HOSPITAL DEL ALMA 07/09/18

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton: 

Soy un hombre feo pero muy caliente. Por más que trato, no consigo que las mujeres se fijen en mí por otra cosa que no sea mi dinero. Nunca me falta compañía femenina en la cama, pero yo sé que si fuera pobre nadie se fijaría en mí ¿qué puedo hacer?

 

Saúl

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Saúl:

Lo único que puedes hacer es trabajar muy duro o hacer muchas transas para no quedarte sin dinero, porque no volverías ni siquiera a oler a una mujer. 

Querido Duque:

No he podido encontrar el amor. Mis padres están preocupados porque sigo soltera y ya cumplí los 40 años de edad. Todos mis hermanos ya se casaron y yo fui madrina en sus bodas; incluso he atrapado muchos ramos de novia, pero ni eso me ha dado suerte.

Patricia

San Cristóbal 

Querida Patricia:

Va a querer que compres unas dos docenas de veladoras rojas y le enciendas una cada viernes en la noche frente a la imagen de San Judas Tadeo, el santo patrón de las causas imposibles o muy difíciles. Sin embargo, ten cuidado, ya que a veces el efecto es tan fuerte, que San Judas te envía el amor acompañado de fuertes dosis de pasión y ya no quieres bajarte del guayabo. Tampoco estaría bien que siendo toda una cuarentona, salieras a estas alturas con tu “domingo 7”. 

Querido Duque:

Nací en el cuerpo de un hombre, sin embargo, desde la adolescencia supe que era una mujer. Jamás me he atrevido a confesárselo a nadie, mucho menos a mi familia, que es muy, muy conservadora. Tengo actualmente 29 años, y siempre he tratado de fingir que soy algo que no soy. No me gustan las mujeres, siempre me han atraído los hombres.

Cleo

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Cleo:

Tú no eres mujer, eres homosexual. No sé si debas sentirte culpable o no por ello, pero por más que te guste el chocolate espeso, tú siempre serás hombre, aunque te operes el sexo y tomes hormonas, eres un ser masculino, eso no se puede cambiar. Siempre aflorará el macho que realmente eres. 

Querido Duque:

Soy de las que no aceptan que alguien pague la cuenta "así como así", aunque haya sido quien me invitó a salir, a comer o a lo que sea. Para mí lo ideal es que cada quien pague mitad y mitad. No sé si sea porque en el fondo no quiero que piensen que acepto una invitación solo porque el que invita paga, o porque no me gusta "deberle" a quien se ofrece a pagar. Mis amigas no ponen ningún pero al respecto, no sé si pensar que ellas son las que están mal o soy yo.

Regina

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Regina:

Hay muchos hombres que piensan que por el simple hecho de pagar las cuentas, adquieren el derecho a que sus parejas les abran las piernas, lo cual no es verdad. Existe una arraigada costumbre de que el hombre se haga cargo de pagar las cuentas, pero los tiempos cambian y lo mejor, a mi juicio, es dejarlo todo muy en claro desde el principio. No tiene nada de malo dividir la cuenta, pagar cada quien su consumo o invitar a tu novio de vez en cuando. La liberación femenina trae efectos colaterales que deben asumirse. 

Querido Duque de Santo Ton:

Estoy preocupado por la actitud de mi esposa en los últimos meses. La conocí gordita y así me enamoré y casé con ella, porque lo que valoro es su forma de ser. Sin embargo, ahora ella está obsesionada con bajar de peso y se pasa horas en el gimnasio. Eso no tendría nada de malo, de no ser porque por hacer sus ejercicios ha desatendido el cuidado de nuestros niños y las labores del hogar. No solo eso, sino que en su afán por bajar de peso rápidamente, ha hecho que recurra a suplementos y pastillas sin consultar con un nutriólogo, sin importarle que está poniendo en riesgo su salud. Hablé con ella, pero no me hace caso.

Hernán

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Hernán:

Dile a la marrana de tu mujer que a ti te gustan las gordas, a ver si así se le quita esa obsesión por adelgazar, la cual, al parecer, ya es enfermiza. Puedes comentarle que delgada se ve más vieja y verás que el efecto en su conducta será más rápido. 

Duque:

 

El que yo creía que era el hombre de mi vida me enamoró, me ilusionó y me cogió, pero resulta que tiene novia y está a punto de casarse. Siento que he sido un juguete sexual para él, que me ha traicionado y que actuó de mala fe contra mí. Pienso que solo buscaba saciarse conmigo y que su objetivo era hacerme quedar como una tonta. Lo peor es que su verdadera novia está enterada de nuestro romance y cree que yo lo busqué, cuando en realidad no fue así. Además, ella, junto con sus amigas, me amenazó con mandarme a golpear por andar de puta. Esta situación me tiene preocupada y asustada.

Gloria

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Gloria:

Procura involucrarte con gente con un poco más de clase. Ese tipo te usó y te desechó, y ahora viene la barbajana de su vieja a amedrentarte. Trata de seleccionar a las personas que frecuentas o terminarás muy mal. 

Querido Duque:

Desde que era niña, mi mamá me contaba que ella pertenecía a una familia muy rica de la Ciudad de México, pero que la habían desheredado cuando se casó con mi papá, porque además de feo y prieto, era burócrata, chiapaneco y pobre. Nunca conocí a mi familia materna, pero hace unos meses, un notario de la capital del país me pidió que fuera hasta allá, para recoger un valioso legado que me había dejado mi abuela en su testamento. Al principio no quería ir, pues la señora no le dejó nada a mi mamá, que era su hija, pero mis hermanos me dijeron que no fuera pendeja, que aunque me hubiera tocado ser pobre, la vieja (o sea mi abuelita materna) había querido lavarse conmigo la culpa que le daba el haber ignorado a su hija (o sea mi mamá). El caso es que cogí mi “Viva Aerobús” y me fui a la capital, en donde me fue entregado un lote de alhajas costosísimas, llenas de diamantes, rubíes, zafiros, perlas y todas esas cosas. La verdad es que no me las quise traer a Tuxtla, las deposité en una caja de seguridad que contraté en un banco y no sé qué hacer con ellas, ya que tampoco me alcanza el dinero para pagar mensualmente la caja de seguridad.

Mercedes

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Mercedes:

Te envíe a tu correo la dirección y el teléfono de un amigo que es experto en comprar y vender joyas valiosas, sobre todo si son antiguas. Te recomiendo que te deshagas de esas alhajas que en realidad no significan mucho para ti, pues pertenecieron a una mujer ausente en tu vida; además de que aquí en Tuxtla no tendías ni donde guardarlas ni mucho menos donde usarlas. Quítatelas de encima y libérate de algunas deudas.