“EXPLICACIÓN DE LAS PROPUESTAS DE POLÍTICA CRIMINAL PARA MÉXICO 2018-2024”: Primera parte

Por Julio César Cué Bustos 

El inicio del fracaso actual es un acumulado de varias décadas, es la falta de una planeación efectiva, siendo una de las razones principales el que no aplican políticas criminales transexenales, el gobernante en turno al iniciar labores considera dejar como parte de su legado algunas ocurrencias para garantizar la paz social, las cuales siempre resultan un fiasco, y entrando el nuevo gobernante otra vez la misma historia, es cíclico.

 

La primera propuesta de política criminal que se hizo, fue:

“Toda la planeación de las políticas criminales nacionales será sobre la base de la integralidad y coordinación de los sistemas nacionales de: Seguridad Pública; de Procuración de Justicia; de Impartición de Justicia; Penitenciario; e Integral de Justicia para Adolescente.”

En la redacción de esta proposición está la clave de la aplicación y consolidación de las estrategias, programas, planes, reglas, normativa, lineamientos, pactos, compromisos, y demás instrumentos accesorios para lograr un efectivo combate al delito, que se desprendan de una política criminal adecuada y lo principal necesaria.

Este texto representa como requisito sine qua non, que la integración y coordinación de todos los responsables de los diferentes sistemas nacionales que deben participar en la lucha contra el crimen estén comprometidos con ese primer objetivo de la unificación y la interconexión, sin esto todo está condenado al más total y absoluto fracaso. Si no se logra la interacción de las diversas áreas de responsabilidades que deben amalgamarse en esa meta del Estado Mexicano, de garantizar la seguridad pública, seguiremos igual.

Si observan con detenimiento, todos los sistemas nacionales están escalonados; esto es, son un camino subsecuente, el gran principio es cuando falla la seguridad pública, tomada ésta como un todo generativo de la paz y tranquilidad social. No pudo evitar o prevenir el delito las diversas policías del país, ni los programas de gobierno con los apoyos de oportunidades o asistenciales, con eso termina la primera parte del camino.

Enseguida entra en acción la institución oficial de procurar justicia, la cual requiere actualmente cirugía mayor, no esas tonterías de cambiar nombres, el representante social de la procuración de justicia, debe resurgir como un todo en materia de defensa de la legalidad, no perdiendo su calidad de principal ente en la lucha contra la impunidad, un no rotundo a continuar siendo una insignificante parte de un proceso penal, debe representar a la ley y ser responsable de poner a disposición ante los jueces a los probables responsables de los delitos.

Luego deben entrar en acción los jueces, si la procuración de justicia requiere una transformación toral, la impartición de justicia está peor, es necesario reinventarla por completo, los jueces deben de dejar de ser estáticos, deber ser activos en la búsqueda de la verdad auténtica, y a la par las dos instituciones procuración e impartición como autoridades que son, lograr durante el proceso las sentencias condenatorias tan necesarias en la recuperación de la paz social.  

Con relación al sistema penitenciario, todo lo propuesto a la fecha ha fracasado, una de las últimas estrategias en este sexenio fue de incrustar a penitenciaristas locales a los centros federales, lo cual fue el acabose, terminó por contaminarse más estos reclusorios. Se debe consolidar como fines principales la Retención y Control de los procesados o penados, ofreciendo en la última etapa de internamiento el acceso a herramientas tangibles que les sirvan para sostenerse y mantener a su familia una vez liberados.

De forma alterna al anterior camino relatado del crimen, no se puede descuidar la atención del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, en donde como prevención general deben recibir los adolescentes y sus familias especial atención para evitar que en un futuro inmediato se conviertan éstos en delincuentes adultos.

Como se detalla una etapa es consecuente con la otra, querer planear estrategias en forma particular en cada uno de los sistemas es una grave equivocación, los programas de acción deben estar interconectados, sólo así podrán hacer un frente común el Estado Mexicano para detener esta inaudita ola creciente de criminalidad.