HOSPITAL DEL ALMA 07/06/18

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

No estoy conforme con mi vida y lo peor es que las cosas van empeorando. Mi trabajo cuelga de un hilo por las próximas elecciones; mi salud es una basura, no tengo amigos, mi familia está distanciada de mí, mi carrera de escritor no avanza y mi esposa ya no quiere tener sexo conmigo. Había estado buscando un equilibrio pero cuando todo se me empezó a juntar, literalmente mi salud mental se vino abajo.

 

Agustín

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Agustín:

Es cierto que las circunstancias te son adversas, pero millones de seres humanos estamos así, no son tiempos de vacas gordas para la mayoría, aunque no por eso vamos a dejarnos abatir, tenemos que sacar fuerzas de la flaqueza y entender que, afortunadamente, la vida sigue y por ese simple hecho debemos agradecer a Dios. 

Duque de Santo Ton:

Desde hace seis meses tengo novio en la universidad, pero una vez que nos descuidamos, un profesor me vio haciéndole sexo oral en su coche. Desde entonces, el profesor me manda mensajes de texto y fotos explícitas, lo he querido denunciar ante el director de la carrera o ir directamente ante las autoridades y denunciarlo por acoso. La semana pasada durante su clase me quedé dormida y me dijo que quería hablar conmigo después de clase. Así lo hice, y en su privado nos besamos y lo dejé acariciarme los senos. Todo esto me tomó por sorpresa, el profesor es un hombre mayor pero me gusta, mi novio también, pero a juzgar por las fotos que me ha mandado, el profesor tiene el pene más grande que mi novio y eso me impide denunciarlo por acoso, pues aunque es un viejo de 30 años, quisiera saber qué se siente tener dentro un miembro tan grande.

Rosita

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Rosita:

En lugar de planear denuncias y ese tipo de babosadas, mejor piensa en la manera de acostarte tanto con el niño como con el viejo, pero discretamente, sin meter en problemas a nadie. Obviamente el que menos enterado debe estar de tus andanzas con el profesor, es tu novio, deja que piense que le eres fiel, pero investiga lo que se siente jugar con animales de talla extra grande. 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy un hombre gay de clóset, y te escribo porque le soy infiel a mi novio con mi jefe.  Las cosas se fueron dando poco a poco. Mi jefe es casado pero me lanzaba miradas calientes, luego vinieron los coqueteos, los juegos, las insinuaciones, y sin darme cuenta ya estaba metido con el hombre en la cama de un motel. Con mi novio las cosas andan muy bien, pero cuando estoy con mi jefe me siento en otro planeta. Nuestra necesidad de estar juntos no es solo física. Nos gusta besarnos y tocarnos, él es casado y estamos conscientes de que disfrutaremos esta relación por el tiempo que dure y sin reclamos. Tener sexo con él maravilloso, existe una gran compenetración física y mental. Nuestra relación es pura pasión y locura, adrenalina, excitación y sexo. Lo que si no hemos perdido es la relación jefe-empleado, siempre nos ocultamos en el baño de su oficina para besarnos y tocarnos. Creo que es en gran parte la búsqueda de lo prohibido el condimento de nuestra relación.  Al principio yo me sentía un poco culpable cuando lo escuchaba hablar por teléfono con su señora o cuando ella lo visitaba en la oficina, pero posteriormente me di cuenta de que no le estaba quitando nada a ella, ya que yo soy solamente un objeto sexual para el señor. Tal vez suene extraño pero la relación con mi novio ha mejorado mucho desde que tengo sexo con mi jefe, jamás me había sentido tan bien en mi vida y nunca había sentido tanto placer.

Max

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Max:

El tuyo es el segundo mensaje que recibo en el día, en el que quien firma le es infiel a su pareja con un superior jerárquico. Me parece que la relación que tienes con tu jefe te satisface tanto, porque subyace en ella un fuerte contenido sadomasoquista. Obviamente, él es el sádico, que abusa de su inferior, y tú eres el masoquista, que tiene que ceder a los deseos de su superior. Si esas marranadas te dan placer, no te detengas, continúa practicándolas, no tienen nada de malo, pero no permitas que nadie, además de tu jefe y tú, se entere del asunto, no es conveniente. 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi mamá se enfermó de Alzheimer y mis hermanas decidieron que yo, que soy soltera y no tengo hijos, debería dedicarme a cuidarla, mientras ha ido perdiendo paulatinamente la razón. Aunque pienso que es injusto, acepté, pero para emparejar las cosas me he ido apropiando poco a poco de sus mejores joyas pues mi madre ya ni las usa ni se acuerda de que las tiene. Se me hace justo el hecho de quedármelas yo porque soy la que me tengo que fletar, cuidando a mi mamá.

Soraya

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Soraya:

Yo considero que cuidar de los padres ancianos es algo que debe hacerse con gusto y no porque te toque o lo haya decidido alguien por ti. Cobrarse a lo chino, aprovechándote de la demencia de tu madre no solamente es algo inmoral sino indigno de una persona decente. Ahora me explico la razón por la que no te casaste ni tuviste hijos.