ha pertenecido a su familia desde hace casi doscientos años, y a la que la Reforma Agraria siempre consideró intocable. Obviamente todos mis parientes están muertos de coraje, y mis hermanas mayores dicen que yo no puedo ser propietaria de algo tan valioso para nuestro apellido, porque, según ellas, soy bastarda, ya que mis padres nunca se casaron por la Iglesia y además se divorciaron. Mi abogado dice que llevo todas las de ganar y que ya existe un larguísimo inventario de todo lo que se me va a entregar. Yo tengo miedo pues la situación genera tanto malestar en tantas personas, que hasta temo por mi vida y pienso repudiar la herencia.

Mercedes

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Mercedes:

Ni de loca se te vaya a ocurrir contradecir la última voluntad de tu padre porque está demostrado, que no acatar el deseo que tuvieron los muertos genera mala suerte y acarrea desgracias. Si tanto miedo tienes a tus parientes, entonces busca alguien que te asesore para encontrar un buen administrador, hay bufetes que se dedican a eso, y tú vete a vivir fuera de Chiapas y, si se puede, fuera de México. Te costará caro, pero evitarás enfrentamientos con parientes resentidos y con secuestradores. Una mujer sola, inexperta y rica no pasa desapercibida. 

Querido Duque:

Mis hermanas son de lo más chocante, y me desprecian porque no soy blanca y güera como ellas. En el fondo siento que les doy vergüenza porque entre ellas se llevan muy bien y tienen los mismos amigos, y a mí ni caso me hacen ni les interesa mi vida ni que yo forme parte de la suya. La verdad, yo pienso que no me quieren.

Luisa

Comitán 

Querida Luisa:

Para valer y ser feliz no necesitas más que el reconocimiento de ti misma. Saber quién eres y estar segura de lo que haces hará que te olvides de tus hermanas, las mecas caen mal.

 

Duque de Santo Ton:

Mi familia gastó muchísimo dinero para que mi madre fuera a una clínica de desintoxicación porque era adicta a tomar pastillas para dormir y a echar trago al mismo tiempo, y regresó muy bien. La verdad es que era otra: hacía ejercicio, iba al súper y hasta jugaba canasta con sus amigas, pero el sábado que regresé del antro, me la encontré más borracha que un parachico en fiesta de San Sebastián. Me dan ganas de reclamar a la clínica porque nos aseguraron que la señora se iba a componer ¿qué hago?

Marcela

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marcela:

Lo único que puedes hacer por tu madre es rezar, pues está claro que ella no soporta la realidad en la que vive si no es drogada. Si quisieras que cambiara tu madre tendrías que modificar la realidad, lo cual es imposible. Ella no puede adaptarse al mundo que la rodea y si tomar substancias aligera su pena, déjala, esas cosas por lo general no se curan. 

Querido Duque:

Voy a dar a luz a una nena dentro de unos días y quiero bautizarla con el nombre de Dominga. A mi madre y a mis hermanas se les hace un nombre divino, pero mi esposo, mi suegra y mis cuñadas dicen que suena a nombre de sirvienta ¿tú qué piensas?

Elena

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Elena:

Estoy de acuerdo con tu suegra. 

Querido Duque de Santo Ton:

Desde hace unos días veo en el espejo que mi cara ha ido transformándose. Tengo la piel más oscura y mis ojos ahora son verdes, además de que la boca empequeñeció y parece un corazoncito ¿tendré alguna enfermedad?

Ana María

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Ana María:

Tiene que valorarte un médico, pero por lo que me escribes, estás pasando por un delirio psicótico (alucinación), que podría disparar un cuadro permanente de esquizofrenia, cuídate mujer. 

Querido Duque:

Cuando tenía cuarenta años conocí a un muchacho que me parecía muy guapo, pero que trabajaba como mesero, por lo que nunca tuve tratos con él. Veinte años después me lo encontré de empleado de un supermercado y me reconoció, pero yo me hice la desentendida porque, aunque tanto él como yo ya somos viejos, me parece que debo ser fiel a la clase social a la que pertenezco ¿no te parece?

Carmen

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Carmen:

Tú no debes serle fiel a nadie más que a ti misma. Estoy seguro de que ese ex mesero tampoco te quería para madre de sus hijos ni para despojarte de tu dinero, lo que quería era coger, chula, algo que, al parecer, tú también anhelas. 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy arquitecto y tengo una hija preciosa de 14 años. Uno de mis socios, también arquitecto, pero mucho más joven que yo, como de 30 años de edad y soltero, conoció a la Nena (así le digo de cariño), y después de mucho pensarlo me pidió permiso para cortejarla. Mi esposa se opuso y hasta se escandalizó, pero yo, con mi criterio de hombre, permití esa relación, a tal grado, que nada más estamos esperando que la niña cumpla los 15 y termine la secundaria para que se case con mi amigo, un apuesto muchacho que, pese a su juventud, tiene la misma envidiable solvencia económica que yo. La más feliz con la idea es mi hija, quien ya está escogiendo vestido, iglesia, salón de fiestas, y todas esas cosas que ilusionan tanto a las mujeres. Los padres de mi futuro yerno pertenecen a una inmejorable familia de la Ciudad de México, y ya vinieron a pedir la mano de la Nena y todos estamos felices porque su futuro prácticamente está asegurado. Después de todo, yo no veo nada de malo en que el novio tenga 15 años más si la va a hacer feliz y le va a garantizar su futuro. Mi esposa sigue molesta porque dice que nuestra hija necesita vivir más experiencias, pero yo no quiero que termine casada con un naco que la llene de hijos y la tenga siempre medio muerta de hambre. A mí me parece que las cosas hay que pensarlas en frío y de acuerdo a lo que más conviene. La Nena ya es una mujercita y está feliz con la idea de ser ama de casa ¿tú qué opinas?

Octavio

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Octavio:

En la actualidad, las niñas de 15 años han vivido tantas experiencias en todos los sentidos, por lo que estoy de acuerdo contigo en que la niña aproveche su belleza y su juventud para hacer un buen matrimonio. Entiendo la desconfianza de tu esposa, pues un profesionista maduro, exitoso y soltero siempre encierra un misterio, pero, en fin, esta vida está llena de riesgos. Después de su primera menstruación, las mujeres están listas para volar con sus propias alas.