La mujer del diablo, una drama criminal, revelador y retador

Carolina Miranda y José Ron salieron de su zona de confort con su trabajo en la segunda temporada

Agencia Excélsior

Mujeres fuertes, con sed de justicia, un pasado oscuro qué resolver y un presente violento del que desprenderse son los personajes que han buscado recientemente a Carolina Miranda en la ficción. La actriz, quien dejó atrás al personaje de Elisa Lazcano en la serie ¿Quién mató a Sara?, ahora explora el síndrome de Estocolmo y el caso de abuso en la niñez de su más reciente papel, Natalia Vallejo, protagonista de La mujer del diablo, cuya segunda temporada se estrena hoy a través de la señal de ViX+.

No sé si los personajes me eligen. Si me pongo a recordar, todos los personajes que he hecho a lo largo de mi carrera son así. Todos tienen un pasado turbio y luego se convierten en unas guerreras, en mujeres fuertes, emprendedoras, que luchan por salir adelante. Creo que en lugar de estarlos escogiendo yo, el camino me los ha estado poniendo todo el tiempo, porque los sigo interpretando de esa manera.

Justo lo que va a pasar en la segunda temporada es la explosión de Natalia, al ver todos sus traumas. No hay nadie ni bueno ni malo en la vida, sino circunstancias que nos orillan a ser quienes somos. Éste fue el caso de Natalia y de todos los personajes, porque son seres humanos viviendo circunstancias distintas.

En este caso Natalia tiene un pasado turbio que podrán ver y así entender por qué ella reaccionará de esa manera. Eso fue muy retador, un arduo trabajo, muy agotador, porque Natalia siempre está en el pico y al límite de las emociones, lo cual, como actor, al final lo agradeces”, expresó Carolina Miranda en entrevista con Excélsior.

La actriz definió la segunda temporada como reveladora: “Todo el mundo se dará cuenta de qué están hechos estos personajes, va a explotar toda la información. Van a empezar a justificar a ciertos personajes. Quizá a Cristo lo empiecen a amar y a Natalia, a odiar, no se sabe. El punto es que el público se pueda entretener y pueda disfrutar mucho esta temporada”.

José Ron, quien protagoniza en La mujer del diablo a Cristo Beltrán, destacó que es un personaje que lo aleja del clásico galán de telenovela, para sacarlo de su zona de confort y exponerlo en la piel de hombre de doble moral, quien aparentemente ante su comunidad es un hombre responsable, ávido de ayudar a la gente, pero por debajo es un criminal sin escrúpulos.

Lo que me llamó la atención de Cristo fue hacer una cosa totalmente distinta a lo que venía haciendo. Fue totalmente un reto el encontrarme y aventurarme a otro tipo de situaciones, a un personaje super complejo, donde hubo un trabajo de mesa, lecturas y trabajamos también con una psicóloga. Busqué darle una corporalidad, una forma de hablar y tener otro personaje, en el que la gente y el público me viera también distinto a como me ha visto en la televisión.

Al final, me siento contento con el resultado, porque fueron meses agotadores, pero ha valido toda la pena, el sacrificio, la friega, las desveladas, el estudio. Es un gran proyecto y Cristo se queda en mi corazón. Me encanta que el público reciba de la mejor manera a La mujer del diablo, porque siempre he creído que el mejor termómetro es cuando uno sale a la calle; ahí te das cuenta cómo va el proyecto y ha habido comentarios padrísimos. Está enganchada con la personalidad de Cristo, con lo que le hace a Natalia y si se les hace algo grave, espérense a que vean la segunda temporada, porque viene recargada”, dijo Ron.

El actor, quien ha formado parte de proyectos como La desalmada, Te doy la vida, Rubí y Ringo, entre muchos más, así como en el musical Godspell, destacó que para ahondar en la oscuridad de Cristo tuvo que entenderlo.

¿Por qué actúa así y es de cierta manera? Ya que entiendo cómo es mi personaje, tengo que ver lo que tengo en común, como el amor a la familia, los hermanos, la parte protectora. Es decir, dentro de lo que tenemos en común, le aporto al personaje. Cristo me da y yo le doy.

Siempre he creído que los personajes llegan por algo o el productor ve en ti algo que el personaje tiene y hay que darle una parte de ti. Dejo mi alma y mi corazón en cada proyecto, hubo que abrirse, porque hay escenas muy complicadas.

Hay una frase que me gusta mucho: ‘cuando vas a actuar, uno decide si quieres mojarte la punta de los pies, meterte hasta la rodilla o aventarte un clavado’ y a mí me gusta aventarme el clavado completo, arriesgarme, aventurarme y construir junto a mis compañeros, para a la hora de grabar, dejarte ir. Eso el público lo percibe en la pantalla”, concluyó Ron.