Familias resguardan piezas arqueológicas en sus casas; así es el registro ante INAH

Los vestigios llegaron a sus manos por diversos motivos hace muchos años, pero en la mayoría de los casos forman parte de un legado familiar

Agencia Excélsior

Piezas arqueológicas que estamos acostumbrados a ver solo en los museos, cientos de familias las resguardan en casa, llegaron a sus manos por diversos motivos hace muchos años, pero la mayoría de los casos forman parte de un legado familiar del que poco se habla.

Al norte de la Ciudad de México en los alrededores de la plaza Vista Norte, Miguel y su familia conservan los hallazgos que hizo su abuela por los años 40, fecha en la que excavaron para colocar la cimentación de su casa.

Encontró lo que ellos llamaban ídolos y restos, que nunca pensaron que fueran ofrendas prehispánicas, sino simplemente piezas mezcladas de huesos y cosas de barro que encontraron”, señaló Miguel Valentín Contreras.

Lo resguardado por la abuela incluye vasijas, metates, figuras antropomorfas, huesos y lo más llamativo, seis cráneos humanos.

Miguel relata que su abuela, quien falleció el año pasado, les relataba que fue tanta la cantidad de vestigios que los vecinos encontraron en aquellos terrenos que incluso tiraron una parte a la basura, décadas después en los años 90 haciendo trabajos de drenaje en la zona, su familia volvió a encontrar piezas.

En una calle estaban escarbando y ella pidió permiso para meterse a la tierra y ver que se encontraba porque sabía que se iba a encontrar algo y se encontró una figurilla que es una figura femenina por la cadera y los senos con un tocado y unos aretotes”.

Son muchas las historias de cómo las familias hacen acopio de este tipo de vestigios, es el caso de Rogelio Badillo, médico cirujano fallecido a principios de año. Su gusto por las culturas prehispánicas lo llevó a coleccionar algunas piezas heredadas hoy a su hijo Rogelio.

Muchos de sus pacientes, unos conocidos le decían que en Zumpango en las tierras donde generalmente sembraban o construían se encontraban piezas, le gustaba ir a Zumpango a excavar y se las encontraban. Él nunca supo de qué cultura pertenecían o cuántos años tienen, pero si las guardaba como un tesoro, tan así que ahora que él murió no las encontrábamos porque las había guardado muy bien”, señaló Cuauhtli Rogelio Badillo.

Ambas familias desconocen la cultura a la que pertenecieron estos vestigios y el tiempo exacto de antigüedad.  Acercarse al Instituto Nacional de Antropología e Historia para pedir una evaluación no era una de sus opciones, siempre existe el miedo a que se las decomisen.

El INAH no decomisa estos bienes, no se los retira de hecho el trámite se realiza en el domicilio donde se ubican estos bienes y el trámite es muy sencillo en realidad”, explica Alejandro Bautista, de registro de Monumentos Arqueológicos.

¿Cómo es el registro de vestigios arqueológicos?

El trámite consiste en que el equipo del INAH visita el domicilio, realiza una clasificación de los objetos por materia prima, cronología y estilos, después se les coloca una pequeña clave alfanumérica e irrepetible, se toma una fotografía de cada pieza y se hacen descripciones físicas de los objetos. Luego de concluido el registro, los especialistas capturan la información en su base de datos.

Se les entregan dos documentos, el primero que es el mas importante se llama concesión de uso es el documento que otorga la custodia para efectos del que guarda la custodia de estos vestigios que son propiedad del solicitante, el segundo documento es las cedulas de registro".

De acuerdo con el arqueólogo estos registros evitan la fuga del patrimonio a países extranjeros donde incluso se han llegado a subastar como fue el caso de los vestigios subastados en millones de euros en París en noviembre.

Las familias de Rogelio y Miguel están muy lejos de querer lucrar con los tesoros que tienen en casa. Estás piezas son mucho más que solo el pasado prehispánico.