HOSPITAL DEL ALMA 31/07/18

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Mi abuelita es de Ocosingo y dice que eres un impostor, porque ni conoció el mentado Santo Ton, ni nunca supo que hubiera un duque ahí. Ella lleva ya algún tiempo viviendo en Tuxtla, pero si fuera cierto lo que dices se acordaría porque aunque ya es una ancianita, tiene su cabeza muy bien.

 

Lorena

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Lorena:

Ocosingo siempre ha estado lleno de indios, muchos de ellos analfabetas, y seguramente tu abuelita era una de ellos ¿si no sabe hablar español, crees que pueda entender lo que es un duque? Por si fuera poco se pone a decir cosas sin razón como si fuera autoridad en la materia ¿por qué no la meten a un asilo o de plano a un manicomio? 

Querido Duque:

¿Puedes decirme cuál es la diferencia entre una perla natural y una perla cultivada?

Mercedes

San Cristóbal 

Querida Mercedes:

Las perlas naturales se forman sin la intervención del hombre, y por lo general tardan años en alcanzar su tamaño, su color y su fulgor. Por eso no hay dos que sean iguales. Las perlas cultivadas se obtienen sembrando canicas de igual tamaño y forma dentro de las almejas, y todas ellas permanecen el mismo tiempo dentro de las conchas, que generalmente es el mínimo necesario para su comercialización, por eso nunca llegan a ser tan bellas ni tienen el fulgor de las naturales, aunque tienen la ventaja de que pueden obtenerse piezas idénticas. Claro que las perlas naturales las usan solamente las mujeres ricas, porque son carísimas, mientras que las cultivadas se las pone cualquiera que las consiga en la fayuca.

Duque:

 

Desde que mi cuñada y mi hermano eran novios, ella me gustaba muchísimo, me encantaba, la soñaba. Con el tiempo se casaron y tuvieron hijos, pero a mí me siguió gustando, y desde hace cuatro meses mi cuñada y yo mantenemos relaciones sexuales y estamos felices. Mi hermano no sabe nada, pero siento que quien complace a mi reina soy yo, y a veces hasta nos llevamos a mi sobrinita, la bebé, que es mi ahijada, cuando vamos al motel.

Marina

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Marina:

Tu cinismo no tiene límites. Me imagino que eres transgresora por naturaleza y por eso te gusta el amor lésbico, pero ¿echarte al plato a tu propia cuñada? Eso no tiene nombre. No obstante, ahora que lo pienso, si la esposa de tu hermano es feliz en tus brazos y tú en los de ella y ambas son mayores de edad, pues… ¿por qué no darle al cuerpo lo que pide? Sólo me gustaría que buscaras la forma de que tu hermano no se entere, sería un golpe terrible para su ego, aunque cabe la posibilidad de que se le antoje formar un trío, pues siendo tu hermano no creo que sea muy ortodoxo de costumbres. Lo que no me gusta nadita es que anden metiendo a la nena a moteles de paso, que son verdaderos focos de infección. 

Señor Duque:

Desde que se casaron mis hijos y mi esposa se queda sola todo el día en la casa, he notado que se ha vuelto muy afecta al trago. Empieza con una cubita para antes de la comida, a la hora de comer no come y como a las siete de la noche ya está hablando sola. Lo peor es que cuando se le sube el alcohol se pone muy alterada, agresiva, insulta a todo el mundo y a leguas se nota que no es feliz. No sé qué hacer.

Melesio

San Cristóbal 

Querido Melesio:

El alcohol es un elixir que ayuda a disipar las penas del alma, que seguramente en el caso de tu esposa son definitivas y no las harás desaparecer con nada. Por lo menos procura que al momento de deber, se sienta contenta, trata de acompañarla, cómprale botanita y enciende veladoras blancas a San Judas Tadeo para que Dios se compadezca pronto de ella y la recoja de este mundo. Ni se te ocurra tratar de que a estas alturas se vuelva alcohólica anónima ni se someta a un programa de recuperación de doce pasos. La pobre ya no tiene remedio, mejor que se reúna con Dios, que es su verdadero padre. 

Julio Domínguez Balboa:

Todo lo que dices lo inventas, tú mismo te escribes y te contestas, y supones que tus lectores somos una bola de idiotas que todo te lo creemos.

Tere

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Tere:

Lo que afirmas es producto de las profundas aguas de la conjetura, en las que el infundio suplanta a la prueba, y la imaginación al raciocinio. Sólo te falta adivinar en mis textos matices autobiográficos maquillados superficialmente. Tus sospechas, que no son otra cosa, se me hacen idiotas, por lo que te suplico que cuando afirmes algo sobre mí o sobre mi trabajo, lo hagas con pruebas. 

Querido Duque:

Cuando me convertí en adulta empecé a sufrir ataques de angustia sin motivo aparente, y mi familia sólo me decía que me calmara, que no fuera payasa, que no quisiera llamar la atención y cosas así. Ahora estoy a punto de cumplir cincuenta años y no puedo vivir sin tomar tranquilizantes, pues cada vez el miedo es más intenso y ya he recibido todo tipo de tratamientos que no me han hecho ni cosquillas. Así es que yo vivo feliz cuando tengo a la mano mi Valium 10, pero siento que voy a morir cuando se me acaba o no consigo la receta necesaria para comprarlo.

Luisa

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Luisa:

No hay nada peor en este mundo que depender de algo para lo que sea. Me imagino lo que debes sufrir con esa enfermedad mental que te aqueja y de la que nadie te ha podido librar. Eres una drogadicta en el más estricto sentido del término, por lo que te recomiendo que enciendas una veladora amarilla y una azul a San Judas Tadeo, para que si no se te pasa la necesidad de tomar Válium 10 para estar tranquila, por lo menos consigas las recetas y tengas el dinero suficiente para comprar tu medicina. 

Duque de Santo Ton:

La otra noche mi papá llegó borracho y mi mamá le reclamó por ser tan irresponsable. Entonces mi papá se enojó mucho, sacó una pistola y cortó cartucho diciendo que la iba a matar. Mi hermana y yo nos pusimos delante de ella y le dijimos a mi papá que si la quería matar, nos iba a tener que matar primero a nosotros. Entonces mi papá dijo que si nos queríamos morir que estaba bien, que nos encomendáramos a Dios porque nos iba a matar. Así nos tuvo como media hora hasta que bajó el arma y se sentó en la escalera a llorar de arrepentimiento. Yo sé que estaba borracho y que en realidad no nos quería hacer daño, pero en una de ésas se le hubiera podido salir un disparo. Yo ya le dije a mi mamá que le pida el divorcio, pero ella no quiere porque dice que no quiere que  su familia se separe.

Cuco

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Cuco:

Me parece que una situación de divorcio es algo que compete sólo a la pareja involucrada, y que meterse está de más pues el matrimonio sólo se disolverá si los cónyuges están de acuerdo. La verdad me preocupa que tu padre ande armado y con copas, pero no porque los vaya a matar a ustedes, no creo que ésa sea su intención, sino por tantas y tantas otras cosas que podrían sucederle. 

Querido Duque:

En primer lugar quiero confesarte que no soy mexicana, sino venezolana. En mi país, daba clases de yoga y pole dance y, durante la temporada de circos, trabajaba como contorsionista. Sin embargo, la crisis económica hizo que migrara a este país, que pese a sus problemas me ha tratado bien. Ahora me encuentro trabajando en un circo, que estará una temporada en Tuxtla, y de casualidad leí tu Hospital. Sé que este trabajo es temporal, pero tengo pensado ahorrar todo lo que pueda para enviárselo a mi familia. Allá están mis padres y mi pequeña hija.

Andrea

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Andrea:

No quiero decepcionarte, pero no creo que como cirquera ganes lo suficiente como para transferir fondos a Venezuela. Yo te recomendaría que si sabes tanto pole dance trataras de conseguir una chamba de teibolera, también temporal, vas a ganar mejor. Sin embargo, debes cuidarte mucho y no caer en lo tentación de conseguir lo que necesitas, valiéndote de medios más fáciles.