Mujeres exponen la situación de violencia en la que viven

En reunión con María de Jesús Patricio, narraron las situaciones a las que se han enfrentado como mujeres

 

 

Santiago López

San Cristóbal de Las Casas

 

En Asamblea extraordinaria del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Tierra y el Territorio y por el Derecho de las mujeres a Decidir, quienes en sesión se prepararon para el “Encuentro de Indígenas y Campesinas de Chiapas con Marichuy”, representantes de diversas organizaciones respaldaron a María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy) vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), así como con concejalas que le acompañaron.

“Resaltamos la preocupación de las mujeres de Tila sobre cómo se puede construir una autonomía que retome respetuosa y plenamente la palabra de las mujeres; la denuncia del colectivo feminista de niñas y jóvenes de Melel Xolobal sobre el matrimonio y/o trabajo forzado de niñas y jóvenes, lo cual implica falta de libertad para que ellas decidan su futuro”, dijeron algunas participantes durante el encuentro.

Tras escuchar las palabras de bienvenida del director del Cesmeca, Jesús Solís, Marichuy escuchó el relato de varias mujeres indígenas que han sido trasgredidas en sus derechos.  Teresa Roblero del ejido Bellavista del Norte, de Frontera Comalapa, explicó que cuando las mujeres de ahí deciden casarse con un hombre que no es de ese ejido, ellas no pueden vivir ya ahí.

Lo anterior representa una exclusión, la cual es apoyada por la Asamblea Ejidal. Por su parte, Alberta de la Grandeza, Amatenango del Valle, narró cómo ella fue violentada físicamente por su ex pareja, y al decidir separarse de él, su suegro la despojó de su casa y su solar, argumentando que las tierras eran de su hijo.

Juana de San Juan Cancuc, compartió la violencia que ella y su mamá viven por parte de su hermano, quien está tramitando con las autoridades ejidales el despojo de la casa y el solar donde ellas viven, aduciendo que las mujeres no pueden ser propietarias ni titulares de derechos agrarios.

Estos tres casos fueron presentados como muestra de la violencia sistemática, por ende histórica exclusión al acceso, uso y usufructo de la tierra que viven las mujeres en Chiapas, lo cual dio nacimiento a la propuesta de la tenencia familiar de la tierra.

“Los principios son que las mujeres seamos reconocidas como integrantes de los colectivos ejidales y comunales en igualdad de derechos a los hombres; que las parcelas dejen de ser sólo de los hombres y las asambleas reconozcan que son de toda la familia; que ejidos y comunidades reconozcan que las mujeres tenemos derecho y obligación de participar en todas las decisiones comunitarias”, argumentaron.

Asimismo, dijeron es necesario que los pueblos reconozcan que la participación de las mujeres duplicará la fuerza de las luchas en defensa de la tierra y el territorio frente a proyectos extractivos y de privatización; y que la lucha por el reconocimiento de las mujeres es para fortalecer la vida en colectivo.

Finamente en la Asamblea Extraordinaria, representantes de diversas organizaciones dieron sus palabras de apoyo a la vocera y al CIG, y algunas de ellas expusieron las problemáticas que viven en sus comunidades.