UN ÚLTIMO LLAMADO, SALVEN A MÉXICO

Por Julio César Cué Busto 

Este primero de julio al ir a ejercer su sagrado derecho de elegir a sus gobernantes, deben tener todos los mexicanos una sola cosa en mente, que el nuevo gobierno logre la mejoría de la situación que atraviesa México, reflexionando con un análisis crítico, el ¿por qué están las condiciones así en el diario coexistir? la inseguridad pública, la incertidumbre laboral, los desmanes brutales de las autoridades gubernamentales en turno, la falta de oportunidades, etc. la lista sería interminable.

 

En la problemática que hoy enfrentamos nadie tiene la experiencia práctica para combatirla, puesto que lo actual no tiene ninguna referencia histórica. Un ambiente hostil de más de cien asesinados por el crimen organizado entre políticos, precandidatos o candidatos, alrededor de una docena de exgobernadores procesados penalmente u otros literalmente perseguidos. Temiendo los conciudadanos que con la forma actual de la administración de justicia, y las leyes vigentes, todos los exservidores públicos que están siendo investigados, procesados, o con resoluciones de amparo pendientes, saldrán libres, que sólo será cuestión de tiempo.

Sin olvidar a las víctimas u ofendidos por la delincuencia organizada, que entre los delitos comprobados y las desapariciones de personas, han de ser cientos de miles de ciudadanos, o igual millones de individuos que están decepcionados del sistema político nacional, así como del régimen de gobierno. Habrá alguien que no haya dudado al menos, de la integridad y capacidad de los honorables legisladores, sean diputados federales o senadores; así como, miembros de las cámaras locales, el hartazgo es la regla común de la sociedad civil.

Es comprensible también encontrar en el camino, amigos, compañeros o familiares que realizan defensas a ultranza de personajes, partidos políticos o de instituciones, dichas opiniones deben ser respetadas, pero no a costa de continuar con un sistema de gobierno que ha lesionado severamente al pueblo de México, no con el costo de seguir sobreviviendo en una inseguridad pública total, no para que subsista una impunidad inaceptable, no bajo el sacrificio de la misma libertad, y nunca para seguir subyugados a un poder omnímodo, que nos han disfrazado con una aparente división de poderes inexistente.

Por lo que, analizando con severidad todo lo expuesto en sus campañas por parte de los candidatos para ocupar la presidencia de la república, se observa que solamente el Lic. Andrés Manuel López Obrador, ha sido el único que se ha comprometido con seriedad a cambiar las cosas en bien de México y sus habitantes, sólo él, prometió con todas las herramientas a su alcance recuperar la paz y tranquilidad social, o ver por los más pobres; así como, esclarecer los asuntos pendiente de justicia como los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, entre diversos casos en donde ha reinado la injusticia y la ilegalidad.

Reconoce AMLO que la corrupción gubernativa se ha desencadenado con ejemplos que rebasan la imaginación, como el caso del exgobernador Duarte de Veracruz, las irregularidades de Pemex, las partidas presupuestarias desviadas para los “moches” en el Congreso de la Unión, o el indebido manejo de ciertos medios de comunicación coaptados o subsidiados para garantizar los intereses del gobierno en turno, existiendo muchos otros ejemplos.

La iniciativa presentada por Diego Luna reconocido actor y director de cine, teatro y televisión llamada “El día después”, resulta invaluable en estos momentos de polarización desenfrenada, lo acompañan en esta propuesta muchos personajes del mundo del espectáculo como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñarritu, Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Luis Gerardo Méndez y su entrañable amigo el actor, productor y director Gael García.

Esa propuesta al día 26 de junio tiene cerca de 35,000 mil personas registradas en la página web www.eldiadespues.com lo cual resulta insignificante, ¿es verdaderamente factible lograr la reconciliación nacional? Es la pregunta que al día de hoy nadie tiene la respuesta, aunque lo primero que se debe pensar con una buena dosis de optimismo, es el clásico, SÍ SE PUEDE.

No es beneficioso para nadie que la elección del 1° de julio deje a un país dividido, resulta indispensable para iniciar la gran reconciliación nacional que participen todos sin importar partido político, candidato predilecto ganador o perdedor, o ideología de pensamiento, como nunca se está viviendo en México un apasionamiento casi desmedido por las preferencias electorales de los candidatos presidenciales.

Se exhorta a todos los ciudadanos de este país a sufragar en estas elecciones, ejercer a plenitud ese derecho, vayan a votar, lograr un porcentaje alto de votantes el 1° de julio significa que si hay esperanza, que en una forma u otra, el pueblo de México quiere participar y en consecuencia querer tener un estatus de bienestar común.

La opción más viable para que suceda esa urgentísima trasformación de la república mexicana la representa Andrés Manuel López Obrador, él va a ser el emblema, porque los cambios, reformas, modificaciones, o lo que resulte necesario, lo van a realizar todos los ciudadanos en su conjunto sin importar etiquetas sociales, lo que significa que esa masa multiforme únicamente se logrará sin una sola gota de discriminación.